El mar Cantábrico esconde un gran tesoro muy valorado por los aficionados a la buena gastronomía. En sus frías aguas encontramos algunas de las especies de pescado más sabrosas que se puedan degustar. Los bocartes, las lubinas salvajes, las sardinas, rodaballo, mero, cabracho, la merluza o el bonito son solo alguna de las variedades que nos ofrece este espacio natural. Precisamente este último es uno de los alimentos más cotizados y valorados por los comensales. Se puede degustar de muchas maneras, con tomate, a la plancha, en marmita o incluso envasado, como el que nos ofrecen en Conservas Arroyabe, donde lo tendrás disponible con el mejor aceite de oliva.
En nuestra mesa nunca puede faltar el pescado, un alimento que resulta imprescindible para conseguir una dieta saludable y equilibrada. Recomiendan una ingesta de 3 o 4 raciones a la semana al tratarse de un producto muy completo capaz de aportar proteínas de alto valor biológico, hierro, potasio, calcio, yodo y vitamina D y del grupo B, entre otras.
Nuestro país es uno de los que más pescado consume del mundo, con una media de 22 kilos por persona al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En cualquier caso, estos valores todavía siguen estando algo lejanos en comparación con los de la carne roja
La ingesta de este alimento, ya sea blanco o azul, cuenta con la recomendación de los expertos en nutrición y medicina.
Qué hace especial al Cantábrico
El Cantábrico es único. Durante siglos ha abastecido a los habitantes de las tierras del norte. Este mar abierto a las frías aguas del Atlántico cuenta con una longitud próxima a los mil kilómetros. Resulta muy particular por la estacionalidad de la temperatura de sus aguas, que en invierno ronda los 11 grados frente a los 22 del verano, lo que permite que resulte un espacio muy atractivo para unas cuentas especies.
Nos encontramos con uno de los mares más agitados, que provoca que los ejemplares presentes en sus aguas cuenten con unas carnes más tensas y una circulación sanguínea más oxigenada. El resultado será un sabor más intenso.
Más allá del aporte nutricional, la variedad de pescados que nos ofrece el Cantábrico es muy amplia. En plazas, lonjas o supermercados podemos hacernos con las piezas más cotizadas de la inmensa despensa que es este mar.
Los principales beneficios del pescado
Para entender mejor el papel que debe desempeñar el pescado en la mesa, lo más conveniente es que hagamos un repaso por los principales beneficios que reporta para la salud.
- Cuenta con beneficios cardiovasculares: el consumo regular de este alimento reduce el riesgo de inflamaciones y por tanto de accidentes cardiovasculares a causa de la obstrucción de las arterias y venas. También ayuda a conseguir una menor presión arterial.
- Contribuye a conservar unos niveles bajos de colesterol: los ácidos grasos omega-3, más presentes en el pescado azul, ayudan a mantener bajo los niveles de colesterol LDL.
- Menos riesgo de sufrir diabetes: un estudio de la Universidad de Valencia desvela que esto se debe a la fluidez que proporcionan los omega-3 a la membrana celular. Esto permite que haya una mejor aceptación de la energía que facilita la insulina y consigue que no se estrese el sistema de producción de esta.
- Protector del cáncer de colon: los efectos antiinflamatorios de los omega-3 participan como protectores en el intestino.
- Proporcionan proteínas de alta calidad, con todos los aminoácidos esenciales, pero sin las sustancias inflamatorias y oxidantes de la carne roja.
- Fuente de vitaminas A, B1, B2, B3, B12 y E: estos nutrientes ayudaran a mejorar la vista, combatir las arrugas, .disminuir el tamaño de los poros y atajar los episodios de depresión.
- Aporte de vitamina D: esta vitamina, que resulta de gran valor, se encuentra sobre todo en el pescado azul. Debemos incrementar la ingesta de la misma en invierno, que es cuando menos sol se toma.
- Fuente de minerales: las especies de pequeño tamaño aportan potasio, fósforo, sodio, calcio y magnesio, además de otros elementos.
