Ahora más que nunca es momento de disfrutar a tope de la vida. De sacarle todo el partido posible a pasar tiempo de calidad con los nuestros y, sobre todo, con nosotros mismos. Redescúbrete, dedícate tiempo y aprende a dar respuesta a esta pregunta: ¿qué me provoca placer?
La palabra «viajar» tiene muchas acepciones en función de la frase o contexto en que decidamos usarla. En esta revista solemos utilizarla a menudo para hablar de ella en un sentido real y palpable. Es decir, la empleamos casi en exclusiva cuando la acción incluye unos billetes, una estancia en algún hotel/hostal y una maleta donde llevar la ropa y el neceser. Pero, ¿por qué no dedicamos este artículo a hablar de viajar en un sentido figurado? ¿De dejarnos llevar, sin movernos pero alejándonos al mismo tiempo?
Esto, aunque te pueda parecer algo raro, va a cobrar sentido ahora mismo. En cuanto te diga que la moda de los juguetes sexuales está más viva que nunca. Y las empresas que se dedican a su creación y venta lo saben bien. Por eso ahora puedes encontrar este tipo, llamémoslos, de artefactos, en un tamaño más reducido para que siempre tengan hueco en tu maleta, aunque siendo igual de placentero.
Lleva el verdadero viaje contigo
Aún hay quienes son algo más reticentes a abordar este tipo de temáticas, pero entre los jóvenes (y algunos que no lo son tanto) hablar sobre juguetes sexuales es prácticamente parte de su día a día. ¡Incluso entre amigos se aconsejan cuáles son los mejores que han probado! Y muchos de ellos, para tu interés, los encuentras en tiendas online como easytoys. Espacios donde te volverás loco buscando el mejor regalo (para ti u otra persona), ya que cuentan con más de 14.000 productos.
Easytoys, además, es una marca que se caracteriza por la confianza que genera entre sus clientes. Sobre todo a la hora de enviar el pedido a su destinatario. Y es que no a todos les gusta que el vecindario se entere de lo que hace con su vida privada. Tampoco, de dónde viaja (sin salir de casa).
Juguetes discretos que llevar a cualquier parte
Con la llegada del verano y la necesidad de desconectar, seguro que ya has reservado alguna escapada con tus amigos o familiares. Dependiendo del tiempo que te vayas o a dónde, el tamaño de la maleta (muy probablemente) cambiará. Y en caso de que seas de esa clase de personas a las que siempre le falta hueco y tiene que dejar algunas de sus pertenencias más preciadas en casa, este apartado este para ti. Porque aquí vamos a abordar, ya no el hecho de que sea importante (y una maravilla, dicho sea de paso) que existan juguetes sexuales en tamaño reducido. Aquí vamos a hablar de cuáles son los que más se usan a la hora de viajar. Mejor dicho, los más cómodos de transportar.
Masajeadores. Esta clase de juguetes sexuales es uno de los más exitosos en el mercado. Es probablemente por eso por lo que se encuentre en muy diversos modelos y tamaños. Así que sí, esta es claramente una opción muy factible a la hora de seleccionar un entretenimiento de lo más placentero para tu viaje.
Accesorio Nalone. Muy similar a las orejas de un conejo, puedes transportarlo de manera discreta hasta en el bolso. Elaborados generalmente a base de silicona y con un precio reducido, puedes adaptarse (literalmente) a otros juguetes sexuales de mayor tamaño.
¿Qué hay mejor que un viaje que mejore tu salud?
Como no se si ya te habré convencido para hacerte con un juguete sexual y viajar de una manera mucho más placentera, aquí pienso jugar mis últimas cartas. Pienso tirar de la ciencia. Más concretamente de los beneficios que tiene el uso de estos aparatos sobre la salud de las personas (sobre todo si estás en un momento de tu vida en que no tienes pareja y, por tanto, tu vida sexual puede verse algo mermada).
Los juguetes sexuales pueden ayudarte a permanecer sexualmente activo, algo que ya no solo viene bien para mejorar la autoestima y reducir el nivel de estrés. Además, estos aparatos permiten que descubras lo que realmente te gusta, lo que te hace feliz. Te hacen ser más consciente de tu propio cuerpo, comprenderlo y darle lo que necesita.
La conclusión es, básicamente, que cojas uno (el que prefieras) y lo metas en tu bolsa de viaje. De cualquier viaje. Porque incluso en los viajes de trabajo te mereces desconectar. Mereces un tiempo para ti.
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