Todo aquel que quiere ponerse en forma debe asumir que gran parte del éxito dependerá del tipo de alimentación que siga. De hecho, este es uno de los motivos por los que, en ocasiones, algunas personas se desaniman y abandonan el esfuerzo. Se desesperan ante la perspectiva de privarse de sus alimentos favoritos y renuncian a seguir la dieta. Pues bien, desde aquí queremos animarte y pedirte que no lo hagas: es posible seguir una dieta para fitness con la que aprovechar al máximo los beneficios del entrenamiento y, a la vez, seguir disfrutando de la comida.
En función de cuál sea tu alimentación, es posible que tengas que hacer algunos cambios. Hay un tipo de alimentación que es perniciosa, con independencia de que hagas deporte o no: evita las grasas saturadas y de origen animal, huye de la bollería industrial cargada de azúcares simples, harinas refinadas y grasas poco saludables (solo te aportan calorías vacías), escapa de las bebidas azucaradas y desecha el consumo de alcohol. Las frituras, la comida procesada y la comida rápida tampoco son buenos amigos de la salud. Pero más allá de eso, es posible comer de todo lo demás, y eso incluye alimentos que habitualmente pensamos que no encajan en una dieta para fitness.
Un ejemplo es el chocolate negro e incluso algunos chocolates para repostería. Al asociarlo con otros tipos de chocolate, como el chocolate con leche, pensamos que engordan y no encajan en una dieta sana. Nada más lejos de la realidad. El chocolate negro es más saludable cuanto mayor su pureza y tiene múltiples beneficios para el deportista: tiene beneficios antioxidantes, es muy energético (lo cual lo convierte en un alimento idóneo para la recuperación de la fatiga), tiene propiedades antiinflamatorias y combate la fatiga crónica, mejorando el estado de ánimo y el sueño. Por eso, el chocolate negro es uno de esos alimentos de los que no tienes por qué privarte cuando empieces a hacer ejercicio: al contrario, una pastilla al día te ayudará al desarrollo deportivo.
Qué alimentos integran la base de una dieta para fitness
Antes de comenzar una dieta para fitness tenemos que definir la cantidad de comidas diarias, teniendo en cuenta que la hora de la ingesta y lo que comas en cada una de ellas va a influir en tu rendimiento. Lo ideal es realizar tres comidas principales y dos o tres secundarias, lo que habitualmente conocemos como un tentempié.
La dieta para fitness también debe ajustarse al deporte que realices y a la edad, el sexo y el peso de la persona. Sin embargo, hay algunos alimentos básicos:
- Muchas frutas y verduras. Son nuestro principal aporte de vitaminas y minerales (potasio, hierro, calcio, magnesio, sílice, zinc, sulfatos, fosfatos, cloruros). También tienen un alto de fibra y de agua.
- Hidratos de carbono complejos, de grano entero e integrales: los nutricionistas suelen recomendar a los deportistas que los hidratos de carbono supongan entre el 60-70% de su ingesta calórica diaria. Tras su transformación en glucógeno, los hidratos de carbono son la fuente de energía que necesita nuestro cuerpo para entrenar y competir.
- Lácteos, mejor desnatados. De esa forma evitarás una fuente de grasas animales.
- Proteínas magras de origen animal y vegetal.
- Evitar azucares y conservantes.
- Grasas favorables como aceite de oliva, frutos secos y aguacate.
- Proteínas magras de origen animal y vegetal, evitando en lo posible las carnes rojas. Es preferible las carnes blancas (de ave) y el pescado, que suele contribuir al aporte de Omega 3.
- Grasas vegetales como aceite de oliva, frutos secos y aguacate.
Como ves, la mayor parte de los alimentos encajan en una dieta básica para fitness. Así que olvida los tópicos, come bien y haz deporte. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!