En la ciudad de La Bañeza se viven uno de los carnavales con mayor arraigo que se conocen en la provincia de León. La gente se disfraza por tradición, porque lo hicieron desde niños, al igual que sus padres, sus abuelos,… Tanto es así, que aquí nunca se dejaron de celebrar, ni siquiera bajo las amenazas de la represión franquista. El espíritu carnavalero lo llevan los bañezanos en los genes, y lo transmiten con el ritmo y la pasión que los viven.
Nadie sabe a ciencia cierta cuándo y cómo empezó. El carnaval de La Bañeza nació del pueblo y sus orígenes se pierden en el tiempo. Los más viejos del lugar lo han conocido siempre como una manifestación popular, espontánea, divertida, anárquica y casi clandestina hasta la llegada de la democracia, cuando se organiza tal y como ha llegado a nuestros días.
Existen documentos que avalan el carnaval bañezano desde siglos atrás. En concreto, el recogido por el Padre Albano en su libro “La Bañeza y su historia”, sacado de los protocolos de Antonio Ferreras de 1675, sobre “el jubileo de las cuarenta horas en los días del Carnaval”. A la vista de datos como este, la historia de La Bañeza no nos deja ninguna duda de la antigüedad y larga tradición carnavalesca originada y mantenida por las gentes de esta ciudad.
Cada vez más participativo, en los años 50 y 60 comienza a crecer y con la llegada de la democracia y el auge de las libertades estalla con fuerza hasta convertirse en el carnaval que hoy conocemos. Durante estos años se les llamaba Fiestas de Invierno para evitar las prohibiciones gubernativas. Los bañezanos desafiaban las prohibiciones y “corrían” el carnaval delante de la autoridad, que hacía la vista gorda, cuando los más atrevidos acudían a la estación de ferrocarril disfrazados, para divertir y sorprender a los incrédulos viajeros.
Todavía hoy los bañezanos siguen utilizando el término “correr el carnaval” para referirse al hecho de disfrazarse, salir y disfrutar al máximo estos días.
En los años 70 y durante más de 10 años, la Peña Los Bartolos otorgó los premios Hiel y Miel a personalidades que se habían caracterizado por apoyo al carnaval y a otras que, por el contrario, no lo habían hecho. Cabe mencionar a Luís del Olmo, Beatriz Carvajal o TVE.
El carnaval bañezano tiene muchos elementos que lo distinguen de otros pero es quizá la originalidad, en su más amplia expresión, el más destacable. El carnaval de hoy tiene en común con el de ayer los mismos ingredientes: la chispa, el ingenio y un ropaje que no se adquiere, se hereda, se toma prestado o se elabora buscando siempre precisamente eso, la originalidad. Hay muchos carnavales y muchas formas de vivirlo. En La Bañeza, se vive con pasión, es algo que los bañezanos llevan en la sangre. Si tienen la posibilidad de vivirlos no se los pueden perder, vívalos un año y se verán condenado a volver, porque el ambiente de esos días es inigualable.
VIERNES TRANQUILO. Es la fase previa a toda la fanfarria y el jolgorio que nos espera los días sucesivos. Este es el día escogido por muchas agrupaciones para hacer su fiesta. Destaca la iniciativa del grupo Los Tranquilos, de ahí que este día se haya quedado con este nombre, el más numeroso del carnaval bañezano con alrededor de 200 miembros, quienes homenajean al carnaval y a sus protagonistas con la entrega de los premios al Mejor Grupo Local y Mejor Grupo de la Comarca. Organizan también un concurso de disfraces de grupo e individuales con atractivos premios.
SÁBADO DE CHISPAS. En este día tiene lugar el Pregón de Carnaval, momento a partir del cual entramos de lleno en los cinco días carnavaleros por excelencia. A continuación tiene lugar una cena de exaltación del carnaval a la que pueden asistir todos los bañezanos que lo deseen. A las doce, comienza el sábado de chispas cuya gracia reside en el tocado que cada uno exhibe sobre su cabeza traducido en los más originales, simpáticos y extravagantes sombreros. Todo esto acompañado de las charangas, esenciales en estas fiestas, que extienden la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
DOMINGO DE CARNAVAL. Desde primeras horas de la mañana se nota el ambiente en las calles que recorren las charangas acompañadas de los cabezudos. Por la tarde los grupos lucen en el desfile el traje del año anterior. Al finalizar, la Calle de la Vía de la Plata se convertirá en una auténtica fiesta de luces espectaculares, sonido de carnaval y colorido de los grupos que se congregan para el disfrute de todos los asistentes.
LUNES INFANTIL Y NOCHE BRUJA. El lunes por la mañana muchos establecimientos tienen a su personal disfrazado atendiendo al público y, de nuevo, las charangas recorren la ciudad con su música carnavalera. Por la tarde llega el momento más esperado por los más pequeños, el Carnaval de los Niños, demostrando que en esta ciudad no hay edades para “correr el carnaval”.
Es por la noche cuando llega el plato fuerte del carnaval bañezano con su Noche Bruja, el carnaval espontáneo, donde nadie se conoce y todos se disfrazan. Es una noche especial y la más loca del año. Es la complicidad y la participación de todos los bañezanos lo que hace que esta velada sea siempre tan mágica e inolvidable.
MARTES DE CARNAVAL. Este es el día del “gran desfile”. Los grupos y los que van por libre, han trabajado todo el año preparando el traje que lucirán y ni el agua, el frío o la nieve impedirán que tenga lugar, como ya ha ocurrido en algunas ocasiones en que las lentejuelas han bailado al ritmo de los copos de nieve.
La carroza de la Musa y el Grupo Salsa abren un desfile de más de 60 grupos y de muchos carnavaleros que van por libre. Las charangas que acompañan a cada grupo, las carrozas de la reina y damas y otras muchas sorpresas, conforman una serpiente multicolor de más de dos kilómetros que no parará de moverse hasta completar el recorrido previsto.
MIÉRCOLES. EL ENTIERRO DE LA SARDINA. La última celebración del carnaval bañezano, el Entierro de la Sardina, tiene lugar el miércoles de ceniza.
La Peña la Sardina organiza un acto que parece salido de un esperpento de Valle-Inclán. Un cortejo fúnebre formado por 30 miembros provistos de capa, barba y sombrero de copa, mujeres (las “lloronas”) sollozando a grito pelado y toda una comitiva de bañezanos y visitantes, acompañan a la difunta sardina. Cuando el cortejo fúnebre llega a la Plaza Mayor, “el Corvillo”, personaje que es la versión masculina de Doña Cuaresma, recita una serie de coplas populares y anónimas, enviadas por los bañezanos a la Peña la Sardina, en las que se critica o ensalza a los personajes más populares, normalmente políticos, de la vida municipal, provincial o nacional. Una vez oídas las coplas, la Peña reparte escabeche, pan y vino a todos los asistentes y con la quema de una sardina de cartón-piedra acaba el carnaval.
Atrás quedarán los momentos y anécdotas más divertidas, las que estarán en boca de todos para recordar durante muchos meses un Carnaval único y especial.
Cómo llegar: La ciudad cuenta con muy buena comunicación por carretera, bien sea por autovía, mediante la A-6, ó por la carretera LE-622 que une La Bañeza con León y Zamora.
Oficina de Turismo: Juan de Mansilla, 10 Bajo. Tel.: 987 65 67 37