Fuerteventura es un lugar mágico, la isla con mayor longitud del archipiélago canario, con una línea de costa que se dibuja sobre el Océano Atlántico para que puedas descansar en sus playas infinitas. El sol dorado, la arena blanca y las aguas turquesas serán la única compañía que necesites para pasar unos días de ensueño.
Con estas características, solo podemos invitarte a visitar las calas y playas de la isla, a alojarte en uno de los hoteles en Fuerteventura de Iberostar y disfrutar de un entorno natural único en nuestro país. Hoy te descubriremos algunos de los misterios que Fuerteventura guarda en su interior, para que no te quede ninguna duda y reserves ya tus vacaciones.
8 lugares que no puedes perderte si vienes a Fuerteventura
Islote de Lobos
Adentrado en un paisaje completamente volcánico, y apenas a un par de kilómetros de Fuerteventura, puedes encontrarte con unas playas paradisíacas que te darán una absoluta tranquilidad. Un Parque Natural donde descansar en la playa y ver especies animales que no encontrarás en otro lugar.
Este pequeño islote, completamente deshabitado, toma su nombre de una antigua colonia de lobos marinos que había en el pasado. También se han descubierto restos arqueológicos de la época romana, seguramente un asentamiento provisional en sus viajes.
Cuevas de Ajuy
Más de 70 millones de años hace que se formó esta joya geológica, convirtiéndose así en una formación más antigua que las propias Islas Canarias. Pasear por su interior es fascinante, a la vez que disfrutar de un atardecer bellísimo desde el punto más alto.
Junto a la cueva hay un pequeño pueblo pesquero con el que comparte nombre, donde no debes perderte su exquisito pescado fresco para conocer otra de las numerosas virtudes de esta tierra.
Montaña de Tindaya
Los majos, antiguos habitantes de la isla, consideraban a esta montaña como un lugar sagrado, un lugar mágico donde rendir culto a sus creencias. Y no te parecerá extraño cuando estés aquí por primera vez, cuando las luces del atardecer o el amanecer incidan sobre las rocas y creen colores casi inimaginables.
Todavía quedan restos de aquellos majos: unas huellas de pies que miran hacia el oeste, marcándonos cuál es el camino a seguir.
El Cotillo
El Cotillo es una localidad visitada por numerosos turistas a lo largo del año, gracias especialmente a la increíble gastronomía de la zona y la maravillosa playa de la Concha. Las aguas tranquilas, recogidas por el arrecife volcánico, hace que sean perfectas para quienes quieren una tarde tranquila.
Después de disfrutar de la arena, el sol y el océano, nada como contemplar el atardecer desde cualquier terraza mientras probamos los pescados y quesos de la isla.
Las Dunas de Corralejo
Situadas en el noreste de la isla, las grandes playas de Fuerteventura cuentan con una protección natural que te permite estar al resguardo de todo: un inmenso mar de dunas. Las Dunas de Corralejo se extienden más allá de la vista, y son un sitio perfecto para desconectar.
El viento va moldeando su forma a lo largo del tiempo, cambiando el paisaje cada día, ofreciendo alguno nuevo constantemente. Si quieres relajarte, pasea por estas dunas con los pies descalzos, sintiendo los granos de arena en tu piel.
Las Playas de Jandía
El paraíso debe ser algo parecido a esto. La línea blanca de la arena y la turquesa del mar, corriendo en paralelo por un horizonte infinito que llega más allá de donde alcanza nuestra vista. Se trata de las conocidas playas de Sotavento, en plena península de Jandía.
Aquí encontrarás bañistas de todo tipo, desde familias que buscan unas aguas tranquilas para sus hijos hasta quienes prefieren tomar el sol y relajarse en la orilla. Sin olvidar, por supuesto, a los windsurfistas que vuelan por encima de las olas.
Cofete
También en la península de Jandía, pero a barlovento, podemos encontrar una playa virgen a la que se accede a través de una pista de tierra sin asfaltar de casi 10 kilómetros. Puede parecer un camino duro, pero vale la pena completarlo.
Encontrarás a tu llegada 14 kilómetros de arena fina y las olas del océano batiendo con fuerza contra las rocas, todo rodeado de las montañas que la protegen. Para añadir más misterio, allí se encuentra la Casa Winter, una misteriosa mansión que, según cuenta, sirvió como refugio de los nazis durante la II Guerra Mundial.
Betancuria
Y cerramos nuestro paseo por Fuerteventura con la capital más antigua que se estableció en las Islas Canarias, todo un Conjunto Histórico que nos lleva hasta los primeros inicios de su pasado colonial, allá por 1404, cuando llegó el conquistador francés Jean de Bethencourt.
La arquitectura típica canaria, los adoquinados, las ermitas, las plazas… Todo ello forma un patrimonio cultura único, que se completan con museos tanto de arte sacro como de restos arqueológicos. Una forma idílica de terminar nuestro recorrido por la isla.