Con origen en el medievo, el Camino de Santiago pasó de ser una peregrinación cristiana a convertirse en un atractivo turístico a nivel mundial. Con diversas rutas, es posible hacerlo, no solo andando, sino también en bicicleta o a caballo.
El Camino de Santiago es uno de eso viajes que, a primera vista, no tiene estación. Tanto si tienes vacaciones en invierno como en verano, ambos son momentos ideales para realizar esta «peregrinación», superarte a ti mismo y, sobre todo, conocer gente nueva.
Sin embargo, las temperaturas que estés dispuesto a soportar dependerán única y exclusivamente de ti. Hay quienes prefieren levantarse a las seis de la mañana en pleno mes de julio para escuchar el cantar de los pájaros y, por el contrario, los que odian madrugar y prefieren levantarse a las diez. Una hora que, con bajas temperaturas y sin parar de moverte, también tiene sus ventajas. Eso sí, presta atención para no resbalarte con el hielo.
Rutas del Camino de Santiago
Seguro que en más de una ocasión te has encontrado el cartel con la flecha amarilla que indica el rumbo a Santiago. Y no precisamente porque la estuvieras buscando. Muchas ciudades y pequeños pueblos cuentan con estas indicaciones para ayudar a quienes, dejando sus problemas a un lado, se plantan las zapatillas y ponen rumbo a una de las ciudades más impresionantes de España.
Entre las rutas que existen, destaca el Camino Francés, declarado Patrimonio de la Humanidad. Desde Roncesvalles, se trata del más internacional y cuenta con varios itinerarios al inicio. Sin embargo, todos ellos confluyen en Navarra y comparten pasos hasta Santiago. Este recorrido atraviesa ciudades de gran importancia como Burgos o León, así como pequeños pueblos y la más pura naturaleza.
Camino portugués. Se trata del segundo recorrido en cuanto a número de peregrinos nos referimos. Su trazado, caracterizado por el legado de los romanos, se dirige hacia el norte desde el país luso y se adentra por Galicia, muy cerca de las orillas del río Miño. Además, es importante resaltar que Oporto y Tui son las principales localidades elegidas por quienes emprenden esta aventura para partir hacia Santiago de Compostela.
Camino inglés. Aunque con un menor impacto que sus compañeros, son muchos los ingleses, escoceses o irlandeses que dejan a un lado su miedo a navegar para peregrinar hasta Santiago. Eso sí, hacerlo andando por completo es imposible. Hasta llegar a costas gallegas, tendrás que ir en barco. Los dos puertos son A Coruña o Ferrol. Desde el primero hay 70 km hasta Santiago. Y, desde el segundo, 120 km.
Camino del Norte. Este trayecto se remonta al siglo IX y parte desde Irún. Sus huellas se marcan a través de la cornisa cantábrica, por la costa astur-galaica. Es destacable que se pueden escoger dos vertientes: Oviedo o Ribadeo, aunque la más típica es la segunda. A lo largo del camino puedes encontrar gran cantidad de iglesias que, año tras año, se han ido asentando para complacer a los peregrinos.
Consejos para hacer el Camino de Santiago
Realizar el Camino de Santiago no es solo elegir qué ruta seguirás y lanzarte a ello. Es imprescindible que tengas una serie de pautas en cuenta para no tener que retirarte a mitad de camino o, como ha pasado en alguna ocasión, acabar en un taxi.
Preparación física. A la hora de escoger la ruta, tenemos que adaptarla a nuestra condición física, al igual que el nivel de cada etapa. Para prepararse, es importante empezar a andar con un mes de antelación. Por ejemplo, al salir de trabajar. Poco a poco habría que ampliar el número de kilómetros y, por supuesto, añadir algo de peso para simular la mochila.
Peso. A la hora de elegir qué cosas llevar, tienes que recordar que no todo es importante y que siempre podrás llevar jabón lagarto para lavar, por ejemplo, tus calcetines. Estos los podrás colgar de la mochila con unas pinzas mientras continuas tu camino.
Calzado. ¿Quién no ha sufrido una ampolla durante alguna de las etapas del Camino de Santiago? Para prevenir esto, recomendamos llevar botas o zapatillas de montaña, dependiendo de la época del año. Además, para los días más calurosos, hay quienes prefieren sandalias cerradas. De esta forma, dejas descansar al pie.
Desde revistaiberica.com esperamos que el artículo haya sido de vuestro interés y os animamos a dejar vuestras opiniones en los comentarios de nuestra página web.