El invierno de los valles y montañas que se perfilan en el paisaje de Ourense cobija dentro de si la magia de una de las fiestas más populares y alegres del calendario: los Carnavales, los conocidos ‘Entroidos’ de Galicia, una mezcla de rituales paganos y cristianos que hunden sus raíces en la noche de los tiempos.
La riqueza cultural y el valor etnográfico y festivo inestimable que encierran los carnavales de Laza, Manzaneda, Verín, Viana do Bolo y Xinzo de Limia han hecho posible que, a lo largo de estos últimos veinte años, estos cinco lugares hayan conseguido ser catalogados como fiestas de interés turístico.
Es precisamente en esa franja sudeste de la provincia ourensana donde el visitante podrá sorprenderse al conocer uno de los Don Carnales más libertarios, explosivos y juerguistas de la península.
Los desfiles coloristas inundan las calles de las cinco localidades. El acervo cultural ha ido gestando a lo largo de los siglos un argot particular para definir las máscaras y “carantoñas” que toman durante semanas estos pueblos ourensanos, en un alarde de vistosidad único justo antes de despedir el letargo invernal. Son los llamados ‘Peliqueiros’ en Laza, las ‘Mázcaras’ de Manzaneda, los ‘Cigarróns’ de Verín, los ‘Boteiros’ de Viana do Bolo y las ‘Pantallas’ de Xinzo. Mitad alegres, mitad fantasmagóricos, los disfraces del carnaval ourensano constituyen una de las iconografías y rituales más característicos de todo el país.
Entroidobus
Como aspecto destacado dentro del paquete está el ‘Entroidobús’, un sistema de siete líneas diferentes de autobús lanzado en colaboración con la Dirección Xeral de Mobilidade que recorrerán gran parte del territorio ourensano con horarios flexibles y ajustados a las actividades principales de los entroidos. Se trata de un sistema gratuito, seguro y responsable para que el viajero que se encuentre alojado en las localidades del Entroido se pueda desplazar desde cualquier punto, sin necesidad de utilizar vehículo propio.
A lo largo de todo este ciclo festivo, la gastronomía cumple un papel fundamental. Las caretas de cerdo o ‘cachuchas’, las ‘androllas’ y ‘botelos’ elaborados con carne embutida en una tripa gruesa de cerdo, el cocido preparado con ‘cachelos’ (patatas cocidas), el cabrito o cordero criado en las montañas ourensanas o el lacón con grelos presiden la mayoría de las mesas del Carnaval. Y todo regado por los vinos de la zona. Ourense recoge cuatro de las cinco Denominaciones de Origen gallegas, y tres de ellas se encuentran precisamente en la ruta del Entroido ourensano: D.O Monterrei, Ribeira Sacra y Valdeorras son tres caldos inexcusables para acompañar un buen manjar antes de dar paso a la Cuaresma.
Además el visitante que se acerque hasta esa zona de Ourense no podrá marcharse sin caer en la tentación de saborear los postres más típicos: las Orellas de Entroido, la tarta cigarrón, la Bica Branca de Trives, la leche frita, el roscón o las filloas –especie de crêpes acompañados de nata, chocolate o miel- son algunos de los regalos que, en forma de dulce, esperan al visitante.
Dulzura y sátira se cogen de la mano para vivir una experiencia única en una atmósfera envuelta en la magia y el desenfado típico del Carnaval. Escaparse a Ourense para vivir sus ‘entroidos’ significa conocer a Don Carnal en estado puro, tener la posibilidad de formar parte de una manifestación única y singular, de empaparse de un festejo que inicia semanas antes que en cualquier otra parte del mundo y que lleva consigo pegado el espíritu de acogida popular que caracteriza al pueblo gallego en su extensión.
