Los días empiezan a prolongarse, el tiempo mejora y estamos en vísperas de las fiestas de Semana Santa, algunos otros puentes y las próximas vacaciones de verano. Buenas condiciones para pensar en una semanita de escapada para descubrir y disfrutar del interior peninsular. Y qué mejor opción que adentrarnos en tierras de Castilla, por su excelente gastronomía, arte, dilatada historia, pueblos con encanto, diversidad paisajística y su esmerada oferta hotelera. Sin posibilidad de error, un intenso itinerario que saciará con creces las expectativas del viajero más exigente.
Y es que nos encontramos en la comunidad autónoma más grande en extensión, referencia cultural e histórica indiscutible y donde convergen antiguas rutas como el Camino de Santiago, la Ruta de la Plata, el Canal de Castilla o el Camino del Cid. Pero, nuestro particular periplo castellano dará comienzo en la catedralicia Segovia, la más próxima a Madrid, desde dónde partiremos para recorrer las limítrofes provincias que cierran el triángulo junto con Ávila y Valladolid.
Desde el mirador del Alcázar de Segovia
Como antesala, llegados a Segovia, los arcos del sólido acueducto, herencia de los romanos, nos ceden acceso para saborear sus excelencias, tanto monumentales como gastronómicas. Las empinadas calles segovianas nos conducen inexcusablemente hacia su Catedral, ejemplar de arte gótico del XVII, para después continuar hacia la románica iglesia de San Juan de los Caballeros y el Alcázar, magnífico mirador de la meseta castellana. Entre tanto deambular, será fácil dejarse seducir por sus afamados asados de cochinillo en horno de leña en cualquiera de sus restaurantes: Casa Cándido, José María, Casa Duque o en Bernardino merecen ser tomados en cuenta a la hora de saciar el apetito. Igualmente para elegir alojamiento durante la estancia encontraremos una amplísima oferta, como cabría de esperar, bien en alguno de los hoteles de lujo de Castilla y León, u otros, según preferencias, como el Parador de Segovia, Hotel los Arcos, el Acueducto o el Hotel Infanta Isabel.
Dejamos pendiente para una siguiente jornada adentrarnos en la Segovia más oculta, en busca de sus pueblos, su paisaje y paisanaje. Entre la llanura y el agreste panorama que ofrece la vertiente norte de la sierra de Guadarrama visitaremos Sotosalvos, Pedraza, las Hoces del Durantón, Cantalejo, la ermita de San Frutos y Maderuelo, junto a las Hoces del río Riaza. En conjunto, una muy interesante muestra de arquitectura medieval, de fortalezas y miradores naturales. Pero, o bien antes o después, y con la cámara de fotos a punto de disparo, no debemos pasar de largo de los Jardines y Fuentes del Real palacio de la Granja de San Ildefonso.
Ávila, Patrimonio de la Humanidad
A menos de una hora en coche, no más de sesenta kilómetros, nos espera la amurallada ciudad de Ávila, cuna de Santa Teresa de Jesús. El recinto, entre torreones y de fácil paseo por su muralla, nos permite ir descubriendo sus monumentos histórico-artísticos más destacados como su Catedral, la iglesia – convento de Santa Teresa y el Torreón de los Guzmanes, un conjunto monumental que no en vano ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Como despedida de la ciudad, quedarnos con las maravillosas vistas que nos brinda el humilladero de Los Cuatro Postes, donde según cuenta la leyenda fueron sorprendidos Teresa de Jesús y su hermano cuando decidieron partir a evangelizar infieles.
Extramuros, comprobamos cómo la naturaleza aquí se ha mostrado generosa, con las abruptas montañas de su Sierra de Gredos y, algo más sosegado, con el paisaje del Valle del Tietar, muy admirados por los amantes del senderismo. Este entorno natural que nos acompañará en la visita a pequeños pueblos con encanto que debemos incluir en nuestro cuaderno de viajes por la provincia de Avila: Guisando, Arenas de San Pedro, Madrigal de las Altas Torres, El Barco, Piedrahíta o Mombeltrán. Y, como parte también de su patrimonio, la gastronomía, de carácter muy serrano con propuestas tan contundentes como sus judiones del Barco y el típico chuletón, la sopa castellana y las patatas revolconas, para concluir con las Yemas de Santa Teresa, que presiden la repostería abulense.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid
De nuevo, tomando como punto de partida Segovia, nos dirigimos a Valladolid, la del Pisuerga, que nos sorprende con su elegante Plaza Mayor y el fresco parque que dio título a la canción Campo Grande, que inmortalizaran los chicos del grupo musical Celtas Cortos. El entramado urbano más céntrico nos pone en contacto con su historia y su cultura, que se manifiesta sobremanera con su Universidad, maravilloso ejemplo del Barroco. Otros edificios de distintos periodos enriquecen su patrimonio como la iglesia de San Pedro, el colegio de Santa Cruz, la iglesia de la Antigua o la Catedral. Como no podría faltar en este ambiente, es inexcusable la visita a alguna de sus exposiciones permanentes como el Museo Nacional de Escultura, con las mejores tallas de madera policromada de toda Europa; la Casa de Cervantes, el museo Oriental o la Casa–museo de Cristóbal Colón.
Es momento de decidir si regresar a Segovia o continuar nuestra ruta desde el mismo Valladolid, ya que nos encontramos a unos cien kilómetros de nuestro punto de partida. Podremos disfrutar de una buena estancia en el Parador de Tordesillas, en alguno de las propuestas de Eurostars hoteles, o los céntricos Hoteles Imperial, Washington Suites o el Hotel Frontaura, entre una extensa oferta de establecimientos.
Pero aún más, los dominios de los ríos Esgueva y Pisuerga nos invitan a visitar entorno tan apetecibles como Peñafiel con sus afamadas bodegas de los vinos de la Ribera del Duero, para los amantes del enoturismo; el trazado del Canal de Castilla y su última dársena en Medina de Rio Seco o un recorrido por sus regias fortalezas que nos llevarán a disfrutar de los núcleos más llamativos de la provincia pucelana, como Encina de Esgueva, Fuensaldaña, Íscar, Medina del Campo, Simancas y la cultural Villa de Urueña, donde poder visitar el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, el Museo de las Campanas o el Centro de Arqueología Mercedes Rueda.
Nos quedan más provincias que disfrutar de Castilla y León en otra escapada, buena excusa para ir haciendo una búsqueda de hoteles que tomar como punto de referencia y partida en nuestra próxima visita a las restantes provincias de Soria, León, Palencia, Burgos, Zamora o Salamanca.
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Rayista volverá a ponerse la franja roja para viajar con el equipo al próximo compromiso liguero: Valladolid. La cercanía de la ciudad del Pisuerga hace que cientos de aficionados del Rayo Vallecano vayan a visitar la ciudad puecelana