Santillana del Mar, Cantabria, villa, de la que el filósofo Sartre dijo ser ‘la más bella del mundo’, es en otoño y en invierno, buena época para disfrutar de sus encantos. En esos días cortos es cuando se palpa el auténtico pulso del pueblo, en el que las calles sólo son ocupadas por los moradores de las antiguas casonas de la villa y por algunos visitantes que encuentran en estas fechas el momento ideal para contemplar las piedras, blasones, casonas y palacios que han sobrevivido desde la Edad Media hasta nuestros días.
Aunque actualmente es una pequeña villa, Santillana del Mar fue uno de los núcleos más importantes de Cantabria, hasta el punto que fue la capital de la Merindad de Asturias de Santillana.
Es difícil perderse en Santillana del Mar, pues conserva la estructura de pueblo a caballo entre lo medieval y lo renacentista, que surgió en torno a la colegiata de Santa Juliana y creció trazando dos calles principales y paralelas que sólo se juntan ante este magnífico edificio románico. Pero antes que los monjes de Santa Juliana, estas tierras estuvieron habitadas por los hombres del Paleolítico, los mismos que dejaron su impronta artística en las paredes y techos de la cueva de Altamira.
No obstante, el núcleo urbano de Santillana data de los siglos VII y IX cuando se fundó el primer monasterio, donde se hallaban las reliquias de Santa Juliana, de ahí deriva el nombre de Santillana. Sobre el siglo XI el monasterio se convirtió en colegiata. Este edificio, aunque es románico pleno, ha tenido algunas ampliaciones, por lo que se observan en él elementos renacentistas y barrocos.
Lo más destacable de él es su claustro, donde se pueden ver unas magníficas iconografías de sus capiteles, que se muestran como una síntesis de los principales motivos ornamentales del románico.
Entre la baja Edad Media y el Renacimiento, se construyen algunos de los edificios civiles más significativos de la villa. Entre ellos las torres de Don Borja y la del Merino, ambas del siglo XV. También en este siglo se construye la casa de Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana, y que combina elementos góticos y renacentistas. Muy cerca de esta casa está el palacio de los Velarde, un edificio renacentista ubicado detrás de la colegiata en la plaza de Las Arenas.
De época posterior, ya en los siglos XVII y XVIII son otros ilustres edificios de la villa, como la Casa-palacio Peredo Barrera, que actualmente es el palacio de Caja Cantabria, o el palacio de los Valdivieso.
Santillana del Mar, sobre todo, es un pueblo para pasear, para explayar la vista en las casonas hidalgas que han resistido el paso de los siglos con una magnífica dignidad.
Aquellos visitantes que dispongan de más tiempo, pueden detenerse en algunos de los museos y salas de exposiciones que abundan en la villa. Entre ellos, el museo diocesano Regina Coeli, cuya sede es el antiguo convento de los dominicos, un edificio que 1592, que contiene más de 800 obras religiosas procedentes de distintas parroquias de la región.
Otros lugares en los que hay que detenerse son la Casa del Águila y la Parra, del siglo XVI y que acoge diversas exposiciones de distinto carácter o la casa museo del escultor oriundo de Santillana del Mar, Jesús Otero.
Muy cerca del núcleo del pueblo está, además, uno de los grandes hitos artísticos de todos los tiempos, Patrimonio de la Humanidad desde la década de los 70: la cueva de Altamira. Actualmente, las visitas a la cueva original están restringidas, pero se puede observar toda la grandiosidad de los pintores del paleolítico en la neocueva, integrada dentro del Museo Nacional de Altamira.
Aquellos que viajen con niños también pueden hacer una parada en el Zoo de Santillana, un recinto donde observar a diferentes animales salvajes, domésticos, animales del cuaternario y su magnífico reptilario.
Yantar y Pernoctar
Tanto en la propia capital, como toda la provincia, cuenta con una amplia oferta de establecimientos hoteleros para satisfacer todo tipo de preferencias y para todos los bolsillos. Tanto para los amantes del Turismo Rural, en Cantabria, y como para quienes optan por hoteles en la ciudad de Santander, más céntricos, disponen de un sinfín de propuestas de Hoteles con encanto, hoteles de todas las categorías, así como apartamentos. Para quienes pretenden una mayor independencia durante su estancia, también disponen de buenos campings y Bungalows en Cantabria, así como todo tipo de propuestas para la practica del Turismo de Aventura y otras actividades. Y a la hora de reponer fuerzas en los distintos restaurantes de Cantabria tendran la oportunidad de degustar la exquisita gastronomía de la zona.
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Cómo llegar
Desde Santander, se toma la autovía A-67 a Torrelavega y se coge la salida de Requejada (salida 187), se continua en dirección a Barreda, donde se gira a la derecha para tomar la CA-131 con destino a Santillana el Mar.
Desde Asturias, se llega por la autovía A-8 hasta Puente San Miguel (salida 234). En ese lugar es preciso tomar la CA-133 en dirección a Santillana del Mar.
Desde Madrid-Bilbao-Burgos-Palencia-Valladolid lo más sencillo es llegar hasta Torrelavega y desde allí acceder a Santillana del Mar, bien vía Barreda, bien por Puente San Miguel.
Desde Comillas, puede llegarse a Santillana del Mar por la CA-131.