Se aproximan buenos fines de semana con prórroga incluida. Los puentes venideros invitan a ir haciendo planes. ¿Y, por qué no una escapadita de fin de semana en Roma, a la Ciudad Eterna?
Un fin de semana en Roma da tiempo para adentrarse en sus más de 2000 años de historia, para descubrir su pasado y su presente. Para animarte te proponemos algunas visitas y paseos que no te debes perder en tu escapada a la capital italiana.
Para comenzar, la primera mañana, inexcusable sería la visita al Vaticano, sus museos, la Basílica de San Pedro y, para finalizar, la Capilla Sixtina. A la salida, por la vía Conciliazone nos dirigiríamos al Castell Angelo, desde donde se contemplan las mejores vistas de la ciudad. Luego, atravesando el río Tiber, nos adentraríamos en centro histórico de la ciudad, la piazza Navona llama la atención por su habitual animación y sus tres fuentes junto a la Iglesia de Santa Agnese. Los alrededores, de la plaza invitan con sus restaurantes, bares y terrazas a reponer fuerzas, o bien degustar el afamado helado italiano: el “tartufo”.
Desde aquí, nuestra tarde de la dedicaríamos a pasar por el Panteón, donde reposan los restos de Rafael; visitar la piazza de la Rotonda y su fuente de Giacomo Della Porta. Continuaríamos por la piazza de Spagna, con su espectacular escalinata, la fuente de la Barccacia y la iglesia de Trinitá dei Monti.
Momento clave de fin de semana en Roma: la noche. Las posibilidades son muchas y variadas. Desde los elegantes restaurantes y ambiente selecto de la vía Véneto a los más modestos bares del barrio de Trastévere, con su popular ambiente callejero. Tras la cena, la noche romana continúa, el centro de la ciudad ofrece locales con todo tipo de ambientes: cervecerías y pubs para los más sosegados; y discotecas para los más animados dispuestos a alargar la noche hasta altas horas. Es entonces cuando para los más trasnochadores se abren otros establecimientos, son bollerías y panaderías en las que se deben degustar sus típicos “Cornettos”.
Al día siguiente, por la mañana, comenzaríamos el recorrido con la visita al Colosseo, el foro romano y foros imperiales. Estos lugares representaba en aquellos tiempos el corazón urbano de la vida de los romanos.
Nuestra segunda tarde en la ciudad se la dedicaríamos a pasear por la piazza Venecia, el Capitolio, una de las famosas colinas de la ciudad, con sus admirables palacios y jardines; y como colofón, broche de oro a nuestro periplo vespertino, la Fontana de Trevi, sin duda uno de los rincones más visitados de la ciudad, repleto de historias y leyendas. Lanzar la moneda, pedir un deseo y volver a pasar un fin de semana en Roma.
