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Las Hurdes (Cáceres)

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El director del Centro de Documentación de Las Hurdes muestra la realidad de esta comarca cacereña, manchada por un pasado de negra leyenda, que ha conseguido, con el tiempo, convertirse no sólo en uno de los lugares más bellos de la península, sino en un reducto donde las tradiciones, la artesanía y el amor por la naturaleza, son máximas de vida.

La Comarca de Las Hurdes está situada al norte de la provincia de Cáceres, limitando con la de Salamanca, en lo que comúnmente se denomina «La boina de Extremadura». Su territorio abarca unos 471 Km2, hallándose comprendida entre la 40º 29´ y 40 º 15´ latitud norte y los 6º 3´55´´ y 6º 29´15´´ longitud oeste. La Sierra de Gata y el Valle del Ambroz salvaguardan esta maravillosa comarca natural.

Cuatro son los valles que fluyen por entre las pizarrosas montañas de las Hurdes: El Ladrillar; el río Hurdano, que parte a la comarca en dos mitades, con su afluente el Malvellido y el valle del río Esparaban, al oeste, el río de los Angeles, antiguo lugar privilegiado para el retiro y reflexión, en donde se construyó, en el S. XIII el Convento de los Angeles, lugar de tránsito de S. Pedro de Alcántara hacía Portugal. Situados geográficamente dentro del contexto regional, siempre hay que hacer referencia a la Historia de las Hurdes, llena de tópicos y mitos que tienen como dice Miguel de Unamuno » de antaño el prestigio de una leyenda».

Se dice que la Historia de las Hurdes, comienza en el S. XIII (1.289) con la aparición del primer documento escrito que hace referencia a la misma. Pero lo cierto, es que ya en la edad de bronce sus pobladores nos dejaron la impronta de su presencia en la comarca a través de sus petroglifos, una escritura en la piedra de cuya interpretación se puede observar el modo de vida de aquellos originales pobladores.Se dice que la Historia de las Hurdes, comienza en el S. XIII (1.289) con la aparición del primer documento escrito que hace referencia a la misma. Pero lo cierto, es que ya en la edad de bronce sus pobladores nos dejaron la impronta de su presencia en la comarca a través de sus petroglifos, una escritura en la piedra de cuya interpretación se puede observar el modo de vida de aquellos originales pobladores.

Pero no cabe duda alguna, que la fecha de 1.289 es significativa para la comarca, pues supone el deslinde definitivo de la tierra de Granadilla (Casa de Alba) y su cesión al concejo de la Alberca, quién a lo largo de sus 600 años ejerce un férreo vasallaje sobre los habitantes de las Hurdes. Durante todo este tiempo, los hurdanos elevaron numerosos pleitos y quejas en busca de su libertad y de su propia tierra. Con el paso de los años viajeros, eruditos e intelectuales consiguen con sus plumas afiladas crear una leyenda negra, fruto del desconocimiento que de las Hurdes se tenía, pintando a la comarca como «un mundo diferente, fantástico», alejado de la realidad, como lo demuestra la película de Luis Buñuel «Tierra sin pan «.

Superada ya esa literatura fantástica, Las Hurdes ofrecen al viajero su riqueza cultural, social, antropológica, natural,… es decir Las Hurdes tal y como son. Esta comarca se presenta a los ojos del visitante como un gran conjunto armónico en donde se entremezclan naturaleza y arquitectura, en una lucha continua del hombre por adaptarse al medio en que se desenvuelve.

Las Hurdes (Cáceres)
Las Hurdes (Cáceres)

Paisajes llenos de pizarra y brezo, de piedra y jaras, aguas cristalinas que saltan alegres por entre la dureza del terreno, que modulan las riberas de los rios para dejarnos paso al reposo, al disfrute, a la tranquilidad. Las Hurdes también tienen su riqueza, como es su gastronomía, en donde el cabrito a la brasa y a la caldereta, las ensaladas de limón, los rebujones, los socochones, matajambres, morcilla fresca, el moje de peces, la repostería y el famoso queso de cabra, son deleites del paladar de aquellas gentes que visiten la comarca. La variedad cinegética de Las Hurdes (jabalí, corzos, perdices, conejos, zorro, ciervos, aguila culebrera…) son recursos que el turista amante de la naturaleza podrá apreciar, considerándose la comarca como uno de los últimos lugares que protejen a especies en peligro de extinción (cabra montés, lince, la cigüeña negra, alimoche…). Fresnos, acebo, aliso, tejo, castaño, madroño, enebro, cerezo, alcornoque, piorno, jara, cornicabra, lentisco, carquesa, cantueso, durillo… pintan del colores el paisaje primaveral de Las Hurdes.

Recorrido por la Comarca de Las Urdes

Pinofranqueado es el primer pueblo que nos encontramos a la llegada a Las Hurdes por su vertiente este, a través de la C-512, hoy Ex-201, dirección Coria-Salamanca (por Las Hurdes).

Dos kilómetros antes de llegar a Pinofranqueado, nos desviamos a la izquierda en dirección Ovejuela (10 km), en donde podemos disfrutar de 2 atractivas rutas:

1) Visita a las ruinas del Convento de los Angeles, del s.XIII, vestigios de la evangelización de la zona, coronado éste por el «chorrituero», una caida de agua espectacular que la podemos observar desde un mirador creada a tal efecto, situado en el paraje de «Los llanos»;

2) Subida al «chorro» de Ovejuela, un lugar paradisiaco para disfrutar del agua y recogimiento.

Llegados a Pinofranqueado podemos encontrarnos con su maravillosa piscina natural, goce y disfrute de viajeros; con sus chiringuitos de verano junto al río; sus hostales y restaurantes, lugares del buen tañer; y con sus campings, uno, junto a la piscina natural rodeado de vegetación autóctona, y otro, a unos metros, en el paraje de «Las Mestas», dirección Sauceda. Unos kilómetros a la izquierda está la alquería de Sauceda, con su albergue juvenil y sus grabados prehistóricos en el paraje de «las ereáis».

Retomando Pinofranqueado, nos introducimos ya en el valle del río Esperabán, en donde nos esperan las alquerías de La Muela, El Robledo y Avellanar, paraje que antaño se antojó de hermosos avellanos. Antes de llegar a esta alquería, una piscina natural permite refrescarnos.

Seguimos ruta hacia Horcajo, y sus Corrales del Moral, restos de arquitectura pastoril destinados al ganado caprino que en largas temporadas pastaban en los montes comunales. Esta es una ruta muy suave que transcurre tranquila al lado del arrollo. La siguiente alquería es Castillo, famoso por su petroglifo situado en el paraje de la Zambrana, que mantiene escrita parte de la historia vivida de los primeros pobladores de Las Hurdes.

Vista de Las Hurdes
Vista de Las Hurdes

Este petroglifo es conocido comúnmente como el «tesito de los cuchillos», por su clara simbología, situado en el viejo camino que comunicaba Castillo y Erías. La alquería de Erías es un tanto peculiar, puesto que se accede a ella a través de un arco similar a los amurallados árabes, con sus calles estrechas pero llenas de sol, del cual nos podemos resguardar con los famosos sobreros de bálago. También aquí nos podemos encontrar artesanas que trabajan el mimbre con delicadeza. Aldehuela última pedanía del valle, conserva restos de arquitectura popular, así como viejos artesanos que trabajan la piedra y el brezo transformándolos en cachimbas, candiles y chisqueros. Volvemos carretera abajo hasta llegar de nuevo a Pinofranqueado. Por una carretera que va junto al camping «Del Pino», se accede a Casar de Palomero, pasando por Pedro Muñoz (o Perote, como se conoce por la zona), Azabal, con sus atractivas pozas de baño hasta llegar a Casar de Palomero, lugar de encuentro de tres culturas (árabe, cristiana y judía). Son famosas aquí la casa donde pernoctó el rey Alfonso XIII a Las Hurdes en 1922, que aún mantiene intacta la cama tal y como la dejó su majestad por entonces, muy bien conservada por la dueña de la casa Dñª Rosario Terrón; y su ermita de la Cruz Bendita, depositaria de la cruz que los judíos apedrearon hace 500 años, y que todos los años recuerdan en festividad. En el puerto del Gamo se conservan unos maravillosos petroglifos, con una gran variedad de símbolos. Salimos de Casar de Palomero en dirección a Caminomorisco, sin olvidarnos antes de visitar Ribera Oveja.

Llegamos, después de unos 10 kilómetros de descenso por un paraje de olivares, cerezos y pinos, al concejo de Caminomorisco, recibiéndonos a nuestro encuentro la pequeña pedanía de la Aceña. Antes, entre Pinofranqueado y Caminomorisco, hemos dejado atrás la alquería de Mesegal, que nos da pie a realizar una ruta por el famoso Mirador del Alavea, desde donde se contempla el esplendor del arrollo que baña a Caminomorisco. Este itinerario es propicio para practicantes del deporte cicloturista.

En Caminomorisco nos esperan su gasolinera, su mesón típico, sus piscinas natural y municipal, así como su casa de cultura, modelo de vivienda tradicional en la comarca de Las Hurdes. Cruzamos el pueblo y seguimos la C-512 en dirección norte, dejando en nuestro camino las alquerías de Dehesilla, La Huerta y Cambrón, para llegar al Mirador delOrégano, desde el cual se puede divisar a lo lejos Cambroncino y su iglesia de Sta. Catalina o iglesia de Las Lástimas, el mayor de los monumentos eclesiásticos de las Hurdes, de los siglos XVII y XVIII. Piedra, pizarra y ladrillo son sus materiales de construcción.

Tras esta parada proseguimos dirección a Vegas de Coria, con su piscina natural, buenos restaurantes y productos típicos como la aceituna, muy abundante en la zona. Cerca de Vegas de Coria, a unos 2 kilómetros, Arrolobos, topónimo que muestra la presencia de estos animales en la zona, aunque hoy ya se encuentran extinguidos. Situada en la cola del pantano, los lugareños aprovechan para disfrutar de la pesca. Giramos a la izquierda, en dirección Nuñomoral.

A unos 4 kilómetros aproximadamente, nos topamos con Rubiaco, que da pie al camino que nos conduce a la alquería de Horcajada, semiabandonada y que es el ejemplo más claro de los originarios asentamientos hurdanos que conserva su típica arquitectura negra. En la otra margen del río Hurdano, siguiendo la misma línea que Rubiaco, se encuentra La Batuequilla, divisada a lo lejos y camuflada por una exuberante y rica vegetación de madroños, brezo, acebo, jaguarzo, enebro, etc., que acompaña a todo el valle que le da su nombre «Arrobatuequilla». Por entre estos parajes rebolotean magníficos ejemplares del buitre negro.

Continuamos camino de Nuñomoral, por el valle del río Hurdano, y justo antes de entrar en el pueblo, cruzando un pequeño puente, un desvío de 3 kilómetros a la derecha, nos indica dirección La Aceitunilla, colocada sobre las faldas de la sierra del Cordón, que conserva modelos constructivos de casas redondas, calles estrechas y empinadas, grabados en piedra, y una prensa que aún conserva el modo tradicional de hacer aceite para los lugareños. Un artesano del barro y piedra nos recibe con sus figuras de personajes hurdanos, llenas de expresividad y sentimiento.

Volvemos hacia Nuñomoral, nos adentramos en el pueblo; pasamos por su plaza típica del ayuntamiento y su iglesia, una de las ermitas más antiguas de cuantas se encuentran en Las Hurdes. Por la mitad del pueblo, hay un desvío a la izquierda que nos adentra en el valle del río Malvellido, sinuoso, oscuro, pero lleno de encanto. El Cerezal es la primera alquería que nos encontramos, oteada desde un mirador al lado de la carretera, famosa por su valle de los Tejales, un micro-clima único en la zona; del legendario «charco del Royón», al pie de una de las presas de abastecimiento de agua que SS.MM. los reyes de España inauguraron en su viaje a Las Hurdes, en donde las nuevas tecnologías van supliendo a los antiguos sistemas de riego. Dejamos El Cerezal y nos dirigimos hacia Martilandrán y Fragosa, topónimo que demuestra lo intrincado del terreno.

Desde el Cotolengo, institución benéfica asistencial que recoge a enfermos de la zona, y que lleva ya cumpliendo su misión altruista desde el año 1952. Y llegamos a El Gasco, salvaguardado por el Chorro de la Meancera y el famoso volcán, de cuyas piedras los artesanos de la zona elaboran sus cachimbas. Este valle es rico en artesanos de la piedra, de la madera de castaño, olivo, madroñera; tamborileros que alegran el duro trabajar diario; y de grandes castañales, madroñeras, carrascos y encinas. Aquí se termina el valle y la carretera; volvemos a Nuñomoral (12 km de recorrido).

Casares de Las Hurdes es nuestro siguiente destino. La dirección la tomamos en el cruce de Nuñomoral, junto a un pequeño restaurante en el que podemos disfrutar de la comida tradicional hurdana. Cruzamos Asegur, mezcla de arquitectura moderna y tradicional; para llegar al cruce de Casarrubia y La Huetre, enclavados al pie de la especular Sierra de la Corredera, que por lo abrupto del terreno aún se conserva una buena parte de la arquitectura negra, así como una cocina tradicional que podemos disfrutar en una recóndita pensión.

Volvemos hacia atrás 2 kilómetros para coger de nuevo la carretera principal, para pasar por Las Heras y llegar a Casares de Las Hurdes, denominada comúnmente «el balcón de Las Hurdes», por sus espectaculares vistas de la sierra de la corredera. Un antiguo campanario, para llamar a reunión; su casa de cultura, construida al modo tradicional (pizarra y piedra); artesanos de castañuelas y mimbre, son algunos de sus atractivos. Aquí en Casares podemos hacer una parada para reponer fuerzas.

Por el puerto de los Casares nos vamos encontrando las últimas alquerías del valle, Carabusino y Robledo, para llegar al límite de la provincia y comarca. Entre Casares y Carabusino hay una pista de acceso a una de las presas de abastecimiento de agua de la zona, llamada «la majá robledo», dentro del paisaje más espectacular del nacimiento del río Hurdano.

Coronado ya el puerto de los Casares, justo en su cima, salida o entrada por la parte de Ciudad Rodrigo, cogemos una antigua pista forestal (hoy ya asfaltada) que nos introduce de nuevo en Las Hurdes, concretamente en el valle del río Ladrillar. A unos 2 kilómetros del cruce anterior, hay un mirador a la izquierda (Mirador de Las Carrascas) desde donde podemos observar, por su lado norte, todo el valle del río Ladrillar, y por su lado sur, la sierra de la corredera con sus alquerías agrupadas. Descendemos tranquilamente hasta que nos vamos encontrando, a vista de pájaro con la primera alquería del valle, Riomalo de Arriba, otro de los lugares que conservan prácticamente intacta la arquitectura popular, que merece la pena darse una vuelta por sus callejuelas.

Continuamos bajando hasta llegar a Ladrillar, dejando atrás un magnífico merendero con su ermita. Cabeza de municipio conserva uno de los mejores barrios antiguos, justo al final del pueblo, así como una pureza de sus aguas, ricas en sales minerales. Refrescados, llegamos a Cabezo, donde podemos disfrutar de una rica repostería (tiroletes, roscas y floretas) en su hogar del pensionista, también modelo de arquitectura tradicional. Y arribamos a Las Mestas, última alquería del valle, que según M de Unamuno «un pueblo en la distancia que ni pintado para un pintor». Aquí podemos disfrutar de su «charco de la olla»; de la historia de Las Hurdes a través de la Factoría de Alfonso XIII, que aún conserva una maqueta de escayola de toda la comarca a modo de mapa; de los productos más característicos de todo el valle, como son la miel y el polen; y del milenario «enebro», símbolo del pueblo.

En Las Mestas se encuentra la salida hacia el valle de Las Batuecas, dirección La Alberca y Salamanca, pero para terminar con la comarca, nos tenemos que dirigir hacia Riomalo de Abajo, cola del pantano de Gabriel y Galán que dibujan en sus márgenes unos de los más hermosos meandros que pueden observarse en la geografía española, y que puede divisarse desde el mirador de La Antigua. No saldremos de la comarca sin antes haber probado los últimos manjares de la zona.

Artesanos de Las Hurdes

Leopoldo Segur Ángulo. Mimbre. C/ Gabriel y Galán. 10625 Ladrillar. (Cáceres)

Emilio Sánchez Sánchez. Cachimbas. 10630 Aldehuela,Pinofranqueado (Cáceres). Tf. 927 65.05.44

Felicidad Sánchez. Sombrerera. 10630 Erías,Pinofranqueado. (Cáceres) Tf. 927 67.05.72

Eutimia Martín Calvo. Bordado hurdano. C/ Coloriano, 3. 10630 Pinofranqueado. (Cáceres). Tf. 927 67.40.15

Vilasio Rubio Duarte. Ceramista. C/ Afueras, s/n. 10626 Aceitunilla, Nuñomoral. (Cáceres). Tf. 927 43.32.00

Jesús Crespo Crespo. Tambores y castañuelas. 10626 Fragosa, Nuñomoral. (Cáceres). Tf. 927 43.30.21. 

Diego De La Torre. Hojalatero. 10626 Nuñomoral. (Cáceres). Teléfono público 927 43.30.00.

Andalio Peromingo Gamino. Miniaturas de piedra. Avda del Príncipe, 3. 10626 Nuñomoral. (Cáceres). Tf. 927 43.33.5.

Cristino Crespo Peregrino. Cachimbas de piedra. 10626 El Gasco, Nuñomoral. (Cáceres). Tf. 927 43.34.59

Benigno Azabal. Colmenas de corcho. 10626 el Cerezal, Nuñomoral

Jesús Guerrero Rodríguez. Trabajos en cuero. Residencia Tercera Edad «Hurdes». 10626 Vegas de Coria, Nuñomoral. (Cáceres). Tf. 927 43.32.20

Religiosas «Hijas De San José». 10630 Erías, Pinofranqueado. (Cáceres) Tf. 927 67.05.60 / 67.05.55

Aurelio Aceituna. Cachimbas de brezo y piedra volcánica. Casitas de miniatura. 10627 El Gasco, Nuñomoral (Cáceres).Tf: 927 43.32.65

Oscar Duarte Canuto. Tamborilero. C/ Independencia, 17.10626 Nuñomoral. (Cáceres) Tf. 927 43.32.07

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