La fiesta del Redentor es una de las fiestas más emblemáticas de la ciudad Italiana. ¿O qué os pensabais, que únicamente se celebran los carnavales?
Pues no sólo hay una fiesta famosa en Venecia, justamente el tercer domingo de este mes de Julio se celebra la fiesta del Redentor.
En qué consiste
Esta conmemoración da lugar al aniversario del final de la famosa epidemia de la peste de 1577. En estas fechas del año, el doge declaró terminada definitivamente la peste en Venecia y en este motivo se construyó la Iglesia que da nombre a esta fecha.
La fiesta
Consiste en atravesar el puente de barcas que conecta la ribera de “le Zattere “ en Venezia desde la iglesia del Espíritu Santo con la iglesia del Redentor en la isla de la Giudecca, dónde tiene lugar la fiesta. Si vas justo el sábado por la noche, vas a ver que muchas de las familias residentes en la ciudad deciden disfrutar de la gastronomía veneciana en las barcas a lo largo del Canal para esperar la llegada de los fuegos artificiales que iluminarán toda la ciudad, convirtiendo esta tradición en todo un festín. La Plaza de San Marco termina llena de luces, música y envuelta de un encanto turístico realmente excepcional que de bien seguro no puede plasmarse en una simple fotografía.
El domingo sigue la celebración a cargo de las tres regatas de típicos barcos venecianos a lo largo de los canales, sin lugar a dudas muy digna de admirar.
Recomendaciones
Es importante ir con un poco de tiempo, porque se llena de turistas y es difícil encontrar un buen sitio para contemplar el espectáculo.
Una vez terminados los fuegos puedes unirte hasta que salga el sol a la marcha de Lido, la isla que queda frente, se tarda unos 20 minutos de en barco. Encontrarás música y baile hasta el amanecer en la playa.
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Curiosidades
En esa época, la peste era considerada una “enfermedad sagrada”, casi un castigo divino y se consideraba transmitida a través de las aves.
La solución que crearon los venecianos fue adaptar sus conocidas máscaras a ello. Así apareció la figura de los Médicos de la Peste. Creían oportuno vestirse de ave para alejar esta terrible enfermedad, por lo que de ahí se conocen las peculiares formas que adoptan algunas máscaras: dotadas de una enorme y alargada “nariz”. Éstas tenían la funcionalidad de evitar el contagio con los infectados, al mismo tiempo que contenía en su interior perfumes, a modo de filtro contra la fetidez que emanaba de los apestados.
