Justo donde el Cantábrico se encuentra con el Atlántico, allí donde mar y océano se hacen uno, a pocos metros del punto más al norte de España está Viveiro, una villa cuyas raíces se anclan entre romanos y celtas y cuyo desarrollo tuvo lugar entre los siglos XII y XV.
Viveiro, una villa que tiene un centro histórico declarado Monumento Nacional y un importantísimo patrimonio artístico, comenzando por los restos de la antigua muralla medieval que resistió los ataques de piratas en el s. XVI, incendios e inundaciones. Aún se conservan vestigios adosados a algunas casas o en pasadizos y tres de sus antiguas puertas.
Por cualquiera de ellas se puede salir a conocer la Galicia más auténtica, ya que desde este lugar todo está cerca. Pero antes de partir, vale la pena conocer un poco más de esta ciudad. Se puede empezar el recorrido, por ejemplo, por la Puerta de Carlos V, su monumento más representativo, de estilo plateresco español, y que constituía, el principal acceso al interior de la ciudad por la parte del mar. Cerca está la Iglesia Parroquial de Santa María del Campo; empezada a construir en el siglo XII y uno de los más claros exponentes de las iglesias urbanas gallegas de estilo románico. Destaca su ábside y el hermoso rosetón de la fachada, así como su magnífica cruz procesional de plata (S XVI) considerada una de las más bellas y trabajadas de Galicia.
Otros lugares de interés son el Monasterio de la Concepción, un convento de trazas renacentistas construido en el siglo XVII y regido por religiosas concepcionistas de clausura. Junto con la Iglesia de Santa María forman un hermoso conjunto arquitectónico: dos épocas en perfecta armonía sobre el pavimento de piedra. Adosada al convento está la Calexa das Monxas, pintoresca callejuela de aire gótico que va desde la iglesia de Santa María hasta la Porta da Valado, la más antigua de la desaparecida muralla, aunque no se sabe a ciencia cierta la época de su construcción que rivaliza con la Porta da Vila o del Santo Cristo del Amparo, del siglo XIII y es la principal entrada a la ciudad por la antigua calzada romana. En una hornacina interior guarda las imágenes del Santo Cristo del Amparo, San Juan y la Virgen María, en un hermoso retablo de madera tallada, donde se indica que es del año 1255.
Otro lugar de paso inevitable en Viveiro es el Puente de la Misericordia, construido sobre el primitivo puente erigido durante la dominación romana que dio nombre a la ciudad: Concejo de la Puente de Vivarium. La construcción del actual Puente de la Misericordia comenzó bajo el reinado de Enrique IV (1454-1474) y se concluyo en 1544. Posteriormente, sufrió varias transformaciones en los siglos XVIII, XIX y XX para adaptarlo a las nuevas necesidades. Conserva nueve de sus doce arcos primitivos.
Preciosos alrededores
Cercana a la calle Rosalía de Castro, de gran tipismo, se encuentran la iglesia y convento de San Francisco, declarados Conjunto Histórico Artístico. Una carretera conduce desde este monumento a la cumbre del monte San Roque, donde se divisa una vista magnífica de la ría, la más grande del Cantábrico. A los monumentos de Viveiro hay que añadir sus paisajes, playas y entornos como el Souto da Retorta, también declarado monumento natural y considerado el eucaliptal más antiguo de Europa.
Su litoral conforma tranquilas playas de ría aptas para los deportes náuticos, con extensos arenales y buenos servicios. Saliendo ya de Viveiro, siguiendo la C-642 dirección Gijón, se llega enseguida a Cervo, donde se encuentra la fábrica de Sargadelos, la tradicional cerámica gallega que sigue con métodos artesanales pero que ha apostado por el futuro y muestra con intensidad su nueva imagen más vanguardista e innovadora mezclando tradición con modernidad.
Y enseguida se llega a un monumento natural que es el más visitado de toda Galicia, después de la catedral de Santiago de Compostela. Se trata de otra catedral, o mejor dicho, de varias: la Playa de la Catedrales, un prodigioso trabajo realizado por el viento, el mar y el tiempo.
Ribadeo y Mondoñedo
Y al lado está Ribadeo, con una bella ría frontera con Asturias y declarada zona ZEPA por la riqueza en aves de diferentes especies. La villa luce su aspecto señorial desde la cercana cumbre del monte Santa Cruz. El marqués de Sargadelos fue el impulsor moderno de esta ciudad cuyo edificio más sobresaliente es el pazo modernista de los hermanos Moreno.
Muy cerca también se encuentra Mondoñedo, una de las más evocadoras capitales del antiguo Reino de Galicia. Su casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural. La Catedral de San Martiño, Monumento Nacional, conserva la primitiva portada románica con un hermoso rosetón y torres barrocas. En la misma plaza de la Catedral se sitúan el Palacio Episcopal; el Consistorio Viejo, fechado en el siglo XVI y en la actualidad biblioteca municipal; el monumento al autor Álvaro Cunqueiro y varias viviendas con soportales. Por su arquitectura tradicional y su estructura de canales, otro lugar destacable es el barrio de Os Muiños.
Tradicional Semana Santa y otros festejos
De su ya mencionada iglesia románica de Santa María salen las procesiones de Semana Santa. Sus pasos se encuentran entre los más antiguos de España, muchos de ellos de autores desconocidos pero con un gran valor artístico, tanto en la orfebrería como en la imaginería; sobrios, serios, a veces dramáticos, como toda la celebración de este antiguo burgo medieval, que se realiza con gran fervor y respeto a la tradición.
En Viveiro la Semana Santa se vive con pasión y no se trata solo de una frase fácil, en ella se implica la totalidad de sus habitantes que, de una forma u otra, participa en las celebraciones. Lo hacen con fuerza, con intensidad, con entusiasmo, con el mismo ímpetu que en julio demuestran en la “Rapa das bestas” o en agosto en la “Romería do Naserio”. Y es justamente esa pasión de las gentes de Viveiro lo que hace esta Semana Santa tan especial, lo que hizo que en 1988 se le concediera el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional y la que, probablemente, le permita ser declarada de Interés Turístico Internacional en breve.
La Semana Santa de Viveiro ya fue declarada de Interés Turístico Internacional en 2013… La primera de Galicia y del norte peninsular en logarlo.