Con la llegada del verano, comienzan las fiestas. Y de eso sabe mucho Cantabria, que durante el mes de junio empezará a celebrar sus fiestas más populares, aunque antes de esa fecha ya se celebra esta semana la ‘Noche de San Juan’, el pistoletazo de salida del verano más festivo cántabro. Aunque es agosto cuando la mayoría de las localidades tienen sus principales citas populares, julio también reúne un buen número de celebraciones.
La primera cita festiva preludio del verano es el 23 de junio, la noche de San Juan, una Fiesta de Interés Regional que se celebra en San Juan de la Canal para celebrar la noche más corta del año.
El 29 de junio, San Pedro, en Tresviso, una pequeña localidad situada en pleno Parque Natural de los Picos de Europa, celebra la fiesta del ‘Ramu’, que conserva la tradición de hace décadas. La fiesta comienza la víspera de San Pedro, cuando los mozos del pueblo buscan en el monte de hayas próximo en busca de un buen árbol al que llaman “jovera”. Las mozas, por su parte, preparan el “ramu”, un arco trenzado y adornado con flores y roscos. Ya en el día de San Pedro y después de la celebración de la misa y procesión, los vecinos se trasladan hasta la bolera del pueblo donde se encuentra la “jovera”. Previamente este árbol ha sido untado con grasa y la prueba consiste en alcanzar la cima del árbol, las mozas, por su parte, subastan los roscos del “ramu”.
También el 29 de junio, la localidad de Comillas celebra la festividad de San Pedruco, aunque su fiesta más importante es la que celebra el 16 de julio con el Cristo del Amparo, patrono de los pescadores, la cita por excelencia de los que trabajan en la mar.
Importantes citas en el mes de julio
Aunque agosto reúne las principales citas festivas, julio también es un mes con importantes celebraciones. El primer viernes de julio, tiene lugar el tradicional Coso Blanco en Castro Urdiales, un desfile nocturno en el que el color y la música llenan las históricas rúas de la villa. Esta Fiesta de Interés Turístico Nacional está repleta de color y música, ya que desfilan las creaciones artísticas de los carrocistas por el céntrico parque de Amestoy. Son miles las personas que se dan cita en este espectáculo bajo unos grandes fuegos artificiales.
En los puertos de Áliva, en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa y que aglutina todos los pueblos del Ayuntamiento de Camaleño, se encuentra la ermita de la Virgen de la Salud, cuya fiesta, declarada de Interés Turístico Regional en 1998, se celebra el 2 de julio. Es una fiesta con gran tradición en el valle, pero se vive con mayor intensidad en los pueblos de Espinama y Pembes. Numerosas personas se dan en esta cita en la que nunca falta la tradicional procesión y romería.
El domingo siguiente a San Pedro, que este año cae en el 5 de julio, Ramales de la Victoria acoge la Fiesta del Mantón, en la que los mantones de Manila son los principales protagonistas de la fiesta. Esta fiesta quiere homenajear a las mujeres que decidieron convertir esta prenda en un símbolo de paz y convivencia. Algunas de estas prendas fueron decomisadas a soldados carlistas en la Primer Guerra Carlista. Bajo los acordes de un viejo organillo, las parejas bailan: las mujeres ataviadas con sus mantones y los hombres luciendo etiqueta.
Del 13 al 17 de julio, El Sardinero santanderino se viste de época para acoger los Baños de Ola, con reminiscencias de la Belle Epoque. Este año cumple su 16 edición y participan tanto pequeños como mayores con actuaciones de todo tipo.
Continuando con la capital cántabra, Santander celebra del 23 al 31 de julio la Fiesta de Santiago, es su Semana Grande y su Feria Taurina. Todos los ciudadanos se vuelcan a la calle y participan de las numerosas actividades que se celebran durante estos días.
El último domingo de julio, se recupera en el Valle de Villaverde una tradición carbonera con la Feria de la Hoya. Fiesta de Interés Regional, rememora la tradición de elaborar carbón vegetal mediante técnicas ancestrales. Se obtenía así un carbón vegetal muy apreciado por las ferrerías por su gran poder calorífico y además no contagiaba ningún tipo de impurezas al hierro que elaboraban los ferrones. Días antes de esta fiesta se reconstruye una hoya tradicional que es abierta el mismo día de la festividad.