Todas aquellas personas que tienen un coche saben lo vital que son los discos de freno para su correcto funcionamiento. Sin embargo, es importante también tener en cuenta que para lograr una excelente frenada estos componentes tienen que estar asociados con unas pastillas de frenos acorde al modelo del coche.
Discos de freno según su uso
Los frenos de disco son parte del sistema principal donde se aplica la fuerza del accionador de todo el mecanismo inhibitorio del coche y donde se produce una energía cinética que se convierte en calor.
Dicho esto, es de suma importancia conocer la composición y el método de fabricación ya que de esto depende que mejoren de manera considerable las características térmicas y mecánicas del disco. Con este fin, algunas marcas aplican procesos criogénicos a la micro estructura metálica con la intención de acercar la temperatura de enfriamiento al cero absoluto, lo que sería igual a unos 273°C bajo cero.
Sin importar el caso, es bueno que se elijan en función del uso que se le va a dar al coche. Por ejemplo, la recomendación es analizar entre la gran selección de los discos de freno en RepuestosCoches24; cuando lo que se pretende es conducir a altas velocidades.
Hay que elegir marcas reconocidas, independientemente de que existan otros productos a costes más baratos. No se trata únicamente de la apariencia, ya que es en el interior es donde se mide la calidad.
Esto no quiere decir que no existen marcas que aunque sean menos conocidas por los conductores no ofrezcan productos de calidad y a buenos costes. Sin embargo, lo “bueno, bonito y barato” casi siempre es un engaño.
Existen dos grupos según el dibujo en la superficie de fricción y que son:
1.Perforados: estos han sido la mejor solución para los coches de competición ya que, gracias a los agujeros tienen una ventilación extra, se evita que se sobrecalienten las pastillas. A pesar de ello, también tienen sus desventajas. Entre ellas está el hecho de que los agujeros reducen la superficie de fricción y son más sensibles al cracking y a los ciclos térmicos.
2.Rayados: los perforados han quedado en el pasado ya que acaban rotos, lo que quiere decir que los más adecuados para quienes son muy exigentes en la conducción son los discos rayados. Esto se debe a que son menos sensibles a pesar de que trabajan a mayor temperatura.
Cómo hacer el cambio de discos
Ya sean perforados o rayados, estas son piezas que se pueden montar en ambos lados a menos que el fabricante indique lo contrario. Cambiar los discos de freno es una tarea bastante fácil y que con solo un poco de paciencia se puede hacer perfectamente sin ninguna complicación. Para ello solo se necesita:
- Guantes.
- Llave de cruz o pistola de aire.
- Destornillador.
- Llave plana.
- Llave de carraca.
- Gato.
Paso a paso
1.El primer paso es levantar el coche para quitar la llanta desenroscando los tornillos del soporte de la pinza con la llave de cruz o una pistola de aire.
2.A continuación se quitan las pastillas de freno.
3.Hay que quitar la pinza de freno con la llave plana. Estas, en algunos vehículos, tienen unas tapas que retiran con un destornillador.
4.Una vez terminado el paso anterior, se puede observar un tornillo que fija el disco a un soporte. Se debe aflojar para poder retirarlo.
5.Tomar el disco nuevo y colocarlo de la misma forma que hemos quitado el antiguo. Insertarlo y atornillarlo hasta que esté fijo y no se mueva.
6.Volver a colocar el soporte nuevamente.
7.Colocar las pastillas nuevas. Esto se puede hacer con las manos, solo hay que asegurarse de que queden bien encajadas.
8.Se vuelve a colocar la pinza que está colgando y se aprietan las tuercas hasta que queden igual que al principio.
9.¡Listo! Ya solo queda volver a colocar la llanta y, con la llave de cruz, asegurarse de que todos los tornillos están apretados.
Como puedes ver, este no es un proceso en el que sea necesaria la ayuda de un mecánico cualificado.
Desde revistaiberica.com esperamos que el artículo haya sido de vuestro interés y os animamos a dejar vuestras opiniones en los comentarios de nuestra página web.
