Al sur del pico de Urbión descansa la Laguna Negra. Si la contemplas por primera vez, su poderoso misterio te envuelve. Su imagen permanecerá viva en el archivo de tu memoria.
Situada a 1.780 m. de altitud se encuentra la Laguna Negra. Se trata de un depósito de agua de origen glaciar, rodeado de paredes rocosas y de pinos, hayas y helechos. Algo que contrasta y mucho con el majestuoso muro de oscura roca gris que se refleja en sus aguas.
Recorrer la Laguna Negra
Para conocer los alrededores de la Laguna Negra, os proponemos dos rutas. Cada una tiene su propio encanto. De hecho, si vais varios días, ¿por qué no hacéis las dos?
Subir al pico. Para lograr este objetivo puedes ir por el Muchachón a Los Llanos, hasta alcanzar el Pico. Así es como llaman al Urbión los sorianos. Además, contemplar el paisaje y respirar el aire puro es una maravilla. Tras esto, puedes bajar visitando lentamente las fuentes del Duero y dejarte caer por la cara más agreste de la Laguna Negra.
Camino por los puentes. Consiste en recorrer el camino llano disfrutando de los parajes casi mágicos que van parejos al río Duero. A esta ruta se le conoce también como «de puente a puente». Va desde el Santo Domingo al Puente Soria, pasando por el Pozo de San Millán. Desde aquí, accedemos a los Apretaderos y el Refugio.
Los pueblos de la tierra soriana
Los pueblos sorianos, algunos de ellos ya abandonados, guardan el encanto de su propia sobriedad. Se caracterizan por ser casas de piedra con amplias galerías de madera y altísimas chimeneas. Aquí os presentamos una serie de localidades de la zona.
Duruelo de la Sierra. Es la primera localidad que el río Duero atraviesa. Aquí te puedes detener a contemplar la iglesia de San Miguel y los restos arqueológicos.
Covaleda. Rodeada de pinos de gran altura, esta localidad conserva algunos elementos propios de tiempos medievales. Por ejemplo, el puente y la iglesia parroquial de San Quirico, con portada del siglo XV y el templo reconstruido en el XVII. Es importante su pila bautismal, con decoración románica.
Salduero y Molinos de Duero. Estos pueblos se caracterizan por mantener una arquitectura popular típica de la zona. El primero posee un puente de varios ojos y el segundo unas casas blasonadas. Todo esto hace de ellos lugares muy interesantes.
Hinojosa de la Sierra. En él podemos contemplar las ruinas de su castillo del S.XV y su interesante palacio renacentista.
Tera. Se puede visitar la ermita de los Santos Mártires. Asimismo, su iglesia parroquial tiene cabecera del S.XVI.
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