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Cata de vinos: Disfruta de Córdoba con una Experiencia Enológica

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La Cata de Vinos en Córdoba es una experiencia muy popular en la región, la cual permite tanto a conocedores del vino como fanáticos, desarrollar todos los sentidos necesarios para lograr un adecuado análisis sensorial de la mano del sommelier experimentado Rodrigo Pardo. Dicha cata, no solo permite conocer los distintos aspectos del vino, como su elaboración, historia y datos importantes, sino también degustar de productos gourmet desde la comodidad de un Glamping de Lujo rodeado de paisajes naturales que complementan la experiencia para volverla inolvidable.

¿Qué es la cata de vinos?

Catar vinos va más allá de solo beber, se trata de degustar profesionalmente a través de un análisis sensorial que abarca la vista, el olfato, y el gusto, mediante los cuales se extraen las características del vino y propiedades que posee.Por medio de esta práctica, es posible aumentar el disfrute y sensación al tomar vino gracias a los conocimientos y experiencias del sommelier Rodrigo Prado, el cual garantiza la expansión de los conocimientos sobre los aspectos generales que se debe tener en cuenta para poder diferenciar los diferentes tipos de vino reconociendo sus diferentes matices.

Cata de vinos
Cata de vinos: una Experiencia Enológica

Procesos para realizar una cata de vino adecuada

Lograr agudizar los sentidos durante una degustación de vino consta de tres etapas, las cuales son dirigidas por el sommelier encargado Rodrigo Pardo, capacitado para educar en su totalidad cada uno de los sentidos utilizados.

Fase de visualización en la cata de vinos

Un buen vino puede reconocerse a través de una mirada, en esta fase se examina todas las cualidades del color, brillo, matices y limpieza del vino e incluso ver que tan sano se encuentra este.Además de un sommelier experimentado, escoger el lugar adecuado es clave para poder tener mejores resultados en el análisis de un vino, con una buena iluminación y una copa inclinada a 45° es posible apreciar los diferentes matices presentes en el vino, arrojando si este es viejo o joven y cuál es su grado de alcohol.Las tonalidades de los vinos varían dependiendo de su tipo, en el caso de un vino tinto, sus tonalidades van desde un color cereza o granate en los jóvenes, mientras que en los maduros su color es rojizo, tirando a naranja con ciertos destellos marrones.Cuando se estudian los vinos blancos, los jóvenes son diferenciados de los maduros por su color amarillo tenue y toques verdosos, mientras que en el segundo caso, su color amarillo se encuentra más intensificado con toques de rojizos, el cual adquiere tonalidades más oscuras mientras más añejo sea.Los vinos espumosos poseen las mismas características de color que los vinos blancos, diferenciando por poseer espuma, la cual se deja ver más densa en aquellos vinos de gama baja.En el vino rosa, sus colores son totalmente distintos al resto, el rosa de este debe ser llamativo con algunos tonos de frambuesa o rosados con toques de cobre en aquellos con más tiempo.Esta guía general no es absoluta, pues cada uno de ellos varían según la cepa utilizada para su producción y conservación, lo cual puede ser mejor explicado por el sommelier encargado de la cata de vinos.

Fase olfativa

El sentido del olfato es de suma importancia en la cata de vino, ya que estos se encuentran formados por distintos aromas, los cuales tenemos que ser capaces de identificar para encasillarnos como un conocedor de vinos, en este caso, se debe desarrollar la conocida “memoria olfativa” que hará posible con el tiempo y la practica, reconocer miles de olores. En esta fase, se obtienen los olores procedentes del vino divido en grupos. En el primer grupo se encuentran los olores primarios, los cuales se obtienen aspirando de forma directa en la copa por la nariz sin realizar movimientos en el líquido para poder reconocer que clase de uva fue utilizada para la elaboración de dicho vino. Para llegar a los olores secundarios, se requiere de respiración por la vía retronasal y generar un ligero movimiento circular en la copa para desatar estos olores que provienen de la fermentación del vino, los cuales son más profundos en los vinos jóvenes, Al igual que los olores secundarios, los olores terciarios se pueden dar a conocer sacudiendo el líquido dentro de la copa, pero esta vez de forma más enérgica y dejando en reposo la copa para luego inhalar y poder apreciar los olores que adquirió el vino durante la barrica, los cuales son más fáciles de asociar, ya que son más comunes como la madera, pan tostado, flores, etc.

Fase gustativa

Esta fase es la que recopila todo lo aprendido anteriormente, haciendo uso de los matices y aromas para finalmente degustar el vino, el cual debe encontrarse en la temperatura adecuada para poder apreciar todas sus características. Nuestras papilas gustativas solo pueden detectar 4 sabores básicos: los dulces, los ácidos, los salados y los amargos. Sabores que pueden ser encontrados en cualquier vino, lo cual se consigue tomando un sorbo de este y pasándolo de un lado a otro en nuestra boca. Igualmente, en este proceso se puede determinar la viscosidad del vino clasificadas como: carnoso, untuoso, suave, aterciopelado, sedoso, rugoso o astringente. El cual también deja conocer su persistencia una vez que ha sido ingerido, dejando en corta o larga duración los aromas y sabores. Catar vinos es un pasatiempo para muchos, pero más que eso, es poder vivir una experiencia diferente a la hora de probar platillos y beber cualquier vino, dando la oportunidad a cada persona de poder experimentar sensaciones nuevas con todos los sentidos incluidos.

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