El mantecado de Estepa va unido a la Navidad como la lotería o las uvas de Nochevieja
Los mantecados y los polvorones de Estepa están presentes en las casas en cada Navidad. Son de los dulces más arraigados a nuestra cultura. Es por eso que en España hay fábricas especializadas que venden estos mantecados y polvorones de gran calidad, pero Estepa concretamente es la cuna por excelencia.
Entre los más conocidos por tener un sabor excepcional está por tanto el mantecado de Estepa, en la provincia de Sevilla. Se trata de un producto cuyo reconocimiento le ha llevado a tener el sello de Indicación Geográfica Protegida, que sólo pueden llevar los productos elaborados en una zona. Sería algo así como la denominación de origen de un jamón o un vino, pero aplicado a los mantecados.
Por qué es importante la denominación de origen
La denominación de orígen es una especie de protección en el ámbito de la propiedad industrial, que se basa en la procedencia de un producto. Es lo que impide el intrusismo en la alimentación. Para el consumidor es tener la tranquilidad de saber que lo que está comprando viene realmente de esa zona y está hecho con los productos de esa área geográfica.
A esto hay que añadir que la denominación de orígen no es regalada. Es decir, cuando una fábrica entre en la denominación de orígen se compromete a seguir unos parámetros y a tener unos estándares de calidad, que de hecho suelen ser bastante exigentes y que obligan a los fabricantes a mantener un protocolo tradicional en la preparación de ese producto.
Denominación de calidad de los mantecados de Estepa
Pues bien, el sello Indicación Geográfica Protegida es una certificación europea que garantiza que un producto tiene su orígen en una zona determinada. Cuando se trata de este sello, a diferencia de la denominación de orígen, se permite que una parte de la materia prima o del proceso de elaboración se reproduzcan fuera de esa zona. Los polvorones de Estepa tienen esta certificación, lo cual nos garantiza que los ingredientes fundamentales están presentes y además son de calidad, aunque alguna parte de la producción venga de fuera.
El negocio del polvorón
Los mantecados y polvorones de Estepa, con un efecto económico en la zona, llegan a las mesas de todo el mundo. De modo que tener este sello es también una forma de llevar España y sus productos clásicos al mundo.
Cada fábrica tiene sus propias especialidades y es cuestión de gustos. El paladar del consumidor es el mejor juez para distinguir un buen mantecado de uno que no tiene certificación. Un buen truco para distinguir un mantecado o un polvorón de calidad de otro que es más artificial es apretar un poco el dulce y, si se desmenuza, es que los ingredientes están bien molidos y mezclados.
Cuál es la historia del mantecado de Estepa
La primera receta del mantecado de Estepa sale del Convento de Santa Clara allá por el siglo XVI, en el año 1790. Si bien la autoría del dulce es de Micaela Ruiz la Colchona, una vecina del pueblo que quiso aprovechar la manteca del cerdo de las matanzas para hacer dulces. Además, se las ingenió para quitarle humedad a la harina y que así durasen más y se pudiesen comerciar en otros lugares.
Desde entonces la expansión del mantecado de Estepa ha sido imparable. Ya incluso se pueden comprar online, y entre su clientela hay desde familias hasta hoteles de cinco estrellas, pasando por países europeos o latinoamericanos. Estepa, en el corazón de Andalucía, es reconocida internacionalmente por sus mantecados y polvorones.