Las fiestas comienzan con la apertura de un mercado renacentista en el Casco Histórico de la ciudad y con la recreación de la vida en los campamentos castrenses de franceses y logroñeses que con sus salvas harán los honores a la ciudad. Todos los días se podrán ver duelos, justas, luchas, maniobras, entrenamientos y desfiles de cada uno de los bandos.
Entre los actos organizados destacan aquellos en los que intervienen cerca de doscientos ciudadanos voluntarios: pasacalles, recreación del asedio a Logroño por las tropas del rey francés Francisco I en 1521, y el asado de una ternera en una plaza de la ciudad durante la noche previa a San Bernabé para servirla al día siguiente en una degustación popular y en la una comida renacentista.
El mercado, situado en pleno corazón del Casco Antiguo, ambientado en su arquitectura, como núcleo de la vida cotidiana reunirá en sus alrededores a vendedores y actores, danzas orientales, música renacentista en la calle, personajes itinerantes que interactuarán con los paseantes, malabares, pregoneros que informarán sobre los actos diarios, talleres para los más pequeños de tiro con arco, barro, calabazas y títeres.
Este año además el Ayuntamiento acuñará una moneda, el revellín, con la que se podrán adquirir, entre otras cosas, una baraja numerada para coleccionistas editada especialmente para la ocasión, y un diorama del Casco Histórico de la ciudad.
El 11 de junio, día de San Bernabé, la Cofradía del Pez repartirá entre los logroñeses, como manda la tradición, peces, pan y vino para rememorar la resistencia de los ciudadanos, en 1521, durante 17 días y la victoria frente a las tropas francesas del General Asparrot.
Las fiestas terminan con la III Concentración de Gigantes y Cabezudos de diferentes puntos de España, exposición de figuras y desfile de todas las comparsas.
Un completo y variado programa centrado en la evocación de la ciudad de 1521
implica a los ciudadanos en la celebración.El Ayuntamiento acuñará una moneda, el revellín, con la que se podrán adquirir objetos pensados para la ocasión.
En aquellos tiempos…
Los orígenes de la invasión francesa de 1521 hay que buscarlos en el descontento de la población navarra por su incorporación a la corona de Castilla, situación que no gusta tampoco a la corona francesa, disgusto que va en aumento con la llegada al trono de Carlos I.
La Revuelta Comunera en Castilla propicia una acción militar francesa para, una vez debilitado el poder real por la guerra civil, incrementar su influencia y apoyar nuevamente la independencia del reino de Navarra. Estos acontecimientos se rememoran anualmente en la festividad de San Bernabé (11 de junio) que, a través de una serie de rituales, siguen manteniendo vivo en la memoria un acontecimiento que se sitúa entre el mito y la realidad: como la particular procesión en la que el alcalde voltea la bandera en los lugares donde se encontraban las puertas de la ciudad, las salvas de los cañones o el reparto del pan, el vino y el pez en esta misma puerta del Revellín, construida en el siglo XVI para conmemorar la victoria.
La tradición sostiene que el vino guardado en las bodegas, el pan elaborado con el trigo de los graneros y los peces, que furtivamente se pescaban en el río a través de corredores subterráneos que horadaban la muralla, fueron los alimentos que permitieron la subsistencia de los logroñeses. Así, el vino es, a la vez, sostén y símbolo de defensa de la ciudad. Escenas de las Rutas Teatralizadas en las que se rememoran de forma divertida estos hechos.
Logroño, capital de La Rioja
El primer asentamiento urbano logroñés se levanta en la margen derecha del río Ebro, siendo su principal arteria el Camino, utilizado por los peregrinos en su viaje a Santiago. El tiempo fue trazando calles anexas que conformaron su casco antiguo. La eliminación del perímetro amurallado favoreció su expansión y modernización, dando lugar a una renovada ciudad que sigue acogiendo un buen número de visitantes para disfrutar en calma de su cultura, historia y su muy preciada oferta gastronómica.
Cómo llegar: La Rioja se encuentra en el Norte de España y limita con las provincias de Álava, Navarra, Burgos y Soria. Las comunicaciones tanto con estas provincias como con el resto son muy buenas. Un aeropuerto a tan sólo 14 km de Logroño, una red ferroviaria que acompaña el discurrir del río Ebro a lo largo de toda La Rioja, la autopista A-68 que comunica rápidamente con otras Comunidades y una extensa red de carreteras que facilitan la conexión tanto con los pueblos del interior como con los pueblos limítrofes.
Oficina de Turismo de Logroño.
Calle Portales, 50. (Edificio Escuelas Trevijano)
26071 Logroño (La Rioja)
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