Las mozas, ataviadas con trajes regionales, preparan el «ramu», que consiste en un arco trenzado y adornado con flores y roscos, y marchan al son de la pandereta y entonando coplas.
La fiesta del Ramu conserva toda la tradición de décadas. Las celebraciones comienzan la víspera de San Pedro, cuando los mozos del pueblo se acercan al monte de hayas próximo en busca de un árbol con buen aspecto y consistencia al que llaman «jovera». Por su parte, las mozas del pueblo preparan el «ramu», que es un arco trenzado y adornado con flores y roscos.
El día de San Pedro tras la celebración de la misa y de la procesión por las calles de la aldea, los vecinos se trasladan hasta la bolera del pueblo donde se halla la «jovera» untada con grasa o con jabón, por la que tendrán que subir los mozos, mientras las mozas subastan los roscos del Ramu.
Observando los ritos festivos de las comunidades rurales cantábricas, llama poderosamente la atención la existencia de un factor común que consiste en la ofrenda de un ramo al santo patrono; o al Santísimo en el caso de las celebraciones sacramentales.
El ofrecimiento o la entrega de un ramo como signo de admiración se remonta al menos a la época romana, cuando se coronaba con ramos de laurel a los vencedores de batallas o competiciones deportivas.
La entrega de un ramo fue también símbolo de transferencia de posesión desde los antiguos pueblos germánicos. En este sentido se encuentran en Asturias documentos de los siglos XIV y XV en los que se pone de manifiesto esta costumbre. Hoy día sólo quedan vestigios de ello, como el relevo de la mayordomía de las fiestas patronales, que se efectuaba en un pasado bastante reciente entregando el mayordomo saliente el ramo procesional al entrante.
Estos ramos eran, como su nombre indica, ramas o árboles pequeños de los que pendía una cesta con ofrendas o que llevaban éstas colgando directamente del ramaje. Pueden ser ofrecidos por todo el pueblo, mediante aportación popular, o bien por cualquier persona o grupo como cumplimiento de una promesa En muchos pueblos existe la costumbre de disparar pólvora cuando el ramo inicia su recorrido.
Hoy día los escopeteros fueron sustituidos por los cohetes o «bombas de palenque». Lo que se saca de la subasta, puja, puya, remate o rifa (que recibe estos distintos nombres dependiendo del lugar), servirá en parte para pagar al cura, sufragar la fiesta del año próximo o arreglar la capilla del Santo. Esta tradición es muy antigua, ya que se conserva en algunos lugares de la cordillera Cantábrica al menos desde el año 1522, y está en plena vigencia actualmente, como podemos observar en la fiesta de San Pedro de Tresviso.
La aldea de Tresviso
A la aldea de Tresviso, integrada en el Parque Nacional de los Picos de Europa, se puede llegar por carretera desde la vecina Asturias, o bien a pie a través de la Subida del Urdón, que parte desde el desfiladero de La Hermida y asciende por un impresionante camino tallado en roca que sigue en su inicio la garganta del río Urdón hasta llegar a la zona más alta, donde se encuentran las praderías y los invernales de Tresviso, por encima de ellos, se asoma la aldea, que conserva su fisonomía tradicional.
Este municipio lebaniego se caracteriza por su escasa y envejecida población además de por el aislamiento, en lo que a comunicaciones se refiere, que ha padecido hasta hace años. De hecho, el único acceso por carretera que existe se realiza desde la locadidad asturiana de Sotres y es necesario cruzar el Jitu Escarandi a 1.200 metros de altitud.
Acceso a Tresviso por la Senda de La Peña
Para los excursionistas, destacar la subida de 6 kilómetros por la senda de La Peña que separa Tresviso de Urdón. En ella se salva un desnivel de unos 800 metros a través de un tortuoso sendero lleno de curvas en el que destaca el imponente balcón de Pilatos, un mirador natural del Río Urdón en completa verticalidad con una caída de más de 600 metros.
Al final del camino se obtiene la recompensa de unas vistas espectaculares de los Picos de Europa y la degustación del queso picón Bejes-Tresviso, con denominación de origen, y cuya elaboración se sigue realizando artesanalmente. El queso picón, está elaborado con una mezcla de leche de oveja, cabra y vaca y su maduración se produce en cuevas naturales de caliza, a una altitud de 2.000 metros sobre el nivel del mar, donde permanecen entre 3 y 4 meses.
Un poco de historia de Tresviso
El municipio de Tresviso se encuentra situado en el extremo noroccidental de Liébana, colgado en las altas estribaciones de los Picos de Europa, y aislado de cualquier lugar por sus propias condiciones geográficas. Las condiciones medioambientales obligaron a una especialización económica de la zona, desde los primeros tiempos históricos. Los pastores de la Edad del Bronce recorrerían estas altitudes en su camino de paso hacia Asturias. De su presencia nos quedan algunos restos megalíticos en Collado de Pirué y Altos de Barreda, en el límite con el municipio asturiano de Cabrales, y los de Les Cuerres, junto al río Urdón, ya dentro de Tresviso.
Escasa información se tiene de Tresviso en la Edad Media. Se supone que la poblaron gentes ganaderas procedentes de Castilla, en el siglo VIII, en época de la Repoblación de Alfonso I. Su aislamiento natural, le convertía en lugar idóneo para refugiarse de las invasiones árabes. Sin embargo, hasta el 942 no tenemos referencia documental de la existencia de gentes en este lugar. El Catastro de la Ensenada, de 1753, se refiere a Tresviso como lugar de señorío compartido por tres señores. Como actividad económica complementaria de la ganadería, se tiene constancia de la producción de quesos desde el siglo XVI.
Cómo llegar:
Para llegar en coche hasta el municipio de Tresviso, tenemos que entrar forzosamente desde Asturias. Debemos ir en dirección a Potes hasta llegar a Panes. Una vez aquí, seguimos dirección Arenas de Cabrales y allí tomamos el desvío Tielves – Sotres – Tresviso. El camino está siendo ampliado y nos permite disfrutar de unas maravillosas vistas.
Se puede subir a Tresviso por el desfiladero de la Hermida, desde la localidad de Urdón parte una pista que tras 10 km. de recorrido llega hasta Tresviso, a 890 metros sobre el nivel del mar. Esta senda realiza un impresionante y sinuoso ascenso tallado en la roca. Durante siglos se ha utilizado para el transporte de mercaderías, el correo, etc… como única vía de comunicación.
Donde comer y dormir:
La Taberna (En Tresviso)Lugar de encuentro de los visitantes y montañeros que se acercan hasta una de las poblaciones más características del Parque Nacional de los Picos de Europa.
El establecimiento, dispone de bar, donde se ofrece información de itinerarios por Picos de Europa y, de un restaurante con capacidad para 40 comensales, con terraza para contemplar una magnífica vista del pueblo y el valle donde está asentado. Las especialidades gastronómicas del restaurante son el cocido montañés, el cabrito y el queso picón. En los postres destaca el arroz con leche, flan de la casa y para concluir la comida, té del puerto con orujo de Liébana.
En La Taberna, hay siete habitaciones con calefacción y agua caliente: dos triples con baño, una triple con baño compartido, dos dobles con baño, una de matrimonio con baño, una de matrimonio con supletorio y con baño. También hay doce plazas de albergue en literas, con ducha de agua caliente, lavabos, y calefacción. Tel.: 942 74 44 44 – 942 74 42 71
Hola
Quiero ir en coche el jueves.
Fui hace 45 años a pies.
Cómo? Gracias