Durante la Alta Edad Media, España estaba dominada por el Imperio musulmán. Como escudo defensivo para los cristianos, las tierras cántabras eran un lugar seguro rodeado por profundos valles. Un hogar que repoblaron con más de medio centenar de iglesias y ermitas rupestres.
Además de la historia que albergan los muros de las iglesias y ermitas de Cantabria, destaca su relación con el paisaje. Y eso que su creación fue solo una forma de protección. A día de hoy, forman parte del patrimonio y se encuentran integradas como un elemento natural más.
Santa Maria de Valverde
Declarada como Bien de Interés Cultural en 1985, la iglesia de Santa María de Valverde en Valderredible es uno de los ejemplos más claros de esta integración. Este templo está excavado en una peña arenisca sobre la que se levanta una espadaña, catalogada como pieza románica. Y, aunque actualmente esta iglesia es un solo templo, los estudiosos apuntan a que en sus inicios fueron dos iglesias pareadas, un caso insólito en este tipo de construcciones.
La iglesia es también un buen ejemplo del culto mozárabe. Así lo reflejan recursos arquitectónicos como el pequeño arco triunfal con forma de herradura de su interior. Asimismo, llama la atención su cabecera. Formada por tres cámaras, la estancia central cuenta con una cruz griega bajo un arco peraltado.
San Andrés de Valdelomar
Cerca de Santa María de Valverde se encuentra la localidad de San Andrés de Valdelomar y su templo rupestre. Esta vez no encontramos una construcción excavada en roca. Una iglesia en una gran cueva. En su interior se aprecia una nave, prácticamente triangular, que daba cobijo a los fieles. Se trata de una angosta sala en la que se observan vestigios de las tallas que se realizaron para acondicionar el interior.
Ermitas: Campo de Ebro
A lo largo de su historia, además de al culto religioso, esta pequeña estancia fue utilizada como escuela del pueblo. La ermita de Campo de Ebro se encuentra más desprotegida del paisaje. No es como las anteriores que han sido excavadas en roca o se han aprovechado oquedades. De hecho, desde el exterior vemos un pequeño edificio que alberga este templo de una sola nave y de forma rectangular.
Arroyuelos
La iglesia rupestre de Arroyuelos es una de las que más sobresale sobre el paisaje aunque sí que se encuentra también excavada sobre la pared de una roca. Según el historiador González Echegaray, este templo rendía culto a los Santos Acislo y Victoria. El tamaño de esta iglesia es de gran envergadura ya que cuenta con dos plantas. A la segunda planta se accede subiendo una escalinata que se encuentra la nave principal del templo. Este piso actúa en la iglesia a modo de tribuna y se comunica con el inferior a través de dos arcos de medio punto.
Ermitas: de Cadalso
Esta pequeña ermita rinde culto Virgen del Carmen. Es una de las iglesias más modestas de su categoría. Las ventanas que se observan en su fachada se atribuyen a la época prerrománica ya que los templos rupestres fueron concebidos para estar sumidos en una absoluta penumbra.
Iglesias rupestres en otros lugares de Cantabria
Además de las hermosas iglesias rupestres que se pueden encontrar en Valderredible, en Cantabria se han encontrado más templos de esta categoría como el de Montesclaros y el de Arredondo. La primera, la ermita de Montesclaros, al sur del pantano del Ebro, guarda entre sus muros una bella historia que se remonta a los orígenes del Monasterio de Nuestra Señora de Montesclaros. En la localidad, pervive la leyenda de que la imagen de la Virgen apareció tallada en una oquedad. Esta hermosa figura fue descubierta por un toro que pastaba en los alrededores. El pastor extrañado de que el animal todos los días siguiese la misma senda, le siguió y descubrió con asombro la cueva y el pequeño tesoro que aguardaba en ella: la talla de la Virgen de Montesclaros.
Cementerios rupestres
Algo que guardan en común las iglesias rupestres son sus cementerios. Éstos se sitúan junto a los templos y también están excavados en roca. Entre las necrópolis halladas más llamativas se encuentra la de Castrillo de Valdelomar, cerca de Santa María de Valverde. En este se encuentran muchas tumbas excavadas en roca sobre todo de menores. Asimismo, en San Martín de Valdelomar, se han hallado restos de habitáculos rupestres que pudieron servir de capilla a las necrópolis.
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