Aunque quizás la Semana Santa aún se vea demasiado lejos, son muchos los que ya han contratado viajes para estas fechas. Si eres uno de los que todavía no tiene claro donde hacer una escapada, entonces no te pierdas los destinos que recomendamos.
A la hora de viajar, puede que lo más complicado sea elegir el dónde. Y no porque no quieras ir a ningún sitio, sino porque seguramente los querrás visitar todos. Seleccionar una escapada de tres o cuatro días no es tarea fácil. Sobre todo porque hay que comenzar descartando aquellos destinos que incluyan un trayecto más largo, con Estados Unidos o Asia.
El siguiente paso, una vez hayamos decidido dónde ir, es seleccionar el hotel. ¿No os parece lo más aburrido? Buscar hotel por hotel e ir comparando es una tarea ardua para la que seguramente no tengamos tiempo. Para quitarnos este trabajo de encima existen buscadores como PlanetofHotels, que encuentran el hotel que más se adapta a tus necesidades en tan solo un click.
Semana Santa en París
La ciudad del amor es uno de los destinos favoritos de los españoles. Aunque no es una ciudad barata, merece la pena disfrutarla en un periodo corto de tres o cuatro días. Al fin y al cabo es el centro de la moda, el arte, la cultura y la gastronomía. De esta última disfrutarás mucho más si eres amante del queso y, en conclusión, de la fondue.
En cuanto a sus atractivos turísticos, aquí os dejamos una serie de lugares imprescindibles.
Torre Eiffel. El icono de la ciudad fue creado para la Exposición Universal de París en el año 1889 y ahora no podemos concebir a ciudad sin ella. Con unas vistas increíbles desde arriba, merece la pena esperar la cola y, si te lo puedes permitir, invitar a tu acompañante a una cena romántica en su restaurante.
Museo Louvre. Se trata de uno de los mejores museos del mundo y cuenta con uno de los cuadros más reconocidos en el panorama internacional. La famosa Gioconda de Leonardo da Vinci es el principal atractivo de este museo, aunque si optas por hacer un tour, descubrirás que hay mucho más.
Catedral de Notre Dame. A pesar de su incendio el pasado año 2019, son muchos los que se siguen acercando a ver una de catedrales góticas más antiguas del mundo. Campos Elíseos. Si dejamos de subir escaleras o ver cuadros porque nos entra hambre, los Campos Elíseos son la solución perfecta. Estos dos kilómetros que unen el Arco el Triunfo con la Plaza de la Concordia, cuentan a ambos lados con decenas de tiendas y restaurantes.
Una escapada a Viena
A menos de tres horas en avión desde Madrid, la capital austriaca ofrece un sinfín de posibilidades y es ideal para recorrerla en pocos días. Gracias al transporte, más concretamente al tranvía, llegar a los puntos turísticos es mucho más rápido.
Palacio Belvedere. Quizás es uno de los puntos que menos céntricos se encuentran. Sin embargo, tiene una parada que te deja justo en la puerta. Este palacio imperial de estilo barroco está conformado por dos edificios y cuenta con unos jardines que te dejarán alucinando.
La Ópera de Viena. Se trata de una de las óperas más reconocidas a nivel mundial. Con un estilo renacentista en su interior, las únicas dos formas de acceder son o con una visita guiada o comprando tickets para disfrutar de alguna de sus obras.
Hundertwasserhaus. Aunque con un nombre complicado, esta calle representa todo lo que no es Viena. Es realmente como sumergirse en otro mundo. Edificios de colores y con formas extrañas, es ideal para fotografiarse o descansar en su pequeño centro comercial.
Berlín en Semana Santa
También a pocas horas de España, con tres o cuatro días podrás verlo casi todo. Eso sí, no podrás dejar de andar desde primera hora de la mañana hasta la última de la tarde. Berlín es la cuna de una historia que el mundo entero debe vislumbrar y, para conocerla bien, hace falta tiempo y muchas ganas.
Puerta de Brandeburgo. Es uno de los pocos monumentos que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial y marca la antigua entrada a la ciudad. Tras la guerra, se convirtió en un icono que ahora miles de personas visitan a diario.
Muro de Berlín. Durante años fue la prueba de la crueldad humana, capaz de separar familias. Familias que arriesgaban sus vidas e intentaban cruzarlo con el único objetivo de un abrazo. Ahora, la parte más larga que se conserva de aquel muro mide 1.3 km y es conocida como East Side Gallery. Aquí, miles de grafitis muestran su historia y mensajes de paz.
Campo de concentración de Sachsenhausen. Aunque en la ciudad de Berlín hay muchos más monumentos que tienen que visitarse, nos gustaría recomendar este campo de concentración. Situado aproximadamente una hora en tren desde la estación central de Berlín, refleja la realidad que durante años sufrieron los judíos a manos de los nazis. Una realidad que, tras leer en libros y ver en películas, te sacude tan solo con atravesar sus puertas. Con entrada gratuita y audio guías que no pasan de los dos euros, Alemania quiere recordar a sus ciudadanos que la historia no puede volver a repetirse.
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