Son numerosos los aspectos que afectan de una manera u otra a la calidad de un vino. Un claro ejemplo es la variedad de la uva, así como el proceso que tiene lugar a la hora de elaborar la bebida en cuestión. Sin embargo, has de saber que por muy bueno que sea un vino o licor, su calidad se ve reducida drásticamente con el paso del tiempo si no se conserva de forma adecuada. En este sentido, uno de los elementos que adquieren una mayor relevancia es el tapón.
Ideal para evitar la entrada de oxígeno, bacterias y otras sustancias dañinas
Elaborar un vino o licor es un proceso igual de importante que la posterior conservación de dicha bebida. Y es que durante meses o incluso años, el producto permanecerá intacto en la botella. Un tiempo después, el usuario degustará la bebida y querrá que sus propiedades hayan sido preservadas de manera correcta. En caso contrario, tanto el sabor como el aroma y otras características dejarán bastante que desear.
Los tapones para vino evitan que este tipo de situaciones se produzcan, lo cual da a entender lo importantes que llegan a ser. Pero, ¿cómo lo hacen? En primer lugar, dicho resultado tan positivo es conseguido impidiendo que el oxígeno penetre en el interior.
Conviene destacar que tanto al vino como al licor les pasaría factura el hecho de que el oxígeno estuviera presente en la bebida. Por ejemplo, en el caso del vino, los elementos polifenólicos terminarían oxidándose. Ello derivaría en un inevitable cambio de la tonalidad. Por si fuera poco, también acabaría traduciéndose en una modificación del sabor, el cual se percibiría más neutro.
El oxígeno no es la única sustancia dañina que los tapones evitan que penetren en el interior de las bebidas. Una función similar desempeñan con las bacterias. No te preocupes, ya que no son nocivas para la salud del ser humano. Sin embargo, hay que decir que alteran por completo la experiencia a la hora de disfrutar de la bebida en cuestión.
Si las bacterias acceden al interior de la botella y entran en contacto con el vino o el licor, se vuelve más turbio, lo cual se nota enseguida dándole un simple vistazo. También es evidente el aroma distinto, así como un sabor que no solo es diferente al esperado, sino que incluso podríamos catalogar como desagradable.
Teniendo en cuenta lo mucho que afectan las sustancias dañinas tanto a los vinos como a los licores, no sorprende que los fabricantes hagan todo lo posible con tal de llevar a cabo un óptimo proceso de embotellamiento. En este sentido, los tapones son muy importantes.
¿Qué tapón es mejor?
Son varios los tipos de tapones para botellas de licores y destilados que impiden a los microorganismos campar a sus anchas para alterar las propiedades de estas bebidas, así como de los vinos. Pero, ¿cuáles son los mejores? A continuación desvelaremos la incógnita, haciendo saber a las bodegas y empresas vinícolas en general qué opción es la más conveniente hoy en día.
Tapones sintéticos
En primer lugar toca hablar de los tapones sintéticos. Aunque llevan casi medio siglo entre nosotros, fue hace aproximadamente veinte años cuando empezaron a adquirir una gran popularidad. Y no es para menos, puesto que cuentan con numerosas ventajas entre las que destaca su esterilidad.
Por otra parte, el desmoronamiento que es típico de otros tapones no afecta lo más mínimo al tapón sintético. Insertarlo durante el proceso de embotellamiento y posteriormente descorcharlo no se convierte en una ardua tarea, sino todo lo contrario.
A su vez, es reseñable que los tapones sintéticos conservan realmente bien las propiedades del vino. El sabor, la textura y el olor permanecen inalterados, lo cual valoran muy positivamente los amantes de esta bebida, así como quienes desean degustar un buen licor. Y es que dichos tapones también son ideales para preservar las propiedades de los licores.
Otros tipos de tapones
Aunque los tapones sintéticos han experimentado un gran aumento de la demanda, es innegable que existen otros tipos, los cuales vamos a describir a continuación. Los de corcho natural son los más tradicionales. Quienes se declaran fans acérrimos de las bebidas que hemos mencionado lo consideran un excelente tapón, aunque trae consigo un cierto riesgo.
En concreto, nos referimos al sabor a corcho que es bastante habitual. Se calcula que más o menos una de cada diez botellas de vino que son conservadas con un tapón de corcho natural acaban teniendo sabor a dicho material, lo cual no es plato de buen gusto.
A la lista hay que sumar los tapones de chapa, los de columpio, de rosca y de vidrio. Estos últimos están llamados a ser la principal elección de las embotelladoras más exigentes, pero algunos consumidores no están dispuestos a asumir el sobrecoste de un tapón de semejante calidad.