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Contemplando el Silencio desde Peñalba de Santiago

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La Peña Alba, en el valle del Silencio, sirve como referencia natural para la localización del bello caserío de Peñalba de Santiago. Sus amontonadas casas, cubiertas de pizarra y piedra, escalonadas hacia el valle, forman un modelo inigualable de arquitectura popular bien conservada. Balconadas de madera en forma de corredor y el ambiente medieval que se percibe parece ser obra también de la misma naturaleza y no construcción del hombre.

 

En el valle del Silencio, entre robles, nogales y castaños, las casas de Peñalba, ocultan uno de los más importantes monumentos de arquitectura mozárabe de España. Casi inadvertida, se alza la iglesia de Peñalba de Santiago, único resto del monasterio que fuera fundado por San Genadio, allá por el siglo X, entre 931 y el 937, durante el reinado de Ramiro II. Los restos de aquel edificio sirvieron posteriormente para la construcción de las actuales viviendas de los habitantes del valle.

Estas típicas casas serranas, de piedra y techos de pizarra, se amontonan en torno a su Iglesia sobre la fuerte pendiente de la ladera de la montaña. A modo de gran balcón natural, Peñalba mira hacia los valles del Silencio y Friguera, sorprendente paisaje berciano que en otro tiempo sedujo a eremitas y contemplativos, como San Genadio, Valerio o Frutuoso.

Así, todas las empinadas calles de Peñalba se dirigen hacia la iglesia, centro histórico y artístico del pueblo. El pequeño edificio es de planta de cruz latina, con muros de mampostería de piedra de pizarra y calizas y pequeños contrafuertes de estilo asturiano. No menos interesante desde el punto de vista arquitectónico es su puerta germinada de estilo mozárabe. Ejemplo notable del arte románico incipiente es el sepulcro de San Fortis, que se encuentra adosado en su muro norte. En general, el conjunto es una bellísima obra mozárabe que conjuga la sencillez y la perfección. No en vano ha sido calificada como «la cosa más curiosa y digna de ser vista que entre las antigüedades tiene España…»

Por el Valle del Silencio hacia la cueva de San Genadio
Una vez en Peñalba, es recomendable acercarse a visitar la Cueva de San Genadio, en el mismo valle del Silencio, donde los antiguos eremitas encontraron su lugar de recogimiento. Esta pequeña marcha puede convertirse en lo más inolvidable a los valles del Oza, Friguera y Silencio. Son, en total, algo menos de dos kilómetros entre pequeñas huertas, espesa vegetación y con el sonoro acompañamiento del correr del río.

El camino toma dirección hacia las moles de piedra caliza que hacen de puerta del valle. En principio por la margen izquierda del río Silencio. Luego, una vez cruzado el arroyo, el camino va ascendiendo paulatinamente hasta la base de las moles rocosas. Aquí concluye la marcha, en la cueva de San Genadio, sobre las aguas del Silencio, donde se supone que el santo se recogió como anacoreta.

El paisaje desde este lugar invita a quedarse. Al cobijo de lo escarpes rocosos, el silencio toma fuerza y recuerda aquel grito de «cállate» con el que el santo ordenó al río desaparecer bajo las piedras para que el ruido no interrumpiera su oraciones.

La Senda de los Monjes
Distancia: 19,5 kilómetros
Desnivel acumulado subida: 743 m
Desnivel acumulado bajada: 253 m

El monasterio benedictino de San Pedro de Montes, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo VII, se asienta en un paraje de excepcional belleza, en el corazón de los Montes Aquilianos. En su momento de máximo esplendor, entre los siglos XII y XIII, legó a ejercer señorío sobre ochenta y cinco pueblos de El Bierzo, La Cabrera y Valdeorras.

En el municipio de Ponferrada, la mayoría de las sendas de herradura y caminos carretales, que facilitaban el acceso a iglesias, herrerías, granjas, molinos, tierras de labor, pastos etc…. permanecieren en uso hasta finales de la década de 1960. A partir de esos años, la despoblación de los pueblos de montaña fue causa de que cayera en el olvido y, poco a poco, fueran invadidos por la vegetación. Uno de los objetivos del Plan de Dinamización Turística de Ponferrada es recuperar los que tienen un mayor interés cultural y paisajístico.

Ruta Circular de la Tebaida Berciana
Distancia: 14,5 kilómetros
Duración aproximada: Seis horas y media

En Peñalba de Santiago, la ruta parte desde el pilón y baja por el camino que lleva al Valle del Friguera, en dirección a Montes. En dirección a la Herrería de Montes, seguir el trazado de la carretera hasta El Jardonal. En Montes de Valdueza se inicia en la puerta del Monasterio y baja a cruzar el arroyo de Montes hacia Peñalba.

Al pie de los Montes Aquilianos, cuyos picos rondan y superan los dos mil metros de altitud, se abren estrechos valles surcados por arroyos que alimenta el deshielo, alguno de nombre tan evocador con el Silencio.

Y fue sin duda buscando un lugar lejos del ruido del mundo como llegaron hasta aquí los monjes, hace ya más de mil años.

Fundación tras fundación, llegó a ser tal el número de monasterios y tan activa la vida religiosa, que la zona ha merecido el titulo de Tebadia Berciana.

Hoy, basta detenerse un momento y mirar alrededor para comprender por qué algunos de ellos -Valerio, Frutuoso, San Genadio, llegaron a alcanzar la santidad.

 

 

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