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Museo Airship de Svalbard

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Las islas Svalbard están situadas entre el océano Ártico y el mar de Groenlandia, más allá de la Laponia noruega. Los que hemos tenido la suerte de visitar este lugar decimos que se trata de la última zona habitada de Europa antes de llegar al Polo Norte. De hecho, se encuentra a más de 1.000 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico.

Toda esta hermosa tierra no es más que un entramado de fiordos e islas montañosas adornadas con numerosos glaciares. De ellos, surgen los increíbles icebergs. Es como un oasis en medio de un mundo de hielo, donde los viajeros que llegan hasta aquí pueden vivir una aventura muy real.

En la pequeña ciudad de Longyearbyen, existe uno de los museos más originales e interesantes del mundo de las aventuras polares. Me refiero al Spitbergen Airship Museum (Museo del Aire y la Navegación de Svalbard) en el que se muestran algunas de las máquinas, recuerdos y documentación que aventureros como Roald Amundsen, S.A. Andrée, Robert Peary, Umberto Nobile Lincoln, o R. Falcon Scott, entre otros. Todos ellos tuvieron que ingeniárselas para poder realizar sus expediciones polares en barco, avión y dirigible hacia el Polo Norte.

¿Cuándo se inauguró el museo?

Este museo abrió sus puertas a finales de 2008. En él, se dice, que la expedición ártica del ingeniero sueco S. A. Andrée fue un fallido intento de alcanzar el Polo Norte en globo. Este aventurero partió desde la isla de Danskøya, en las Svalbard, junto con Knut Frænkel y Nils Strindberg, en julio de 1897. Tras caer el globo sobre la banquisa y después de caminar durante tres meses sobre el hielo, los tres participantes fallecieron. Actualmente se considera que el exceso de optimismo, la fe en las posibilidades de la técnica y la falta de respeto por el poder de la Naturaleza, fueron las principales causas de la fatal suerte de estos tres expedicionarios.

El propósito del museo de Svalbard

Su propósito es la transmisión de la historia y la importancia que tres aeronaves han tenido en el Ártico. Aquí también se dice que Amundsen voló en 1923 desde Ny Åalesund, al norte de Svalbard, hasta la pequeña ciudad de Teller, en Alaska, sin ningún tipo de incidentes, con el dirigible “Norge”, por lo que fue una de las primeras personas en sobrevolar el Polo Norte. En 1928 el aventurero italiano Nobile hizo nuevas expediciones con el dirigible «Italia», cuya expedición también se había pronunciado con fines científicos y un total de tres vuelos fueron ejecutados. Poco después, Umberto Nobile se estrellaría contra el hielo con su dirigible en el noreste de Nordaustlandet. La tragedia llevó 48 días más tarde a una operación de rescate que resultó demasiado extensa en la zona del Ártico y donde participó Amundsen.

Hoy día las cosas han cambiado ya que los aviones y helicópteros llegan hasta aquí cuando antes era imposible, y los escasos barcos de exploración que navegan por estas aguas acostumbran a moverse junto a enormes glaciares e icebergs donde es posible admirar los colores de la naturaleza ártica en el verano y a comienzos del otoño, todo un sueño para quien lo pueda contemplar.

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