Desde hace más de 60 años a mediados de mayo, el barrio viejo de Girona se transforma en un jardín multicolor adornado con alfombras y motivos florales, tomando como escenografía las centenarias piedras de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
El Monasterio de Sant Pere de Galligants, el Convento de Sant Domènec, entre otros tantos patios, monumentos, edificios singulares y jardines históricos, adquieren del 7 al 15 de mayo un carácter especial. En torno a ellos se organiza una de las manifestaciones más coloristas y populares de Girona. Girona, Tiempo de Flores reúne una muestra floral en la ciudad catalana que permite convertirla por unos días en una urbe cuajada de flores, ensalzando la belleza de sus edificios y jardines más ilustres.
La historia de esta peculiar muestra comenzó en uno de los salones del isabelino Teatro Municipal. La gran afluencia de público, hizo que los organizadores plantearan otros escenarios, buscando, además, que esta iniciativa promocionase el conjunto histórico de la ciudad.
De esta manera, la exposición fue aumentando en espacio, potenciando la recuperación del pasado histórico de la zona. En 1992 se plantearon diversas ampliaciones uniendo a los edificios habituales, algunas iglesias, patios privados y jardines públicos.
Girona exhibe así, durante nueve días, una estampa de postal en la que la belleza de monumentos y flores crean un ambiente de lo más bucólico.
Quizá el gran secreto de esta «fiesta» sea un amplia participación. En Girona, Tiempo de Flores, no sólo participan los profesionales de los viveros, floristerías y las escuelas de jardinería. Los escolares de Girona y decenas de aficionados forman parte de este entramado humano que permite que la ciudad se convierta por unos días en un gigantesco jardín.
Fotografías: Girona, Temps de Flors