Setenil de las Bodegas es uno de los pueblos más asombrosos y sorprendentes -por desconocido- de la geografía andaluza. Enmarcado en la Ruta de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz, pero muy cerca de Ronda y de la A382, que enlaza con Málaga, Cádiz y Sevilla, Setenil es algo así como una pesadilla arquitectónica o un literal sobresalto geológico, según palabras de Caballero Bonald; un pueblo que no le dejará indiferente, por cuanto, a cada paso descubrirá algo nuevo, rincones y paisajes para deleitar al más exigente de nuestros visitantes.
Setenil es uno de esos pueblos cuyos orígenes resultan un enigma. En primer lugar, sus cuevas de techos negruzcos nos retrotraen a la prehistoria, cuando nuestros primitivos congéneres, posiblemente, las utilizaron como refugio natural.
De la etapa antigua conocemos que en sus cercanías se ubicaba la colonia romana Laccipo. No obstante, es de la época bajo medieval de cuando data el primitivo asentamiento urbano en el mismo lugar que el actual.
En la época musulmana, la conquista de la villa era fundamental para la Corona en su avance hacia Granada. Ya con Juan II de Castilla, en 1402, se intenta conquistar, sin éxito, y desde ese momento se producirán siete sitios, de ahí una de las teorías sobre el origen del nombre de Setenil (Septem-nihil, siete veces nada), siendo el último, el 21 de Septiembre de 1484, el que conduce a la victoria, considerada fundamental para la recuperación del territorio granadino. Como curiosidad, señalar que en el coro de la catedral de Toledo hay una escena sobre este asedio.
Además existe una leyenda que cuenta que en dicho asedio, Isabel la Católica tuvo un hijo, que murió a las pocas horas de nacer y al que iba a poner por nombre Sebastián; en el mismo lugar y bajo esta advocación se construyó la primera iglesia de Setenil, llamada de San Sebastián, que además, es el patrón de la villa.
El principal atractivo de este pueblo lo constituye el mismo municipio, debido a la belleza y originalidad de su entramado urbano, que, en elevada pendiente, baja desde el castillo adaptándose al curso del río Guadalporcún, lo que le confiere una singular disposición con diferentes niveles de altura.
En la parte baja los vecinos aprovecharon el tajo creado en la roca por el río para construir sus casas. Se trata de un excepcional ejemplo de un tipo de vivienda denominado “abrigo bajo rocas” que, a diferencia de otras construcciones semitroglodíticas desarrolladas en Andalucía, no excava la roca, al menos en un principio, sino que se limita a cerrar la pared rocosa y desarrolla la vivienda de forma longitudinal.
En la parte más elevada se encuentran los edificios de mayor interés histórico: la Iglesia Mayor, los restos de la Fortaleza árabe (el Torreón del Homenaje y las Murallas), y la Antigua Casa Consistorial, que alberga un impresionante artesonado de tracería mudéjar de par y nudillo. Sin olvidar los restos romanos de Acinipo, ya fuera del pueblo, a 5 Km de Setenil, en los que destaca el teatro y las impresionantes vistas que desde este lugar se disfrutan.
En Setenil de las Bodegas puede usted distraerse, aprender, hacer ejercicio, disfrutar de la naturaleza, descansar, o simplemente pasar el tiempo agradablemente en un entorno tranquilo. Setenil posee una gran variedad de espacios naturales, zonas de monte y relieves tabulares y cañones fluviales (atravesados por kilómetros de vías pecuarias señalizadas en torno a cinco rutas principales), de excepcional riqueza ecológica, que se han sabido mantener respetando su entorno. Ideales para practicar deportes de aventura y naturaleza.