Con restos arqueológicos y monumentos que atestiguan su historia, Zaragoza guarda vestigios de todos los pueblos que en algún momento conquistaron la península. Todo esto, además, lo combina con toques de modernidad.
Encabezando la comunidad autónoma de Aragón, se encuentra la ciudad de Zaragoza. Pese a que su origen se remonta al poblado ibérico llamado Salduba, su nombre proviene del topónimo romano César Augusta que los visigodos conservaron. Aunque más tarde, los árabes trocaron en Saragosta.
Parece increíble que, siendo una de las ciudades monumentales más sorprendentes de España, sea también una de las grandes olvidadas. El mismísimo Rodrigo Díaz de Vivar, apodado El Cid, defendió junto a su mesnada las murallas del reino árabe de Zaragoza.
Qué visitar
Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Impresionante templo de estilo barroco de los siglos XVII y XVIII.
Basílica de Santa Engracia. Este templo del siglo XVI es lo único que permanece en pie del Monasterio de los
Jerónimos de Santa Engracia. Su fachada plateresca está flanqueada por columnas abalaustradas.
Catedral de El Salvador o La Seo. Edificio de estilos gótico, renacentista y barroco con decoración mudéjar de los siglos XIV al XVI con añadidos posteriores. En el mismo solar y en el siglo I se ubicó la iglesia visigoda de San Vicente. En su interior se encuentra el Tesoro Catedralicio.
El Tubo. Enclave tópico para todo el que quiera tomarle el pulso a la ciudad y callejear olvidándose del molesto tráfico mientras se toma unos chatos y unas tapas.
Restos romanos. Zaragoza Foro Romano. El Foro era el centro neurálgico en una ciudad romana, el lugar de reunión donde se desarrolla la vida político-administrativa, económica y religiosa. La zona en la que se construyó este conjunto monumental, del que actualmente se conservan partes como espacio arqueológico, ha seguido manteniendo las mismas funciones que tuvo en época romana.
Iglesia de Nuestra Señora del Portillo. Edificio barroco del siglo XVIII construido sobre el lugar donde supuestamente se apareció la Virgen en el año 1137 ante un ataque musulmán.
Iglesia de San Felipe y Santiago El Menor. Del siglo XVII es una de las más bellas muestras del barroco aragonés.
Gastronomía en Zaragoza
En la cocina aragonesa, también conocida como “cocina de cristiano viejo”, se advierten las influencias de la gastronomía navarra y riojana. Destacan sus platos de verduras hervidas o sofritas con ajos, como las exquisitas borrajas o el nutritivo cardo. Especiales son sus sopas de ajo, de arroz o la llamada sopa de gato a la que añaden huevo, pan frito, aceite, pimienta y queso añejo rayado.
En pescados, son dignos de mención el congrio a la bilbilitana, el bacalao al ajo arriero o la trucha frita. Por otro lado, en sus carnes predominan los chilindrones, el cerdo, el ternasco, el cordero y el conejo; en aves la gallina, el pato, el pavo, las codornices y las perdices; y en caza la liebre y el jabalí. Los caracoles se guisan con salsa y los huevos fritos, revueltos, en tortilla, escalfados o en sopas. Las migas con huevo y uvas dulces o la caldereta son típicas de la zona. En los postres destacan las frutas de Aragón y el guirlache zaragozano. Sus vinos son caldos de mesa, recios, de color intenso y mucha capa, con alta graduación.
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