La Semana Santa de Sagunto, declarada «Fiesta de Interés turístico Nacional», se ha consolidado como un fenómeno social y religioso que se mantiene desde hace más de 500 años. Los jóvenes cofrades que forman la ‘Mayoralía’ son los responsables de la preparación de los actos que se desarrollan en su mayoría en la ermita de la Sangre.
Comienzan el Domingo de Ramos con la bendición de las Palmas y la procesión del mismo nombre. Se realiza una representación, por actores saguntinos, de la Pasión de Cristo, este acto comienza en la iglesia de Santa María y continúa por las calles del casco antiguo hasta el Calvario, donde se escenifica la Crucifixión. En la noche del Miércoles Santo transcurre la impresionante Procesión del Silencio. El Jueves Santo se celebran solemnes oficios y se procede al traslado de Jesús Sacramentado al Monumento instalado en la ermita de la Sangre.
El día grande de la Semana Santa Saguntina llega el Viernes Santo que comienza con el Vía Crucis desde la ermita con la imagen de Jesús Nazareno hasta el Santo Calvario. Por la tarde, se procede a la tradicional subasta de Sayones y Pasos en la plaza de la ermita, donde los Mayorales solicitan la colaboración económica de los saguntinos. El «Sermó del Desenclavament» en la iglesia de Santa María y particularmente la procesión vespertina del Santo Entierro son otros de los actos destacados. Los actos finalizan con la Misa de Resurrección que se celebra en Santa María y a continuación un castillo de fuegos artificiales.
Historia
No sabemos cuáles son los orígenes de la Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Sagunt. Sabemos que en el siglo XVI estaba establecida en la abandonada sinagoga judía. Según lo ilustro el cronista Antonio Chabret, en su conocida obra “Sagunto su historia y monumentos”: «La sinagoga estaba en el barrio de la Sangre Vieja, y fue convertida en iglesia de la Sangre de Cristo después de la expulsión de los israelitas. Hoy, sólo quedan del templo judaico cuatro arcos ojivales en la parte posterior de las casas núms. 7 al 11 del indicado barrio».
Los pendones morados que abren la procesión del Santo Entierro nos recuerdan a los gremios que antiguamente existían en la villa de Morvedre, siendo muy posible que estas organizaciones serían las auténticas iniciadores de la conmemoración de la Semana Santa, sobre todo de la procesión del Viernes Santo.
En 1492 Fernando el Católico concedió franquicias y beneficios económicos a los que repoblaron la judería. Esta repoblación no fue copiosa y tardó más del que se esperaba. El barrio, antes habitado por judíos, fue ocupado por el gremio o cofradía de “peraires” o tejedores de lino, es decir menestrales dedicados a la fabricación de trapos y telas. No es extraño pues, que estos artesanos fueran los fundadores de la Cofradía de la Sangre. El que si sabemos cierto es que desde los suyos inicios la Cofradía tenía, y tiene, un cargo anual fijo, este es el de «mayoral».
La Semana Santa de Sagunt, o mejor, el Viernes Santo que se viene rememorando desde hace más de quinientos años, constituye el eje principal de la conmemoración. Día que se vive con intensidad, no solo por el Clavario y sus Mayorales o los cerca de 1.500 cofrades, con el rostro cubierto con negra vesta, sino por todo el pueblo saguntino. El Viernes Santo empieza la víspera, el jueves, con los «oficios» en la ermita de la «Sangre», la visita a los «monumentos», continuando por la noche con el velatorio del Santísimo que se une al Viernes Santo con la subida al Calvario. Es el Vía Crucis. En Sagunto, desde siempre, sólo ha existido una Cofradía, mientras que en otras ciudades y pueblos proliferan las Hermandades y Cofradías. en Sagunt la rememoración se reduce al Santo Entierro. El Viernes Santo es el día de obligada concurrencia. Gentes de la comarca y de otros puntos de la geografía provincial se acercan, con total fervor, a nuestra ciudad con el ánimo de presenciar y vivir, de bien cerca, el Viernes Santo, la piadosa procesión del Santo Entierro. Desde los inicios de la conmemoración, a mitad del siglo XV, hasta hoy, a penas se ha alterado el ceremonial y las costumbres.
El pueblo paga la «fiesta», porque es suya, se hace lotería, rifas, se recoge puerta a puerta para mantener una hacienda saneada. Todo está fijado, reglamentado, los días y las horas, la orden de los desfiles, las expresiones, los cantos, los trajes, “les vestes» y hasta las comidas.
Procesiones del Viernes Santo
La procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo, se inicia a las seis de la mañana con la salida del Vía Crucis que transcurrirá desde la ermita de la «Sangre» hasta la montaña del Calvario, dónde fue crucificado y muerto Jesucristo.
Salen de la ermita los primeros cofrades, con la imagen de Jesús Nazareo. Mucho antes que claree el día, serán gran número de saguntinos, niños incluso, los que seguirán el tortuoso camino de la montaña del Calvario, al pie del castillo.
Al finalizar el Vía Crucis, como ya es tradicional, se desayunará con buñuelos o churros y chocolate. Mientras tanto, en la iglesia de Santa Maria, un orador nos ofrece el sermón matinal. A partir de las doce del medio día, en la ermita, tienen lugar los oficios y la adoración de la Santa Cruz. Desde tiempo inmemorial, al pie de la escalinata de la ermita se celebra, a las cuatro de la tarde, la tradicional subasta de los pasos, el tambor y el uniforme del «capitá de los saions» (trajes de romanos). Se trata de un ritual casi mítico, entrañable; «trecentes pesetes donen per portar el tambor dels saions, a la una…». En nuestra lengua, la de los valencianos, los mayorales acompañante al clavario del año, con voz fuerte, rotunda, van subastando cada uno de los pasos que toman parte en la «processó de les vestes».
El escenario de la subasta es la propia escalinata de la ermita, construida en 1601, y ese pequeño espacio urbano que más que una calle más pronto parece una pequeña plaza, la de Sangre Nueva. Al finalizar la subasta de los pasos y «saios» que deben formar parte en la procesión del Viernes Santo, en la parroquia de Santa Maria tiene lugar el «Sermón del Desclavament».
Esta vez el escenario será la plaza de la Trinidad, en ese espacio urbano que antaño, hasta 1933, dónde estuvo ubicado el convento trinitario construido en 1275. Allí, el secretario de la Cofradía, subido sobre una piedra, que antes estuvo en el convento, pasará lista de todos los cofrades que deben participar en el Santo Entierro. Serán más de 1.500 los cofrades que, con la vesta con larga cola y el rostro cubierto, tras pasar lista, en formación, se dirigirán por Camino Real a la plaza Mayor y, desde aquí, a la ermita de la «Sangre», desde dónde, a las ocho de la tarde, se iniciará el Santo Entierro Saguntino y universal.
La procesión del Santo Entierro, tras más de cuatro horas de marcha, inicia su retorno a la ermita de la «Sangre» acompañada por el armonioso redoble de los tambores de las bandas de cornetes y tambores, sobresaliendo, como si se hubiera apoderado del silencio, el «tambor de los saions», y al final, tras Vera Cruz, la banda de música de la Sociedad Musical Lira Saguntina.
Sagunto
Sagunto, capital de la comarca del Camp de Morvedre, está situada al norte de la provincia de Valencia, a los pies de un cerro de la Sierra Calderona. La ciudad está comprendida por dos núcleos urbanos: Sagunto-Ciudad, situada entre el monte del Castillo y el río, y el núcleo de Sagunto-Puerto, desarrollado entre el llano litoral, junto al Mediterráneo.
En Sagunto confluyen dos ejes importantes de comunicaciones; el que parte hacia el interior -Aragón y norte de España- y el que comunica Cataluña con Andalucía, atravesando toda la Comunidad Valenciana.
El litoral saguntino se extiende a lo largo de 13 km. de playas de fina arena y aguas limpias y transparentes.