El Cid «campeó» prácticamente por toda la Península Ibérica: Zamora, Asturias, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, fueron testigos de su presencia.
Esta ruta del Cid en bicicleta, que en total tiene 597 kilómetros de viaje, une Burgos, ciudad, donde se encuentran actualmente los restos del Cid Campeador, y Valencia, lugar donde halló la muerte.
El Cid Campeador
Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099). Cid: del árabe dialectal «Sïd», Señor, Caballero. Campeador: del latín «Campus Doctor», vencedor de batallas. Esposo de Doña Jimena, de sangre real. Alférez de Castilla durante el reinado de Sancho II el Fuerte, su amigo de juventud, pronto alcanzó una gran popularidad entre el pueblo. A las ordenes de este monarca contribuyó a la reunificación del reino de León y Castilla, fragmentado tras la muerte de Fernando I, padre de Sancho. Al morir asesinado, este último, en extrañas circunstancias, le sucedió su hermano Alfonso VI, al que el Cid, como figura más representativa de Castilla y amigo personal del rey fallecido, hizo jurar que no tuvo nada que ver con tal hecho, en la famosa jura de Santa Gadea. El rencor que el nuevo rey guardó por tal motivo, el recelo que siempre despertó en su intrigante corte, el prestigio que el Cid alcanzó siendo un simple infanzón y que llegó a hacer sombra a la misma figura real y una serie de acontecimientos nada claros, le llevaron a sus destierros.
Junto a sus más fieles vasallos, se puso al servicio del rey islámico de Zaragoza. Años más tarde recuperó los favores de Alfonso VI y le fueron concedidas varias mercedes, entre las que estaba la concesión al Cid y a sus descendientes, de todas las tierras que pudieran conquistar en el Levante. al-Qadir consiguió su apoyo y pudo seguir gobernando Valencia, pagándole tributo, «parias». Alfonso VI le requirió junto a su ejército para la campaña de Aledo, pero al no llegar a tiempo, nuevamente le desterró del reino. Fue entonces cuando el Cid, aprovechando una insubordinación del rey musulmán de Valencia y después de repeler ataques desde Denia (rey Mudir) y Barcelona (conde Berenguer), cuando se asentó y dominó todo el Levante, tomando plaza en Valencia. Tras años de luchas constantes contra todo tipo de enemigos, murió en Valencia el 10 de Julio de 1099. Tres años más tarde su viuda, que no pudo mantener más su resistencia ante el empuje almorávid, evacuó Valencia auxiliada por el propio Alfonso VI, llevándose con ella el cadáver del Cid hasta el Monasterio de San Pedro de Cardeña, en Burgos.
La épica lo imaginó tan valeroso, temible e inquieto que no duda en atribuirle hazañas póstumas, como la fabulosa cabalgada de su cadáver a lomos de Babieca, su caballo, haciendo huir despavoridos a las tropas musulmanas. También el ademán que hizo para desenvainar su espada, cuando un judío trató de tocar las barbas de su momia.
En 1808, tras una rapiña de los franceses durante la invasión, sus restos y los de Doña Jimena, fueron trasladados hasta Burgos, volviendo al Monasterio en 1823, aunque muy brevemente, ya que debido a las medidas desamortizadoras, el Monasterio quedó abandonado y en ruinas. Nuevamente en Burgos, ahora en una sala de la Diputación, hasta que en 1921 fueron depositados en el crucero de la catedral burgalesa. Allí están bajo una losa de mármol y con un epitafio, en latín, que dice: «Aquí yacen Rodrigo Díaz, el Campeador, muerto en Valencia en 1099, y su esposa Jimena, hija del conde Diego de Oviedo, de regia estirpe. A todos alcanza la honra del que en buena hora nació», redactado por el historiador Menéndez Pidal, el más célebre estudioso del Cantar de Mío Cid.
Descripción de la Ruta del Cid en bicicleta
Por Castilla y León, rodaremos sobre las provincias de Burgos y Soria, paralelos a las sierras que dan comienzo a la amplia meseta castellana. En Guadalajara, Castilla-La Mancha, a través de amplios bosques y valles, por el norte de La Alcarria, hasta llegar al páramo. Nuevamente sierra, la de Albarracín, al entrar en Aragón, por Teruel, hasta llegar a la ancha llanura donde se encuentra la capital de la provincia. Desde aquí accederemos a la Comunidad Valenciana, visitando las provincias de Castellón y Valencia, entrando por la comarca del Alto Palancia y cruzando la Sierra Calderona, para llegar a la fértil huerta valenciana y hasta el final de nuestra ruta, la ciudad de Valencia del Cid.
Etapa 1 – Burgos – Salas de los Infantes (68 km)
Burgos – Cortés – Monasterio de San Pedro de Cardeña – Revilla del Campo – Campolara – Barbadillo – Salas de los Infantes.
Burgos. Bajo el reinado de Alfonso III el Magno, la necesidad de contar con un núcleo defensivo que permitiera asegurar los terrenos reconquistados llevó al monarca a ordenar al conde castellano Diego Porcelos la fortificación del cerro de San Miguel sobre el río Arlanzón. Corría el año 884 y la nueva fortaleza sirvió como núcleo de conexión de diversas aldeas y asentamientos preexistentes, distintos burgos que darían origen y nombre a la ciudad.
Ruinas del Castillo, destruido en 1.813 por los franceses y desde donde se aprecia una amplia panorámica de la ciudad
Catedral. Estilo gótico, iniciada en 1.221 sobre un templo anterior románico. En 1.260 se consagró, una vez finalizadas las obras, aunque durante los tres siguientes siglos sufrió reformas y añadidos de suma importancia.
El Arco de Santa María es una antigua puerta medieval de la muralla.
Plaza Mayor y el edificio neoclásico del Ayuntamiento.
Monasterio de las Huelgas Reales, erigido a partir de 1.187 sobre una finca de recreo regio y de la que tomó su nombre, pués huelga quería decir holganza.
Cartuja de Miraflores, del siglo XV con añadidos el siglo siguiente.
Monasterio de San Pedro de Cardeña. Habitada en la actualidad por monjes trapenses, es un lugar estrechamente ligado a la figura del Cid. Fundado en el siglo IX, se reconstruyó en XI en estilo románico y con posterioridad sufrió importantes reformas. Ejemplos de ello son la portada barroca del convento y la iglesia gótica. El Cid fue procurador de la abadía y un en monolito de la entrada, en los jardines, supuestamente está enterrado su caballo babieca.
Etapa 2 – Salas de los Infantes – El Burgo de Osma (70 km)
Salas de los Infantes – Rabanera – Hontoria del Pinar – Cañón del río Lobos – Ucero – Sotos del Burgo – El Burgo de Osma.
Continuando la Ruta del Cid nos conduce a Salas de los Infantes. Fundada en el año 974 por Gonzalo Gustios, padre de los Siete Infantes de Lara, de los que toma su nombre. Una leyenda narra la terrible venganza que doña Lambra tramó a través de su marido, Ruy Velázquez, contra el cuñado de este, el propio Gonzalo Gustios y sus siete hijos, por los que se había sentido ofendida el día de su boda. Tras alejar al padre, Velázquez llevó consigo a sus sobrinos a una encerrona en la que los moros decapitaron a los Siete Infantes y enviaron sus cabezas a Córdoba, donde se encontraba su padre prisionero de Almanzor. La afrenta sería vengada por un hijo de Gustios, concebido en aquellas tierras moras, quien dio muerte a Ruy Velázquez y quemó viva a la esposa de este. Ermita de Santa Cecilia, Iglesia de Santa María y la Plaza Mayor.
San Leonardo de Yagüe. Con buenas casas serranas de piedra con cubiertas de pizarra. Restos de un castillo-palacio del siglo XVI y la iglesia parroquial con una portada gótica.
Parque Natural del cañón del río Lobos. Un soberbio cañón de 14 Km excavado por el río, durante milenios, en un terreno calizo. Imponentes paredes verticales de increíble profundidad, sobre las que se asientan varias especies de aves rapaces. Junto al río se pueden apreciar manchas de sabinar, olmos y álamos, que rompen el color oscuro de las calizas con su verde follaje.
Ermita de San Leonardo, bello templo románico de transición, con hermosos rosetones y relieves adornando la cornisa y los capiteles. Gruta con pinturas rupestres.
Etapa 3 – El Burgo de Osma – Medinaceli (86 km)
El Burgo de Osma – Berlanga de Duero – Rello – Medinaceli.
El Burgo de Osma. No lejos del actual núcleo urbano se encuentran aún inexcavados los restos del castro a partir del cual floreció la romana Uxama. Y bajo la arruinada pero aún aparente mole del castillo se levanta Osma. De ella y como prolongación suburbana iría surgiendo a partir del siglo XII El Burgo. Catedral, es una obra de factura inicial románica que fue continuada a partir de 1.232 según cánones góticos. En lo fundamental fue acabada a mediados del siglo XIV y aún se le añadiría, en 1.512, el claustro gótico tardío y la monumental torre barroca de 72 m. de altura. Murallas, Universidad de Santa Catalina, la Plaza Mayor, Ayuntamiento y el Hospital de San Agustín.
Berlanga de Duero. El Cid llegó a ser su señor y fue plaza de suma importancia en las luchas entre cristianos y musulmanes. Contó con una judería de la que pueden verse restos en el barrio de la Yubería. Puerta de la Hilera, Castillo de Tovar, Palacio de los Marqueses, Monasterio de las Franciscanas, la Colegiata de Santa María del Mercado y su Plaza Mayor.
Gormaz. Pequeña población que nos queda a 1 km. de nuestro camino, pero que llama la atención por su recia fortaleza sobre un cerro, a la vista casi siempre durante la primera parte de la etapa. En el siglo X los musulmanes construyeron este castillo de imponentes dimensiones, el más grande de Europa, que fue durante largo tiempo freno del avance de la reconquista cristiana. De todo ello quedan en pie las ruinas de dos impresionantes torres, amén de sus murallas y una cisterna, que descuellan sobre el caserío de la localidad.
Rello. Desde la alta peña que domina las hoces de los ríos Escalote y Hocecilla, nos muestra este hermoso pueblo lo que fue, una plaza estratégica de primer orden. Su recinto amurallado, uno de los mejor conservados de España, junto con la atalaya y el castillo formó parte de la gran línea fortificada que va desde Berlanga hasta la lejana Atienza, en la Extremadura Castellana. Debe su nombre a su picota o «rollo» de hierro, aunque también se le atribuye su origen a la palabra «regio». Un alto en el camino para visitar a pie o en bicicleta sus estrechas calles, bien vale la pena.
Museo paleontológico de Ambrona. Interesante lugar situado sobre un yacimiento del Paleolítico Inferior, con una antigüedad de unos 300.000 años, reúne esqueletos fósiles incompletos de mamuts y restos de otros animales.
Etapa 4 – Medinaceli – Molina de Aragón (81 Km)
Medinaceli – Layna – Cobeta – Ventosa – Molina de Aragón.
Medinaceli. Sobre un antiguo castro fortificado de tribus celtíberas, fundaron los romanos Occilis, estratégico enclave en la calzada que conducía de Caesar Augusta (Zaragoza) a Toletum (Toledo). Posteriormente los árabes la bautizaron como Medina Selim. Las gestas del Campeador y de sus hombres están referidadas con tanta precisión por sus tierras, que se supone natural de ellas al oscuro autor del Cantar del Mío Cid. Se conservan restos de la muralla y la calzada. El Arco del Triunfo (siglos II y III), cuya triple arcada lo hacen un ejemplo único en España. Plaza Mayor, Castillo, Palacio de los Duques de Medinaceli y Colegiata de Santa María.
Recomendamos parar en Luzón, Cobeta y las Ermitas de las vírgenes de Montesinos y de la Hoz.
Etapa 5 – Molina de Aragón – Albarracín (88 Km)
Molina de Aragón – Traid – Orea – Orihuela del Tremedal – Albarracín.
Molina de Aragón. Ptolomeo la cita como poblado celtibérico con el nombre de Mediolum y las crónicas árabes como importante conquista de Tarik. Fue reconquistada por Alfonso el Batallador en el año 1.129 y 23 años más tarde repoblada y convertida en el Señorío de Molina. Situada en territorio de conflictos históricos entre Castilla y Aragón y a caballo siempre entre ambos reinos, los primeros la llamaron Molina de los Caballeros y los segundos Molina de Aragón. Hoy conserva este último nombre, a pesar de haber pertenecido a la antigua región de Castilla la Nueva y en la actualidad a la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. El Alcázar es un conjunto defensivo que tiene castillo, murallas y la llamada torre de Aragón, encontrándose en lo alto del cerro que domina toda la ciudad. Conventos de las Clarisas y de los Franciscanos. Ayuntamiento, del siglo XVII. El Puente Viejo, sobre el río Gallo, y los barrios de la Judería y la Morería.
Sierra de Albarracín. En la cordillera Ibérica, se levanta sobre la depresión de Teruel y culmina en el alto del Caimodoro, con 1.921 m. de altitud. En ella nacen los ríos Tajo y Júcar, que junto al Jaloca la dividen en dos partes diferentes entre sí: al NO el macizo del Nevero (1.833 m.) y la sierra del Tremendal (1.537 mts.), y al SE la sierra Carbonera (1.537 m.) y el collado de la Plata (1.513m.). Encierra frondosos bosques de pinos silvestres y robles y densas manchas de sabinares y encinares. La resina y los pastos naturales son su única fuente de riqueza. Su mitad occidental forma parte de la Reserva Nacional de los Montes Universales, con una amplia fauna, entre que destacan jabalíes y ciervos.
Etapa 6 – Albarracín – Teruel (43 Km)
Albarracín – Bezas – El Campillo – San Blas – Teruel.
Albarracín. Los importantes, numerosos y bien estudiados yacimientos prehistóricos nos hablan de su antigüedad como asentamiento humano, así como las capitales muestras de arte rupestre levantino que guardan estos importantes núcleos. Probable capitalidad de los prerromanos lobetanos, en este recóndito, estratégico y bien defendido paraje, los Benu Razín crearon un auténtico estado independiente, que luego paso al control del rey musulmán de Murcia. Hasta el siglo XII no fue reconquistada, y lo hizo el navarro Pedro Ruiz de Azagra, que la erigió como sede de un estado independiente de Aragón y Castilla. Hasta finales del siglo XIV no fue incorporada al reino de Aragón, junto con otras 21 poblaciones de su entorno natural. Sufrió grandes destrozos durante siglos, por las luchas de los naturales al defender sus derechos forales y su independencia, destrozos que continuaron durante la Guerra de la Independencia y en las guerras carlistas, ya en el siglo pasado. Pero afortunadamente, no todo se perdió para siempre.
La Catedral de San Salvador y su barrio con casas colgantes, las torres de La Engracia y El Andador a los pies de los castillos de Doña Blanca y el Señorial, el Monasterio de San Bruno y San Esteban, la ermita del Cristo de la Vega, la Plaza Mayor con el Ayuntamiento, la iglesia de Santa María, las casas blasonadas, sus callejuelas y rincones, y en definitiva todo su casco urbano. Desde 1.961 ostenta, con todo merecimiento, la categoría de Monumento Nacional. Pura Edad Media, milagrosamente indemne a los mil y uno avatares bélicos de su historia.
Etapa 7 -Teruel – Segorbe (91 Km)
Tras subir el Puerto del Escandón, última cima superior a los mil metros de la ruta, comenzaremos a descender, muy lentamente, hasta el comienzo de la comarca del Alto Palancia, dónde nace el río del mismo nombre, en la provincia de Castellón, para rodar por su parte más despoblada y boscosa. El final de la etapa es una bajada constante y poco interrumpida, hasta la cuenca del río y las huertas levantinas.
Teruel – Puebla de Valverde – Sarrión – Albentosa – Barracas – Viver – Segorbe.
Teruel. En sus cercanías esta Túrbula, considerada como la capital del pueblo de cultura íbera turboleta, que es probablemente su origen. Pero no fue hasta el momento de la Reconquista cuando Teruel comienza a fraguarse como urbe de cierta entidad. Ante la llegada de los almohades al reino musulmán de Valencia, Alfonso II de Aragón decidió su fortificación, siendo sesenta años después repoblada y designada cabecera de un amplio territorio fronterizo de la vanguardia de la Reconquista cristiana. Dos siglos más tarde el monarca Pedro IV la elevó del rango de villa al de ciudad. Desde 1.833 es capital provincial y en todo su centro antiguo se respira lo mudéjar.
La Plaza y Fuente del Torico, el Viaducto, la iglesia de San Pedro (donde están los sarcófagos de los Amantes de Teruel), las torres de San Martín y San Salvador, la muralla medieval con el castillo de Ambeles y muchas otras edificaciones de interés artístico e histórico.
Su Catedral es heredera de una primitiva iglesia de la que se tiene conocimiento en documentos fechados en el 1.176. Ha sido reformada al menos en cinco ocasiones y está erigida en ladrillo y mampostería. En su sacristía se encuentra un Museo con valiosas obras de orfebrería.
Etapa 8 -Segorbe – Valencia (70 Km)
Segorbe – Carretera Segorbe – Castellnovo – Geldo – Villatorcas – Aljibe – Soneja – Collado – Carretera de Soneja a Sot de Ferrer – Ermita de San Antonio de Padua – Camino de Montemayor a Fuente Pino – Masía del Coronel – Collado de La Morería (780m) – Font del Poll – La Pobleta – Explanada de Porta Coeli – Bétera – Godella – Valencia del «Cid».
Segorbe. Habitada desde tiempos remotos ya que ocupaba dos cerros, a orillas de un río relativamente caudaloso y con abundantes fuentes. Durante la dominación islámica estuvo considerada una de las más importantes ciudades de la provincia musulmana de Toledo. El rey Jaime I de Aragón la ocupó a mediados del siglo XV y pronto pasó a ser sede episcopal.
Catedral que fue inicialmente construida en estilo gótico, para siglos después ser adaptado su interior a los gustos barrocos y neoclásicos predominantes en cada época. Dentro puede observarse su claustro, la capilla del Salvador y el Museo Diocesano. Desde su campanario se puede seguir visualmente parte del trazado de su antigua muralla, de la cual permanecen intactos los torreones de la Cárcel y del Botxi, así como las primitivas puertas de acceso a la ciudad: las de la Verónica y de la Cárcel.
El antiguo palacio de los Duques de Medinaceli, ya que desde el siglo XVII el título de duque de Segorbe, ostentado casi siempre por componentes de la Casa Real de Aragón, pasó a manos de esta Casa Ducal.
El Museo Municipal de Arqueología y Etnología es muy interesante por la valía de los hallazgos prehistóricos que en él se muestran.
Sierra Calderona. Cadena montañesa que es una prolongación del macizo de Jalambre y formando parte de las últimas estribaciones del Sistema Ibérico. Se extiende de este a oeste, entre los valles del Palancia y del Turia, desde el término municipal de Gátova (Castellón) hasta Puçol, ya en la provincia de Valencia, donde, perdiendo altura, viene a extinguirse cerca del mar Mediterráneo. Su cota máxima es el Gorgo, (907 m.) y como sistema hidrográfico solo posee el Palancia, que corre por el norte entre Canet y Puerto Sagunto. Sí que encontraremos en su interior una espesa red de barrancos y ramblas que sólo llevan agua en época de lluvias.
En cuanto a su flora, conserva todavía zonas de mucha vegetación, a pesar de ser castigada en diversas ocasiones por los incendios. Abunda el pino, tanto carrasco como rodeno, la encina y el alcornoque. Entre los arbustos destacan el madroño, la adelfa y el palmito, así como el romero, el tomillo, la ajedrea, la manzanilla, el hinojo y la esparraguera. En zonas cultivadas se pueden apreciar olivos, algarrobos, almendros, naranjos, limoneros y cerezos.
Su fauna se compone básicamente de las especies propias de estas latitudes, destacando el jabalí, que todavía subsiste en los lugares más intrincados y de vegetación más espesa. Las urbanizaciones que han proliferado sin control de ningún tipo, ha hecho que desaparezcan casi por completo las aves rapaces que abundaban por sus parajes.
A sus faldas, en la provincia de Valencia, se encuentran dos lugares que queremos resaltar, ambos en el término municipal de Serra.
La Pobleta. Finca que fue utilizada durante la 2ª República como residencia oficial por Azaña, dada su estratégica situación, a salvo de los ataques aéreos. Después de los sucesos de mayo del 37 y de la caída del gobierno se instaló en esté lugar y allí continuó con sus diarios, Los Cuadernos de la Pobleta.
Monasterio de Porta Coeli (Puerta del Cielo). Perteneciente a la orden de San Bruno, fue fundado por el obispo Andrés de Albalat en 1.274, poco tiempo después de la conquista definitiva del reino musulmán de Valencia. Conserva un claustro gótico del siglo XIV y un gran acueducto de principios del siglo siguiente.
Ya antes de entrar en Valencia recomendamos visitar Bétera, con castillo y fortaleza árabe, y GOdella, que se encuentra sobre una pequeña colina, a lo que debe su nombre (del árabe Godayla, montículo). Ambas en la comarca de L’ Horta Nord del País Valenciá, llena de extensas fincas de naranjos y nísperos. En Godella podemos probar los ricos frutos de estas fértiles huertas.
El Cantar del Mío Cid
Cantar de gesta castellana, conservado en un manuscrito único, copiado en 1307 por un tal Per Abbat. Obra de 3.730 versos, en la que suelen distinguirse tres partes:
El Cantar del destierro llega hasta el verso 1.085, y en el se narra cómo el Cid marcha al destierro. Sale de Vivar y pasa por Burgos, donde su sobrino Martín Antolínez consigue un préstamo de los judíos Raquel y Vidas, contra entrega de dos arcas en las que creen que El Cid guarda sus tesoros, pero que sólo contiene arena. En San Pedro de Cardeña se despide de su esposa y sale de Castilla hacia tierra de moros. Aliado del rey moro de Zaragoza, realiza varias conquistas y consigue vencer a los moros de Lérida, quienes son ayudados por el conde de Barcelona. Manda un presente al rey Alfonso VI.
En el Cantar de las Bodas, que va hasta el verso 2.277, el héroe se dirige hasta Valencia, que conquista. Envía un nuevo regalo al monarca castellano y le solicita que su mujer e hijas puedan reunirse con él. El rey accede a su petición y le concede el perdón, para arrancarle el consentimiento de las bodas de sus hijas con los infantes de Carrión que las han pedido en matrimonio. El cantar acaba con los preparativos.
El Cantar de Corpes presenta a los susodichos infantes en Valencia, en la corte del Cid, donde dan muestras de su cobardía, al ocultarse de un león escapado. Son objeto de burla por parte de las gentes del Cid, y piden permiso para trasladarse con sus esposas hasta Carrión. En el viaje se vengan atando a las hijas del Cid en el robledal de Corpes y las maltratan. El Campeador pide justicia al rey por la afrenta, y este convoca cortes en Toledo. El Cid los desafía y les vence. El poema termina anunciando que los infantes reales de Navarra y Aragón solicitan desposarse con sus hijas, doña Elvira y doña Sol.
La jura de Santa Gadea nunca se produjo es leyenda al igual que la mala relación con Alfonso VI. Es pura leyenda fomentada por el Cantar del Mio Cid que es literatura no historia.