Es una de las Comunidades más grandes del país. Cada una de sus provincias es única y recorrerlas precisa de tiempo. Si lo tienes, no hay plan mejor que descubrir el interior de España.
Los grandes hechos históricos suelen marcar un antes y un después en la forma que la población tiene de ver el mundo. Eso, tras la pandemia del coronavirus, todos lo tenemos muy presente. El turismo nacional, el de casa, se impuso en un principio como alternativa a los viajes internacionales que, por restricciones, no podían hacerse.
Como no hay mal que por bien no venga, esta situación nos ha permitido descubrir más (y mejor) lo que España esconde dentro de sus propias fronteras. Hablamos, por ejemplo, de Comunidades tan sorprendentes como Castilla y León.
Burgos, una provincia con encanto
La capital de provincia de Castilla y León es uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida. Su arquitectura medieval es una de las cosas que más destaca de Burgos. Junto a ella, sus pueblos. Todos y cada uno de ellos con mucho encanto. Hablamos, por ejemplo, de Frías.
Ubicado al norte de Burgos, este pueblo de tan solo 240 habitantes cuenta con un gran patrimonio histórico y cultura. Además, sus alrededores están repletos de rutas para desconectar haciendo senderismo. Eso sí, si eres más de paseos tranquilos por el pueblo descubriendo su atractivo turístico, te recomendamos, entre otras cosas, el Palacio de los Salazar que, situado en la plaza de Alfonso VIII, conserva el escudo con las estrellas de los Salazar.
Las Casas Colgadas, principal emblema del municipio burgalés y que son de dos o tres alturas, son protagonistas a diario de las principales fotografías que se registran en la zona. En ellas se conserva la bodega, como muestra de que Frías ha tenido siempre una gran actividad vinícola. Y el puente medieval, con 143 metros de largo, cuenta con una torre en la parte central. Esta se erigió con un objetivo defensivo. Quienes quisieran cruzar el puente, debían pagar.
Pueblos de Castilla y León que no puedes dejar de visitar
Seguimos en Burgos porque, como comentábamos en el anterior apartado, esta provincia tiene infinidad de cosas que ofrecer. En este caso nos aceramos a Orbajena del Castillo, al que muchos consideran como el pueblo burgalés más hermoso.
Puede que hayáis oído hablar de él menos que de Frías, pero eso no es excusa para considerarlo segunda opción. De hecho, hay quienes han llegado a decir que es, directamente, el pueblo más bonito de Castilla y León. Y esto no nos parece una exageración si tenemos en cuenta que sus calles de estilo medieval y sus exquisitos rincones son Conjunto Histórico-Artístico.
Judíos, cristianos y mozárabes convivieron en Orbaneja del Castillo y estamos convencidos de que todos ellos disfrutaron de la conocida Cueva del Agua que, con una caía de 25 metros y rodeada de casas, es completamente natural. En la actualidad, esto ya no es posible. Pero antes, la fuerza del agua era capaz de mover las piedras de unos molinos de harina. De ellos ya solo quedan los restos, la prueba ferviente de lo que fueron en un pasado.
El Risco de los Camellos es otro punto de la localidad que hay que visitar sí o sí. Para ello, recomendamos zapatillas de deporte y un buen desayuno previo. Desde arriba podréis disfrutar de unas de las mejores vistas del cañón del Ebro.
Si has tenido Burgos suficiente, o si estas localidades ya las has disfrutado, aquí te dejamos otros puntos de Castilla y León que merecen la pena:
Ciudad Rodrigo. Esta ciudad amurallada, en su día defensa de la frontera con Portugal, es de origen celta y su antigua fortaleza (que es romana) es actualmente Parador Nacional. Del pueblo destaca su catedral, la Plaza Mayor y el puente en las riberas Del Río Águeda. ¿Algo que no te puedes perder de la zona? Sus fiestas patronales, que son todo un reclamo.
La Alberca. Ubicado en Salamanca, seguro que lo reconoces enseguida si ves una imagen de su plaza. Y es que podría decirse que su plaza mayor es una de más fotografiadas de toda la provincia (que se dice pronto) por sus balcones.
Pedraza. ¿Estás buscando un lugar para pasar una noche románica? Pedraza, en Segovia, es tu sitio. Al ser pequeño y estar amurallado, cuenta con un encanto especial que no es fácil de encontrar en otros sitios. Lo mismo pasa atravesando sus calles, que encuentras infinitas casas de origen medieval y casones del siglo XVI.
Qué comer en Castilla y León
Más que hablar de lo que comer en Castilla y León, vamos a enfocarnos en Burgos y a basar qué comer en la plataforma Dónde Comer Sano. Aclaramos, eso sí, que todo es sano en función de las cantidades, porque aquí vamos a encontrar platos que quizás para todos los días no son buena opción pero que, de vez en cuando, hacen a tu tirita muy feliz.
Morcilla. La de Burgos es conocida en el mundo entero. Elaborada con sangre y arroz y acompañada de cebolla, pimentón, pimienta y manteca de cerdo es, allí donde va, un éxito.
Olla podrida. Puede que suene raro, pero no os dejéis engañar. Ideal para consumir en los meses de invierno, se elaboran a base de alubias rojas y se acompañan con morcilla de arroz, chorizo, panceta y morro de cerdo.
Cochinillo de Segovia. Es el plato más tradicional y se puede encontrar en cualquier parte de la provincia. El truco está en hacerlo sobre una cazuela de barro con agua y manteca y hornearlo lentamente, unas 3 horas, para que la piel quede crujiente.
Sopa castellana. Un exitazo esta sopa de ajo elaborada a base de ajos y pan, que se sofríen con un poco de jamón. Perejil, sal, unos huevos cascados… Sin duda una receta con la que acertarás seguro.
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