El verano se mueve a ritmo de danzas urbanas y flamenco. Del sábado 12 al domingo 27 de julio, 360 alumnos llegados de toda España se citan en dos de los campamentos estivales con mayor prestigio, donde demuestran su pasión por el baile: Camp of Dance y Campamento Flamenco. El primero se celebra del 12 al 19, y el segundo del 20 al 27, ambos en el Complejo Educativo Ciudad Escolar San Fernando (Carretera Fuencarral-El Pardo, km 12,800). “No solo se trata de bailar, aquí conviven con sus ídolos”, apunta el bailaor Cristián Pérez, codirector de los campamentos junto a la también bailaora María Farelo. Ya van por su quinta edición.

Pura pasión
Repartidos en grupos por niveles, los alumnos reciben 36 horas de clases intensivas a cargo de 18 figuras nacionales e internacionales de las danzas urbanas y el baile flamenco. Karu Rivera, Khryys, Víctor Vásquez, María Seco, Mónica Peña, Sam Vázquez, Leire Dallas, Gabriel Henríquez y Javi Correa son los maestros de urbano, muchos de ellos coreógrafos y primeros bailarines de Lola Índigo, Camilo, Shakira… Campamento Flamenco cuenta con La Lupi, Eva Yerbabuena, Miguel Ángel Heredia, Juan Tomás de la Molía, Adela Campallo, Mónica Fernández, Fátima Navarro, Miguel El Rubio y Guadalupe Torres. Entre todos acumulan centenares de premios.
Se admiten alumnos de 12 a 50 años, con excepciones si llegan al nivel mínimo requerido. “Muchos nos vienen también de otros países como Portugal, Francia, Italia, Alemania, China, Japón, México, Argentina, Colombia, Ecuador… Una chica vendió su coche para volar desde Perú y otro vino desde Georgia (EE.UU)”, explica María Farelo. “Las plazas se agotan en febrero”, subraya Cristián Pérez. “Quieren vivir las experiencias de las danzas urbanas y del flamenco, de primera mano de sus ídolos y con ponencias de lujo”, añade.
“Hemos añadido más horas de formación y nuevas aulas de formación, además de otros espacios de trabajo y de ocio, como salones de estar y cafetería”, apunta María Farelo. Tras la llegada y toma de contacto del domingo, las clases se reparten en seis aulas del lunes al viernes, de 10:00 a 14:00, y de 19:00 a 20:30.
A su vez, las barreras entre maestros y alumnos se rompen durante los desayunos, comidas y cenas, además de otras actividades a lo largo del día (piscina, fiestas de espuma, deporte…). Cada día se imparten seis horas de clases no solo de baile, también de cante e historia y charlas donde los maestros comparten sus experiencias. “La magia se genera cuando estas primeras figuras conviven con aquellos que más les admiran”, explica Cristian Pérez. Como colofón, la última noche los alumnos ofrecen un espectáculo de muestra con todo lo aprendido durante la semana, abierto también a la presencia de familiares y amigos.
Lanzadera de talentos
Quien mejor que una de sus alumnas para relatar la experiencia. “Pasaba por un momento de duda en mi relación con el baile”, cuenta Séfora Lara, repetidora de Campamento Flamenco desde hace varias ediciones. “Fue entrar allí y sentirme con en casa, como si conociera de toda la vida a mis compañeros y a los maestros. Viví una energía tan buena que cuando salí me quería comer el mundo bailando”, explica sobre unos días que sirven de revulsivo creativo, revuelven las entrañas y revivan el espíritu de los futuros talentos: “Veía a mis compañeros y quería llegar a lo mismo que ellos no por envidia, si no por admiración, por ganas de superarte… de impulsarte”.
“Muchos de nuestros alumnos se integran en el mercado laboral de la danza urbana y el flamenco”, añade María Farelo. Por ejemplo, Raquel Lara, alumna de las primeras ediciones de Campamento Flamenco, bailaora habitual ya en los tablaos más importantes de España.