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Cuerveras, con barro en las manos

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Como si de la Creación se tratara, los alfareros son auténticos «dioses» por crear con sus propias manos vasijas, botijos y figuras que toman forma a través de un preciso y cuidadoso modelado. En un rincón de Albacete, las vetustas manos de Jesús Carcelén cuentan viejas historias centenarias y alfareras. Historias de una estirpe bicentenaria que sigue viva de la mano de sus vástagos. Estos, al igual que sus antepasados, mantienen la tradición de elaborar cuerveras, pieza típica de la cerámica de Chinchilla, que tan sólo se realizan en su taller y en otro de La Roda. Una historia apasionante que comenzó en las mágicas cuevas de Chinchilla, al amparo de su egregio castillo.

La estirpe de los Carcelén resuena fundamentalmente a barro. «Esencialmente somos una familia alfarera», asegura Jesús Carcelén López, hasta el momento, último eslabón de una larguísima cadena de artesanos procedentes de Chinchilla, a escasos catorce kilómetros de Albacete. Según Jesús, su bisabuelo ya contaba que su padre era maestro alfar por lo que la tradición puede remontarse al siglo XVIII. A los pies del castillo de Chinchilla, en las mágicas cuevas de San Antón, propicias para el mantenimiento de la humedad y la temperatura, esta familia albaceteña elaboraba piezas, que con escasos cambios, se mantienen hasta la actualidad.

Una de estas piezas es la cuervera, la más característica de la alfarería de Chinchilla en la que se elabora la cuerva, una bebida refrescante con la que se entonan populares brindis.

Tan sólo en su taller y en otro de La Roda, también en la provincia de Albacete continúan elaborándose estas piezas que salieron de las Cuevas de San Antón, bajo el Castillo de Chinchilla, durante siglos. Los Cebrián, quienes regentan el taller de La Roda también proceden de Chinchilla y es quizá por ello, que tanto una estirpe como otra, ambas procedentes de este pueblo alfarero quieran mantener esta pieza tan tradicional. Jesús Carcelén afirma que la cuervera que más aceptación tiene es la de 12 pucheros, aunque también cuentan con otros modelos de seis, ocho y diez pucheros, teniendo además disponibles unas de seis pucheros pequeños. Para Carcelén, actualmente, el uso que se le da es decorativo aunque añade que puede usarse sin que esta pierda ninguna propiedad.

Cuerveras
Cuerveras

Pasión por su trabajo se desprende de las palabras de Jesús quien confiesa «créame, contemplar como de una porción de barro surge algo con una forma definida y que transmite sentimientos, es algo mágico». Pasión que transmite en sus manos de donde salen, además de las mencionadas cuerveras, morteros, azucareros, queseras, saleros, murales sobre azulejos, botijos y piezas con dibujos sobre el Quijote.

Una pasión que aprendió de su tío Juan Carcelén y de su padre Jesús, quien sigue visitando el taller para revelarle los mejores trucos y secretos. Un aire fresco que proviene de la mano de su hermano José Angel, quien combina sus clases con la decoración de piezas. El es quien en el taller «a pesar de seguir moviendo a pie los tornos y realizar con la misma destreza heredada a través de cientos de años, los mismos productos y otros nuevos, inspirados en los que difundieron durante siglos nuestros ancestros, ha introducido las nuevas tecnologías», afirma Jesús. De este modo, a través de su página pueden comprarse sus piezas, desde cualquier parte del mundo y ver como elaboran sus piezas. Una mezcolanza de pasado, presente y futuro, que enriquece este taller.

La historia en anécdotas
«Nuestro padre cuenta una anécdota curiosa de su tío Serapio, el cual cuando se disponía a grabar la cuervera con el nombre que le habían encargado, muchas veces sólo recordaba el “nombre” y no los apellidos (ya que no los apuntaba), con lo que los apellidos se los inventaba él, cosa que parece que no le importaba demasiado al cliente»

«El Abuelo Jesús producía en mucha cantidad, y para justificar su poco detenimiento en la producción decía que “barro hueco ya vale dinero”

«Durante la Guerra Civil, las piezas producidas se vendían a cambio de otros objetos, sobre todo ropa de vestir y alimentos»

«Cuando estamos en un mundo en el cual la imagen es lo que mas vale, y cuando el embalaje a veces cuesta mas que el producto, nos “choca” cuando nos cuenta nuestro padre como se embalaban nuestros antecesores. Introducían los “cacharros” en carros tirados por mulas y ponían un “puñao” de paja y un objeto y así sucesivamente»

«Los mercados en los cuales se hacían las transacciones eran los pueblos de los alrededores de Albacete (Madrigueras, Tarazona de la Mancha, La Roda, La Gineta, etc.). Salían con el carro al completo y hasta que no lo vendían todo (en tres o cuatro días) no regresaban»

Pero, ¿qué es una cuervera?
La cuervera es la pieza de cerámica más tradicional de la provincia de Albacete. Es un recipiente de barro vidriado en forma de lebrillo, con dos asas pequeñas. Alrededor del borde van incrustadas una especie de plásticos, llamados «puestos» o «vaseras», que sirven como soportes, para colocar los pucheros o vasos. Es el recipiente donde se prepara la cuerva, que es una bebida refrescante muy agradable, típica de nuestra provincia (Albacete). Los ingredientes que se necesitan para hacer una cuerva son: azúcar, un poco de agua para diluir el azúcar, y vino, y en algunos pueblos de la provincia tienen costumbre añadirle melocotones, manzanas o plátanos. José Angel y Jesús Carcelén.

Desde el siglo XVIII
– S.XVIII. Se cree que los Carcelén ya se dedican a la alfarería.
– Antonio Carcelén del Rey (Bisabuelo de Jesús Carcelén López), trabaja en las cuevas de San Antón, en Chinchilla.
– Nace Jesús Carcelén Romero (abuelo de Jesús) que, junto con sus hermanos Serapio, Luciano y Antonio
– Todos ellos trabajan en las Cuevas del Bizco. Eran conocidos como Los Peroles.
– Nacen Jesús Carcelén Morote (padre de Jesús) y Juan Carcelén Morote. Los dos hermanos comienzan ya a ayudar en el taller familiar.
– 1944. Traslado del taller al barrio de San Pablo, en Albacete. Se siguen elaborando las mismas piezas con © Alfarería Carcelénbarro procedente de Chinchilla.
– Juan es el único que mantiene la tradición utilizando las técnicas artesanales. Todavía, en los años ochenta continuaba cociendo en hornos árabes.
– Finales del siglo XX. Jesús Carcelén López, sobrino de Juan e hijo de Jesús mantiene viva la tradición con la ayuda de su hermano José Angel, su mujer Eugenia y con los consejos de maestro alfar que todavía le da su padre.

PROCESO DE ELABORACION DE LAS CUERVERAS
– El proceso de elaboración de las cuerveras es complejo y delicado debido fundamentalmente a su forma peculiar y a su tamaño.
– Se inicia en el torno de madera con la realización del “cuenco” que va a ser el esqueleto de la cuervera en sí.
– Posteriormente se hacen, una a una, los “puestos” o también llamados “vaseras” que son recipientes pequeños que vas a servir de sustentación a cada uno de los – pucheros, estas “vaseras” son también realizadas en el torno.
– Una vez que el “cuenco” ha “tirado” (se ha endurecido un poco) se le practica unas hendiduras a lo largo de todo su canto y en un número igual al de “vaseras” que va a llevar y se le colocan las “vaseras” (una por hendidura) y los pequeños huecos que queden se rellenan.
– Por último, a la cuervera se le colocan un par de asas (una a cada lado).
– Se elaboran los “pucheros” que se hacen uno a uno en el torno y posteriormente se les coloca un asa a cada uno de ellos.
– Dejar que la cuervera se “seque”, proceso delicado, ya que un secado rápido podría romper la pieza.
«Bañado” de la cuervera y de sus pucheros, esta etapa consiste en la aplicación del esmalte que se hace por inmersión. Normalmente el esmalte mas usado es el de color “miel” aunque también se hacen en verde.
– Cocción en el horno.

Alfarería Jesús Carcelén
Calle Batalla del Ebro s/n.
02006 Albacete (E)
Tel.- (+34) 967 50 86 64

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