El horizonte favorito para los amantes de la fotografía y también del surf. Nazaré es una de las mejores zonas costeras de Portugal, que abandonó la pesca para explotar el turismo.
Situado en la región centro de Portugal, Nazaré es el destino ideal para pasar las vacaciones de verano. Desde comida realmente deliciosa hasta las mejores puestas de sol, este municipio guarda, pese al crecimiento del turismo, toda su historia en cada rincón. Una forma de descubrir nuevas culturas sin salir de la Península.
Y si hablamos de descubrir, cómo no mencionar al glampling. Para quienes lo desconozcan, se trata de toda una tendencia turística para aquellos que buscan disfrutar del campo sin abandonar los lujos de un buen hotel.
Esta palabra, que surge de la fusión entre camping y glamour, se define como casas instaladas sobre una plataforma de madera y que cuentan con toda la equipación necesaria para unas vacaciones de ensueño. Una opción diferente y moderna que puedes encontrar cada vez en más lugares. Por si lo estás pensando, sí. El glamping en Nazaré es la mejor forma de integrarte y dejarte seducir por el municipio y sus gentes.
Uno de los que más éxito tiene en la zona es el glamping Ohai Nazaré Resort. Situado en plena naturaleza, los alojamientos, acabados en madera, cuentan con su propio baño, cocina, ducha y terraza. Además, para aquellos que tengan que trabajar, también hay Wi-Fi gratuito. Pero esto no es todo. Cafetera, tostadora, acceso a la piscina y lavandería son otras de las opciones que ofrece.
Qué ver en Nazaré
La ubicación en la que se sitúa este municipio es ideal, si tenemos pensado pasar entre una y dos semanas, para visitar algunas de las ciudades más conocidas del país luso. Sin embargo, Nazaré también esconde sus secretos.
Fuerte de São Miguel Arcanjo. Situado cerca de la Playa do Norte, es una fortaleza que se erigió en su momento para proteger las playas de los ataques de piratas. Aunque parece no tener nada de especial, cuenta con una de las mejores puestas del sol del país.
Mirador del Suberco. Otra de las mejores puestas de sol. Si vas, seguro que intentarás inmortalizar el momento con alguna fotografía, pero ya te advertimos de que será imposible captar toda su belleza acompañada del sonido de las olas del mar al romper. Hasta aquí también se acerca quien quiere hacerse con un buen pescado o quien prefiere meditar.
Santuario de Nossa Senhora de Nazaré. Portugal siempre ha sido un país muy religioso y, a pesar de que su constitución establece libertad en esta temática, la religión sigue muy presente en cientos de sus ciudades. Este santuario, ubicado en la plaza principal, es ejemplo de ello. Y es que cada año se celebra una fiesta dedicada a la patrona de la villa. Se trata de una iglesia barroca de grandes magnitudes y perteneciente a finales del siglo XVII. Además, cuenta con una escalinata semicircular, una fachada en forma de galería y una esfera de reloj protegida por dos torres gemelas.
Casa-Museo del Pescador. Este rinconcito de Nazaré fue inaugurado en 1999 y busca mostrar a los turistas y a los más jóvenes como eran las casas entre 1930 y 1950. Por fuera, es fácil distinguirla. Y es que está compuesta por los colores más clásicos de las casitas portuguesas: el blanco y el azul.
Nazaré y su gastronomía
Sabiendo que Nazaré es un municipio costero, es fácil imaginar que el pescado y el marisco conforman la mayor parte de su alimentación y son las principales opciones de los turistas a la hora de comer aquí. Y no solo por la calidad. También por los precios, que son muy asequibles.
Asimismo, Portugal se caracteriza por una gastronomía variada en la que destacan los siguientes platos:
Bacalhau à Brás. El bacalao es el producto estrella de la cocina portuguesa. Y, aunque hay muchas formas de hacerlo, esta es una de las más demandadas. Consiste en bacalao desmigado con patatas paja, huevo, aceitunas negras y perejil. Es decir, la perfecta definición de manjar.
Francesinhas. Más típicas de Oporto, se pueden degustar por todo el país. Eso sí, te recomendamos que no la cenes y que la disfrutarás mucho más si has desayudo ligero. Se trata de un sándwich enorme con varias capas de carne, jamón, huevo, tocino… Y podríamos seguir así hasta enumerar sus más de 20 ingredientes. Se acompaña con una salsa picante y patatas fritas, aunque las patatas no tienes por qué pedirlas.
Feijoadas. Otro plato contundente aunque delicioso si te gustan las judías. En este caso se cocinan con tomate, repollo, chorizo, tocino y zanahoria. Se pueden acompañar con arroz blanco, que lo encontrarás, seguramente, en gran parte de sus platos.
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