El enoturismo en el Marco de Jerez de la Frontera va más allá del conocimiento de sus vinos: significa impregnarse de su cultura en todos los sentidos. Descubrir la esencia de una región vitivinícola es una experiencia grata en casi todas las ocasiones. Descubrirla con los cinco sentidos es una experiencia única e inigualable.
Visitar las famosas bodegas-catedrales, conocer de primera mano el peculiar método de elaboración del Jerez, alojarse en un caserío entre viñedos, iniciarse en el sutil arte de la cata, descubrir la combinación gastronómica perfecta para cada vino e incluso hacer un tratamiento de enocosmética en un wine-spa a partir de los vinos de Jerez… El Marco de Jerez ofrece al enoturista un sinfín de formas de experimentar la rica cultura del vino de Jerez.
Al gran potencial turístico que encierran los aspectos directamente vinculados a los vinos del Marco de Jerez se unen los importantes recursos de los municipios de la zona: su extenso patrimonio histórico y monumental, sus manifestaciones culturales de primer orden, extensas playas y bellos paisajes, sin olvidarnos del clima cálido de esta región privilegiada con más de 300 días de sol al año.
A nadie ha de extrañarle que esta tierra, cuna del flamenco más puro y de caballos admirados en todo el mundo, haya recibido durante siglos a ilustres viajeros de los cinco continentes: escritores, filósofos, artistas, científicos y célebres expertos en vino que, cautivados por los encantos de este entorno, han inmortalizado en sus obras la experiencia de haber vivido y bebido Jerez. Otro gran exponente de la riqueza hípica del Marco es la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, institución dedicada a la conservación y difusión del patrimonio ecuestre, el la que confluyen arte y destreza en la doma y montura con la belleza de unos ejemplares únicos. Confluencia que puede disfrutarse a través de sus espectáculos internacionalmente conocidos.
Todo un abanico de sensaciones
Esta extensa riqueza de aspectos singulares y únicos relacionados con la cultura del vino ofrece innumerables posibilidades de disfrute para el enoturista que visita el Marco de Jerez. Un recorrido que nace en las propias bodegas: auténticas catedrales del vino que albergan verdaderos tesoros, tanto enológicos como artísticos.
Visitar estos santuarios del vino, cuya arquitectura, disposición y diseño son el resultado de la tradición y la sabiduría de incontables generaciones de bodegueros, es una experiencia que va más allá del disfrute del vino.
Conocer, desde la quietud de las bodegas, el exclusivo proceso de elaboración de los vinos del Marco de Jerez, el tradicional sistema de “soleras y “criaderas”; descubrir, a través del trabajo de capataces, arrumbadores y toneleros, oficios que se han transmitido durante siglos de padres a hijos; aprender cómo todo este saber, puesto a merced de un esmerado culto al tiempo, da lugar a la elaboración unos vinos únicos y de una calidad excepcional; adentrarse en el recogimiento de una sacristía y saberse rodeado por los vinos más viejos del mundo, con edades que superan los 20 y 30 años…
El paisaje de la región está salpicado por el singular diseño de las bodegas, con sus tejados a dos aguas y sus cubiertas altas soportadas por esbeltos pilares, muchas de ellas verdaderas joyas arquitectónicas. Bodegas-catedrales cuyos pilares se elevan hasta 12 metros de altura, como La Arboledilla de Barbadillo, una de las bodegas más altas del mundo.
No sólo son tesoros enológicos lo que encierran las bodegas. En su interior descubrimos auténticas obras de arte, pictóricas y escultóricas, así como objetos y piezas de decoración de incalculable valor. Joyas que las familias bodegueras han ido coleccionando a lo largo de los siglos y que hoy día representan un atractivo indiscutible para quienes visitan la región. Destaca la pinacoteca de Bodegas Tradición, con una selección de obras pertenecientes a la colección Joaquín Rivero, de autores como Velázquez, Goya, Zurbarán y Valdés Leal, entre otros. Otro lugar de interés para los amantes de la pintura es la Suite Volard de Bodegas Estévez, en la que se exponen un gran número de grabados de Picasso y obras de artistas de la talla de Dalí, Botero y Miró.
Nuevas posibilidades de sentir Jerez
En un nuevo ámbito pero de similar actualidad, encontramos las últimas tendencias en tratamientos enocosméticos a partir de vinos de Jerez y Manzanilla: centros especializados que demuestran que el vino no es sólo un placer para sentir mediante el gusto, el olfato o la vista. Los vinos jerezanos tienen propiedades que abren nuevos caminos hacia mundos de sensaciones anteriormente no explorados y que resultan de gran ayuda para una satisfactoria salud física y psíquica. En especial, se está trabajando en el terreno de la medicina anti-envejecimiento basada en vinos de Jerez en centros como el Spa Club Jerez. Este wine-spa cuenta con una amplia oferta basada en la combinación de hidroterapia, enoterapia y enocosmética. Uno de sus tratamientos estrella consiste en la aplicación facial y corporal de diversos principios activos obtenidos de los subproductos y residuos generados en el proceso de producción del Jerez, además de una línea cosmética propia, Skinwine®, con propiedades hidratantes, exfoliantes y antioxidantes para la piel.
Jerez como anfitrión indiscutible en el mundo de la enología, acoge cada dos años uno de los más importantes salones del vino a nivel internacional: El Salón Internacional de los Vinos Nobles. Este salón está dedicado exclusivamente a los vinos generosos, licorosos y dulces especiales y en él participan bodegas de los cinco continentes. Vinoble tiene como escenario el prestigioso enclave del Alcázar árabe de la ciudad, monumento de origen almohade levantado en el siglo XII en cuyo interior se encuentra el Palacio renacentista de Villavicencio. Se produce así una conjunción casi mágica entre continente y contenido, de tal forma que los sentidos y las emociones de todos los amantes del vino se expanden en este encuentro.
Gastronomía y vinos de Jerez
Los vinos de Jerez y Manzanilla tienen cualidades únicas para potenciar el sabor de determinados alimentos, creando experiencias gastronómicas excepcionales, como han señalado cocineros de renombre mundial, como Heston Blumenthal o Ferrán Adriá. Un conocimiento que ha dado lugar a una oferta gastronómica basada en la calidad de los maridajes, que va desde las propuestas más tradicionales hasta más vanguardistas, pero en la que el plato no está completo si no es en compañía del vino.
Un viaje por el Jerez más típico son las tabernas, donde pueden degustarse tanto vinos embotellados como directamente extraídos de las botas en las que son criados. Combinan el flamenco y el auténtico espíritu de la tierra, con el placer de disfrutar de las tapas más tradicionales acompañadas con vinos de Jerez. Con todos los sentidos embriagados de cultura, el enoturismo en Jerez deja siempre, y cómo no, el mejor sabor de boca.
Ruta del vino y del brandy de Jerez
Con objeto de cohesionar la amplia oferta turística del Marco de Jerez y poder aglutinar los múltiples atractivos enológicos de la zona, en 2006 se crearon las Rutas del Vino y Brandy del Marco de Jerez. Estas rutas enoturísticas han sido creadas a partir de la asociación más de 100 establecimientos vinculados al mundo del vino, entre los que destacan bodegas, enotecas, hoteles, restaurantes, museos y empresas de ocio de las ciudades del Marco.
La Ruta ha sido certificada con la Marca de Calidad “Rutas del Vino de España” en enero de 2007, tras superar el correspondiente proceso de auditoría externa que constató la alta calidad del servicio ofrecido por los establecimientos adheridos.