En 1908 nació la Batalla de las Flores de Laredo. Esta fiesta, que es ya de Interés Turístico Nacional, se celebra el último viernes de agosto. En ella, los carrocistas, hombres y mujeres, muestran sus alegorías engalanadas de flora natural.
Desde primeras horas de la mañana, la localidad marinera se llena de ambiente festivo con un gran mercadillo. Además, el sonido de las bandas de música le da un toque especial. Son las horas del aperitivo cuando los laredanos salen a la calle para recorrer las rúas y calles de la villa y sus múltiples y atractivas tascas y bares.
Ya por la tarde se celebra el gran desfile de carrozas totalmente cubiertas de flores y pétalos naturales y sobre ellas van los personajes vistosamente ataviados que complementan el motivo protagonista de cada una de las carrozas.
El confeti y las serpentinas se convierten en las armas arrojadizas de la batalla. Entre las propias carrozas y las tribunas se celebra esta colorida batalla. Verbena y fuegos artificiales cierran esta jornada festiva.
La carroza de Laredo
Su confección corre a cargo de los carrocistas. Ellos mismos diseñan, cultivan y confeccionan la carroza, que tendrá una temática determinada. Esta, además, se complementa el día del desfile con grupos de niñas/os, que van ataviados con vestimentas relativas a la temática de la alegoría.
Las carrozas deben cumplir una serie de medidas establecidas. Los motivos de las carrozas solo son flores, estando prohibido materiales como papel, plásticos, etc. Se permite la utilización de hojas como base para la colocación de las flores. Todas las carrozas están cubiertas de flor, al menos en el 75% de su superficie siendo recomendable un mínimo del 90%.
De este modo, las carrozas suelen llevar entre 35.000 y 100.000 flores, aunque hay en ocasiones que sobrepasan esta última cifra. Un jurado, formado por cinco personas, elegirá al ganador. Se dan tantos premios como carrozas participantes. En la edición de 2005, se repartieron 107.694 euros en premios.
Un poco de historia
Su nacimiento se remonta a 1908 y surge con la intención de ser un festejo inminentemente ‘popular’. A pesar de que ahora su recorrido se hace por tierra, comenzó en el Abra de Laredo, ya que la mayoría de los vecinos de la villa eran marineros. En esta primera ‘batalla’ participaron 25 traineras del Cabildo, adornadas con latas y otros elementos decorativos, que salieron a la mar fuera de la dársena del muelle de 1884.
Todas las traineras eran movidas a remo y junto a ellas participó una góndola, dibujada por Gonzalo Bringas Vega y patrocinada por Nicasio Escalante. Fue esta góndola, que desfiló con el nombre de ‘La Argentina’, la ganadora de la primera ‘Batalla de Flores’.
Debido al éxito obtenido y con el fin de hacer una fiesta más participativa, los organizadores tomaron la decisión, al año siguiente, de realizarla por tierra, tradición que se ha mantenido hasta hoy. Solo hubo un año que no se celebró la Batalla de Flores, 1936.
El recorrido ha variado en distintas ocasiones: hasta 1970 en el Paseo de Menéndez Pelayo, en la Avenida José Antonio entre los años 1971 y 1977 y a partir de entonces en el actual Circuito de la Alameda de Miramar.
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