Sin lugar a duda, el binomio del Vallés Oriental y Occidental que forman estas comarcas barcelonesas, más que una diferenciación de territorios es conjunción, lo mismo que ocurre con su limítrofe comarca costera del Maresme. Es la suma de un amplísimo abanico de posibilidades que ofrece al viajero para reclamar su atención y, a buen seguro, cumplir con las expectativas del más crítico transeúnte que decida incluir el Vallés en su particular cuaderno de bitácora.
Y no es en vano, cuando pierde protagonismo el rugir de los motores y el bullicio de su internacional circuito de velocidad de Montmeló, en toda época, la comarca del Vallés despliega su patrimonio artístico, monumental y natural con el fin de mantener atenta la curiosidad del viajero. Porque, además de sus competiciones, otros referentes tampoco pasan inadvertidos en la porción oriental del Vallés. Son las localidades de Vilanova del Vallés y Granollers. De la primera merece destacar su proximidad, tanto con el circuito, como con la citada capitalidad, por lo que la convierte en el ideal punto de partida para esta propuesta de viaje. Tal es así que dispone de una muy buena oferta en cuanto a restaurantes, así como la mejor opción a la hora de seleccionar alojamiento, no será difícil disfrutar de un buen hotel en Vilanova del Vallés para el antes y/o el después de los recorridos, además de su enclave natural, junto al idílico Parque de la Serralada Litoral.
Por su parte, la moderna Granollers, punto neurálgico de la comarca, invita a disfrutar de su monumentalidad, espectáculos, comercios y de la esmerada gastronomía catalana. Es también donde se encuentra el Museo de Granollers, que guarda diversidad de piezas de arqueología, etnografía, artes decorativas, arte antiguo, moderno y contemporáneo. Asimismo, es admirable la infinidad de manifestaciones artísticas que se dispersan por sus alrededores, siendo también especialmente frecuentes los monumentos del más puro arte románico y otras expresiones modernistas como la casa Sebastià Costa, el Ayuntamiento o la casa Clapés Dada, en el mismo centro urbano. Por su ubicación, cruce de históricos caminos, se suman a esta relación otros restos íberos y romanos, así como obras del gótico. Igualmente, merece la atención la oferta museística de Cardedeu, con la inexcusable visita a la exposición Arxiu Tomàs Balvey, en el que se expone un interesante fondo histórico, etnográfico y artístico relacionado con la misma localidad.
Joyas del arte modernista del Vallés Oriental
Queda evidenciado que es el arte modernista es el adquiere una mayor relevancia en el Vallés Oriental, conservando una de las colecciones más admiradas de todo el perímetro peninsular, como se demuestra en su Ruta Raspall. Partiendo de Vilanova la primera parada: Granollers, con los ya mencionados edificios, trazamos un itinerario que concluye en Figaró – Montmany, que nos irá acercando a Cardedeu, L’Ametlla del Vallès y La Garriga. Sirva de presentación que estos parajes fueron los elegidos por la burguesía de finales del XIX y principios de siglo XX para disfrutar de sus vacaciones, sintiéndose fuertemente atraídos por el arte, la arquitectura y la naturaleza del entorno.
A lo largo del recorrido, en cada una de las paradas, tendremos la posibilidad de contemplar obras del propio Manuel Joaquim Raspall, de quien toma su nombre el recorrido, y de otros contemporáneos. De entro los más destacados edificios, la Ruta Raspall nos descubre: Casa Millet, El Café y el Ayuntamiento, en L’Ametlla del Vallès; la Manzana Raspall, los jardines de la Casa Barbey y Casa Mayol, en La Garriga. Y la Alquería Cloelia, la Casa Rovellat, Casa Viader, los Pinetons y hasta el mismo Cementerio, entre otras manifestaciones de esta corriente artística.
También ahora, al igual que disfrutaran aquellos privilegiados veraneantes de principios del XX, después de este ajetreado periplo por la comarca de Vallés, es de agradecer una visita y baño en algunas de sus históricas termas romanas, como la de Caldes de Montbui o La Garriga, hoy reconvertidas en cuidadas instalaciones en donde disfrutar del “desestrés” y el turismo saludable.
Otras rutas
Y es que en el Vallés Oriental se funde el arte modernista con la naturaleza. Además de las muchas opciones que posibilita el ya mencionado Parque de la Serralada Litoral, en las inmediaciones de Vilanova del Vallés, con sus distintos programas y actividades, las opciones son infinitas. No escasean ofertas de empresas especializadas en turismo activo y aventura, para todos los gustos y niveles: desde vuelos en globo, bicicleta de montaña, cicloturismo o senderismo. Cabe destacar que existen más de una treintena de rutas de senderismo perfectamente señalizadas, con más de mil kilómetros de recorridos de distintas dificultades, para realizar o bien a pie o en bicicleta. Más, a estos se suman los Grandes Recorridos que atraviesan la comarca el GR-2, el GR-5, el GR-92 y el GR-97 y la famosa Ruta de Els Tres Monjos, que va enlazando los vecinos espacios naturales del Montseny, Sant Llorenç de Munt i l’Obac, y Montserrat. En total, algo más de cien kilómetros de senderos perfectamente señalizados para disfrutar en plenitud del entorno del Vallés Oriental y su arte modernista.