Cuando escuchamos la palabra Bingo enseguida nos vienen a la mente los elementos que en él se emplean para poder ofrecernos un rato entretenido, en compañía o solos. Aunque este también cuenta con otro tipo de componente, como el pedagógico, ya que se trata de un juego que hace que nuestra atención mejore.
Los lugares más frecuentes en los que encontramos este juego son los salones de juego físicos o los casinos. Aunque gracias al desarrollo de la tecnología y la innovación hemos podido ver como este juego daba el salto al formato digital. De ahí que en la actualidad existan juegos de VideoBingo en la mayoría de plataformas de juego. Una nueva versión del juego que nos ofrece aún más diversión, gracias a la cantidad de temáticas que se emplean en estos juegos, entre los que están el fútbol, las historias de fantasía, el circo o la moda. Eso sí, son solo accesibles para los mayores de 18 y se recomienda siempre hacer uso de estos con responsabilidad.
Las posibilidades del Bingo
No solo es un juego, que podíamos considerar clásico, que nos hace pasar un rato entretenido. También cuenta con unas posibilidades infinitas que lo convierten en un juego único. Y es que ningún juego cuenta con características similares a las de este. Algo que ha hecho que se generen diferentes variantes que permitan enseñar a adultos matemáticas, e incluso hasta un idioma.
Recordemos que en el bingo clásico los jugadores tienen que ir tachando de sus cartones los números que, de manera aleatoria, se van extrayendo del bombo. Ya sea de manera digital o manual. De modo que primero se cantan las líneas que se van completando a lo largo de la partida. Y luego el Bingo. El mecanismo de los bingos didácticos es bastante similar. Aunque en él los números no son tan relevantes (al menos que sean con fines matemáticos), pero sí los objetivos que se marquen en ellos. Que harán que estemos pendientes de las diferentes casillas de nuestros cartones.
El Bingo y la habilidad cognitiva
Como muchos ya sabrán, los juegos que hacen empleo de las matemáticas son un buen estimulante para la enseñanza, y el cerebro. Aunque un salón de juego no sería el lugar en el que pensaríamos para desarrollar nuestra habilidad cognitiva, hay estudios que demuestran que así es. Como es el caso de la que realizó la Sociedad Psicológica Británica de Winchester. Basándose la teoría de todo el estudio en que los jugadores de Bingo están entrenados para buscar los números entre su cartón, dejando atrás las distracciones que pueda haber en el local.
Y es que la búsqueda visual que desarrollan estos durante el transcurso de la partida no es sencilla. Buscar diversos objetivos entre distracciones de similares características, como es el caso de los números requiere de un esfuerzo visual y mental, agudizando los sentidos. Algo que ha llevado a algunas instituciones geriátricas a añadirlo como actividad. Llevando a alguno de los investigadores de esta área como Ferris a afirmar que las actividades que puedan ser desafiantes mentalmente podrían ayudarnos a incrementar nuestro poder cerebral.
Como vemos, el Bingo cuenta con un millón de posibilidades que pueden ofrecernos beneficios en diversas áreas.