Paseos a caballo entre viñedos, catas sensoriales en una bodega o senderismo son algunas de las propuestas para pasar unos días en Navarra.
La Ruta del Vino de Navarra, que está certificada como una de las Rutas del Vino de España, te invita a conocer de forma divertida y original los viñedos y bodegas de la Zona Media.
Además de las populares catas y visitas guiadas que ofrecen habitualmente las bodegas, tienen mucho más. Desde rutas a caballo o senderismo, hasta apuntarse en un taller de tai-chi al aire libre.
¿Cómo descubrir los viñedos de Navarra?
Para descubrir los viñedos de la Zona Media se puede visitar la Red de Miradores y Senderos Interpretativos. Estos se reparten de manera estratégica por la Ruta del Vino. Asimismo, todos los miradores están señalizados y disponen de paneles informativos para interpretar de manera sencilla y amena los cultivos de la zona.
Los visitantes que deseen adquirir más información pueden ir a las oficinas de turismo de la zona. Además, se puede completar el aprendizaje adquiriendo, previo pago de una fianza, unas mochilas pedagógicas que contienen material audiovisual sobre el entorno. Otra opción es pedir un MP4 con información adicional en algunos de los establecimientos hoteleros adheridos a la Ruta del Vino de Navarra.
Senderos habilitados
El de San Martín de Unx, de 4,4 km, y el de Añorbe, de 4,5 km, ambos con un espacio para estacionar turismos, sin grandes pendientes y con buen firme; y el de Olite, un itinerario completamente llano y de corto recorrido (2,9 km), especialmente indicado para familias con niños pequeños o personas con dificultades motrices.
Los miradores se localizan en Miranda de Arga, Adiós, Larraga y Ujué. Cada punto interpretativo centra su mensaje en un aspecto relacionado con cuatro de los cinco sentidos: vista, oído, olfato y tacto, y el último, el sentido del gusto, queda reservado a una de las bodegas integradas en la Ruta del Vino, donde el viajero completa la experiencia con una degustación de los frutos del paisaje.
Palacios y Villas medievales
Además de dejar un buen sabor de boca en el visitante, la Zona Media cuenta con atractivos destinos de estética medieval. Dos de las visitas imprescindibles son Olite y Ujué. Con su esbelto y armonioso Palacio Real presidiendo la villa, un recorrido por las estrechas rúas de Olite le permitirá pasear al abrigo de nobles caserones de piedra con escudos de armas y grandiosos aleros de madera; galerías medievales y espléndidas iglesias, además de descubrir el recinto amurallado romano. Puede concluir su visita en el Museo de la Viña y del Vino de Navarra, donde descubrirá todos los secretos de los caldos navarros.
Si coincide con la hora de comer, no te pierdas las típicas migas de Ujué, un bello pueblo medieval de estrechas calles que recorren pronunciadas cuestas que finalizan en el Santuario-Fortaleza de Santa María de Ujué.
Las variedades de uva seleccionadas por los viticultores permiten obtener caldos de excelente calidad. También puedes dirigirte a la villa medieval de Puente la Reina, cruce de las dos vías principales del Camino de Santiago, no sin antes hacer un alto en el camino en Artajona con su fabulosa fortificación medieval, conocida como “El Cerco”. Uno de sus principales atractivos es la iglesia de San Saturnino, un impresionante templo construido en el siglo XIII que, además de ejercer de campanario, supuso un importante punto de vigía.
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