La verdadera Venecia, la que no está atestada de turistas y de bulliciosos vendedores, ofrece su mágica belleza al desnudo. Con sus brumas y sus grises, esta maravilla solo se puede descubrir en invierno.
Es ahora cuando su ruina se hace más patente, pero ¿qué sería de Venecia sin su ruina decadente? Fachadas descoloridas, pinturas desvaídas, humedad, etc. Aunque esta es también ciudad de artistas. Pintores como Tizziano o Tintoretto comenzaron sus andadas a bordo de estos canales.
Qué ver en Venecia
Si visitas la ciudad, descubrirás que lo más importante se encuentra todo junto. El Gran Canal, la Plaza de San Marcos o el Puente Rialto no se encuentran muy alejados. De esta forma, puedes verlo todo en poco tiempo.
Aunque, si lo que buscas es empaparte de cuadros y esculturas, no puedes perderte sus museos. Uno de ellos, el de la Academia. Dedicado en exclusiva a la pintura veneciana, contiene muchas de las obras maestras de sus grandes artistas.
Y si las visitas te obligan a hacer un descanso, te recomendamos que lo hagas en cualquiera de las docenas de bares, restaurantes o típicos bácaro venecianos, donde se ofrecen «ciccheti», que son algo así como nuestras tapas y raciones.
Escapadas en Venecia
Una de las escapadas más originales comienza con alojarse en el buque Michelangelo, en una cabina doble con ventana exterior y todas las ventajas de un crucero.
Otra, más pensada para caminar, se basa en un paquete de excursiones por Venecia, que incluye la visita al Palacio Ducal, un paseo en las famosísimas góndolas y una visita en barco privado por las islas de Murano y Burano.
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