Hace algunas décadas que se inauguro el restaurante Adolfo en una recoleta judería de aquel Toledo en el que convivieron tres culturas de distintos dioses, diferentes leyes y el mismo fervor por una ciudad que era de todos y el mejor regalo a las sociedades venideras. Casi dos décadas afianzándose con un espíritu positivista en el que le acompaña su mujer, Julita García Sánchez. No ha desfallecido ante el trabajo ni ante las adversidades; por el contrario, se ha ido superando, día a día, para convertirse en lo que es: uno de los restaurantes más destacados de Iberia.
Los guisos de Adolfo son cambiantes, según estaciones y tendencias, pero, a la vez, respeta los cánones clásicos dentro de la cocina regional con una estructura internacional. Gran maestro mil veces premiado (ha logrado recientemente el Marqués de Desio de la Academia Nacional de Gastronomía y de la Buena Mesa al mejor profesional de la restauración española), entiende el oficio de una manera muy personal, en la que tienen que intervenir todos los sentidos. De ahí que, al realizar cualquiera de sus muchos platos, siempre pretenda que sean armoniosos, ningún aroma suprima otro y ni un sabor prevalezca más de lo preciso sobre otro gusto.
Adolfo es un enamorado de la cocina regional castellano-manchega, donde halla la base de su carta y la inspiración de sus platos. Aceites, especias, caza, huerta, carnes, dulces y frutas que, en muchos casos, el mismo produce, son tratados con el cariño de quien entiende que son materias para hacer una obra de arte.
Su bodega, con más de cuatrocientas referencias y más de cuarenta mil botellas, está instalada en una cueva de una casa judía del siglo XI próxima al restaurante. Allí, se encuentran todas las denominaciones y vinos de la tierra de España y una amplia representación de los caldos más prestigiosos del mundo, siendo un defensor de los vinos de Castilla-La Mancha.
Adolfo Muñoz Martín
Adolfo Muñoz Martín nace en Belvís de la Jara (Toledo), el 23 de Agosto de 1953, toda su infancia transcurre en su pueblo natal donde cursa los estudios primarios y ayuda, siempre que puede, a su padre en las labores del campo, como era en la huerta familiar, en la recogida de la uva y de la aceituna durante la temporada de la misma. Este hecho hace que nazca en él el entusiasmo y cariño que tiene por los productos de la tierra.
A los trece años se traslada a Toledo para trabajar en la hostelería, aquí empieza su pasión por este mundo. Trabaja en el restaurante El Quijote hasta los 17 años, como pinche de cocina y en el comedor, se traslada como jefe de producción y personal a una cafetería-repostería de la capital imperial durante 4/5 años.
En el año 1976 conoce a la que será su mujer, Julita García Sánchez, natural también de Belvís de la Jara, en esta época con 22 años monta lo que sería su primer negocio en régimen de alquiler, durante dos años, el club de tenis de Toledo. Después Adolfo y Julita ponen juntos su primer negocio, una pequeña cafetería en el centro de Toledo, en la cual Adolfo hace algo distinto de lo que se hacia en Toledo, dando más importancia al vino, al queso y al aceite de la Mancha. Esta iniciativa tuvo mucho éxito y fue punto de reunión para mucho Toledanos que se acercaban a departir en torno a una buena cocina.
Adolfo es amante de su familia, con la que cuenta siempre a su lado ha cosechado importantes premios en los que destacan el Premio Nacional Alimentos de España que concede el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y Premio Nacional de Gastronomía Marques de Desio al mejor profesional de la Restauración Española. Primer Premio de Restauración de Castilla–La Mancha. Premio de Turismo Cámara de Comercio de Toledo y Mejor Empresario del Año por la Federación Empresarial Toledana.
A través de sus restaurantes en Toledo y en Japón ha adquirido renombre internacional y las más altas calificaciones en eventos, medios de comunicación y críticos especializados de todo el mundo. Es una seña de identidad de la gastronomía española y en particular de Castilla–La Mancha, ya que su cocina ha viajado con él por más de 30 países en los que ha interpretado de forma sabia y sugerente la riqueza de los productos naturales. Es un amigo de sus amigos, apacible, generoso, muy creativo y gran comunicador.
Dirige junto a su familia el Grupo Adolfo – Toledo, que se encuentra integrado por Restaurante Adolfo, Restaurante La Perdiz, Adolfo-Colección, Viñedos Cigarral Santa María, restaurante y bodega donde se elabora el vino Pago del Ama, la Escuela de la Cocina y el Vino de Toledo y el obrador de pastelería y panadería. Es copropietario del Hotel Palacio Emperatriz Eugenia de Montijo de 5 estrellas, siendo el restaurante Belvís el nuevo enclave gastronómico que camina bajo la filosofía de cocina de Adolfo.
Restaurante Adolfo. Grupo Adolfo
Hombre de Palo, 7
45001, Toledo
Tel.: 925 227 321