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Moscú, una excursión subterránea

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Nunca habría imaginado lo que me iba a encontrar. Fue impresionante. Las estaciones del tren gigantescas y llenas de arte por todos sus rincones. Le viene muy bien la definición que más le populariza «El Palacio del Pueblo», aunque debo añadir que no todas las estaciones son tan bonitas como las que hay en el centro de Moscú.

Mi mujer y yo dimos un agradable paseo por los jardines de Alexander, donde se encuentra la tumba al soldado desconocido y la llama eterna. Después, visitamos la «Plaza Roja» y el Kremlin. Nos metimos a comer el menú del día en un restaurante de esta misma zona. Aquí nos prepararon unos rabiolis de carne con una salsa semejante al yogurt griego, luego nos sirvieron unos creps rellenos de caviar y un postre. Os aconsejo que para comer pidáis cerveza, tiene un sabor muy agradable mezclada con estos alimentos.

Moscú, un museo de arte

Las estaciones del centro de Moscú se parecen más a un museo de arte que a las terminales de un tren subterráneo. Y no se trata solo de una estación bonita, sino que la red del metro moscovita es una gran obra de arte arquitectónica y un atractivo turístico de gran interés. Seguro que a muy pocos les interesaría hacer una visita virtual por el metro de Nueva York o de Londres. Sin embargo, si se tiene la oportunidad de hacerlo en persona por el de Moscú, os aseguro que vale la pena.

El metro moscovita fue inaugurado en 1935 y gracias a su belleza se ha ganado el nombre de “palacio subterráneo”. Su red es muy extensa convirtiéndolo en el primero en el mundo por densidad de pasajeros y en el quinto por extensión de líneas, -actualmente con 176 estaciones- después del de Nueva York, Londres, Madrid y Tokio. Al recorrer sus pasillos se pueden ver techos, suelos y paredes decorados con mosaicos, esculturas, pinturas, adornos y lámparas de araña con multitud de cristales que son gigantescas, incluso algunas estaciones están completamente construidas en mármol. Cada una puede ser muy diferente a la otra.

Cada una tiene su propio estilo arquitectónico y su particular decoración. Por ejemplo, la decoración de la estación de Kíyevskaya está dedicada a la amistad del pueblo ruso con Ucrania, la de Belorrúskaya a la amistad con Bielorrusia, y la estación de Komsomólskaya, que además es una de las más bonitas, refleja la lucha del pueblo ruso por la libertad y la independencia de la Patria.

Una forma de ahorrar dinero

Aparte de la espectacularidad de su arquitectura, el metro es la mejor forma de recorrer Moscú. Además es muy barato y puede pagarse a través del móvil, por lo que merece la pena hacer un tour para descubrir las maravillas que esconden las entrañas de la capital rusa. Viajar en este transporte es algo exótico. El metro de Moscú es una obra del arte. Su construcción se comenzó en 1932 y se terminó en el año 1935. Mueve diariamente hasta 15 millones de pasajeros.

Antes de acceder a los andenes se tiene que comprar una tarjeta magnética en la taquilla de la estación, e introducirla en el torniquete de acceso en dirección de la flecha. Se puede viajar tanto tiempo como uno quiera con los trasbordos necesarios sin pagar de nuevo. Si pensamos viajar a menudo durante varias semanas podremos ahorrar tiempo y dinero comprando un billete mensual.

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