Se acerca un nuevo año, se acaba la navidad y ya hay quienes están pensando en organizar las vacaciones para el próximo verano. No voy a negar que nosotros mismos, elaborando este post, hemos buscado vuelos a Madeira.
Madeira no es solo, y esto va para los amantes del fútbol, la isla de origen de Cristiano Ronaldo. Madeira es una región cuyas cuatro islas, Madeira entre ellas, sorprenden a cualquier turista que se deja caer unos días por allí. Volcánica, frondosa, con playas de piedra… Sin duda un lugar exótico y muy adecuado para disfrutar de unas buenas vacaciones de verano. Te adelantamos muchas otras razones para visitar Madeira.
Madeira, la isla principal
Ya lo adelantábamos al inicio. La isla de Madeira, situada a la altura de Marruecos, sorprende por contar con unos paisajes completamente verdes y llenos de flores. No sabemos de nadie que haya ido que no se haya quedado con ganas de volver, aunque de eso hablaremos más adelante. Ahora vamos a centrarnos en conocer la isla principal y qué ver si nos dejamos caer por ella.
Casco antiguo de Funchal. Funchal es la capital de la isla y uno de los lugares más concurridos por turistas. A diferencia de otras ciudades que mantienen el encanto de las calles envejecidas y sin retoques, la ciudad de Funchal decidió darle un ‘lavado de cara’ a una de sus calles principales. ¡Ahora es todo color!
Mercado de Funchal. ¿Quién no se acerca a los mercados de abastos para hacer turismo? Pues este no iba a merecer menos. Dos plantas abarrotadas de alimentos, de productos del mar, de frutas tropicales que jamás imaginarías y de mucha (muchísima) cocina de Madeira.
Cabo Girao. Si decides alquilar un coche en Madeira, te será mucho más fácil desplazarte a puntos como este. El Cabo Girao está calificado como uno de los miradores más altos de Europa. ¡Aviso a las personas con miedo a las alturas! La pasarela sobre el acantilado es transparente.
Grutas de San Vicente. La isla, para quienes no la conozcáis, es de origen volcánico. Al igual que Lanzarote, Madeira tiene sus propias «cuevas». En este caso las de San Vicente, que permiten tanto al turista como al nativo conocer la historia de la isla.
¿Por qué visitar Madeira?
Te hemos mencionado algunas de las cosas más destacadas que hacer y ver en la isla, pero tenemos más. Ahora, una lista de motivos por los que merece (y mucho) la pena viajar a este destino exótico con un clima subtropical cálido.
El alojamiento. Más allá del amplio abanico de precios, que eso siempre ayuda, está la variedad. Este rinconcito portugués permite a quien lo visita decidir donde dormir. Es decir, si prefiere un hotel, unas Quinta (donde se produce vino) o pequeños albergues rurales. ¡Estamos seguros de que nadie se quedará descontento!
Tradición. ¿Te gusta mimetizarte con el ambiente? ¿Sacar lo mejor de cada país, de cada ciudad y de sus gentes? ¿Conocer su modo de vida? Pues esto Madeira te lo acerca a través de tradiciones tan arraigadas a la isla como pueden ser los talleres de costura, bajar en carrinhos de cesto por las calles de Funchal o visitar molinos de agua tradicionales. Por poder, puedes hasta acercarte a Santana, cuyas casas simulan cómo era la isla hace 500 años.
Actividades. Aunque intentes aburrirte, estamos seguros de que no podrás. En la isla de Madeira tienes, por ejemplo, una infinidad de Free Tours (desde los más tradicionales, que narran la historia de la isla, hasta los sucesos más oscuros). Además, degustaciones en bodegas, excursiones en 4×4 o senderismo.
Qué comer en Madeira
¿Otro motivo para viajar a la isla? Fácil… ¡la comida! La dieta mediterránea y la comida portuguesa tiene mucho en común. Eso sí, no esperes que lo que presentemos a continuación sean sus platos más «healthy». Vamos a centrarnos en la tradición, en lo más rico.
Bolo do Caco. Es muy probable que encuentres esta receta en ‘tooooodas’ las cartas; concretamente en los entrantes. Este bollo de trigo, que se hornea, se sirve untado con mantequilla. Pero no cualquiera, sino de ajo. ¡Una delicia que estamos seguros hará que el segundo no te entre con tanta facilidad!
Sopa de tomate, cebolla y huevo escalfado. Otro entrante, aunque esta vez de cuchara. Elaborado a base de tomate natural, cebolla y zanahoria, lo puedes tomar a cualquier temperatura (si es caliente llevará el huevo). Pero hay más sopas por si esta no os convence, como la de trigo o la de castañas. Allí no se cansan de su sabor.
Bolo de mel. Este dulce es de los más típicos de la zona. ¡Ni se te ocurra irte sin probarlo! Melaza de caña de azúcar, harina, manteca, especias, hierbas aromáticas y frutos secos. ¿Estás ya imaginando su sabor?
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