Tierra de buen yantar, La Liébana ofrece al visitante no sólo el reconfortante cocido lebaniego, sino una gran variedad de productos propios que hacen las delicias de los mejores paladares.
Potes, capital de La Liébana es buen punto de partida para sumergirse en la cocina lebaniega. Pero en cualquier de estos encantadores y coquetos pueblos, muchos de ellos convertidos por y para el turismo, aunque todavía guardan su propia impronta, es posible degustar el afamado y reconfortante cocido lebaniego.
Los pequeños y tiernos garbanzos de la zona, el chorizo, la berza, la cecina y el relleno (una especie de tortilla de migas) componen este contundente plato. Pero tampoco hay que denostar por estos lares sus excelentes carnes, procedentes de un ganado criado con los jugosos pastos que da esta tierra.
Y por supuesto no hay que dejar de lado sus quesos. Aquí reinan al respecto dos denominaciones de origen el Queso Picón Bejes Tresviso y los Quesucos de Líebana. Estos últimos se presentan en pequeño formato de perfil cilíndrico. Son una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra.
Esta tierra también ofrece humildes caldos que proceden de los pueblos más bajos. Y de igual manera, cuenta con otra denominación de calidad en su afamado Orujo de Liébana. Y eso sí, para los postres, el Tostadillo, también ideal para aperitivos. Es un vino dulce y licoroso. No hay que olvidar los postres y elaborados con miel ni tampoco las natillas o el arroz con leche.
El cocido Lebaniego
A diferencia de su cercano cocido montañés, con alubia blanca, el lebaniego opta por utilizar los garbanzos. Esta legumbre mimada en las fértiles huertas de la zona, que se caracterizan por ser muy suaves, de pequeño tamaño y sin piel. Por otra parte, antes de su degustación, al cocido Lebaniego le precede una sopa de cocido.
Ingredientes para 4 comensales
Garbanzos
1/4 kg de zancarrón, o morcillo
100 gr. de tocino magro
1 chorizo fresco
1 huevo
1 patata
1 hueso de rodilla de ternera
Una punta de jamón
miga de pan, fideos finos, pimienta, perejil, aceite, leche, ajo y sal.
Elaboración
Poner los garbanzos a remojo la noche anterior. 12 horas aproximadamente. En un recipiente se pone a calentar agua fría con la carne, el chorizo, el tocino y los huesos. Cuando comienza a hervir se añaden los garbanzos y se deja cociendo hasta que esté todo tierno.
Aproximadamente 20 minutos antes de terminar de cocer, se echan las patatas y el repollo troceado. Se añade el punto de sal, se cuela luego el caldo y se añaden los fideos para la sopa.
Dependiendo de la cantidad de relleno, se baten los huevos y se pone el ajo y el perejil al gusto. La miga se remoja en leche y una vez escurrida se vuelca al batido para amasar todo hasta conseguir la consistencia adecuada. Con esta masa se hacen unos rollos que luego se fríen en aceite muy caliente hasta que estén bien dorados.
La sopa se sirve a la mesa como primer plato y después, la carne con las verduras y el relleno como segundo plato.