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Atzeneta, turismo en Castellón

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Ayto. de Atzeneta (Imagen de Columbusalbus)

Resulta difícil entender como Atzeneta, que fue poblada desde tiempos muy antiguos, está marcada por el látigo de la despoblación. A 45 kilómetros de Castellón de la Plana emerge esta localidad silueteada por las estribaciones montañosas del centro y norte de la provincia. Respaldada por una gruesa vida llena de historia, hoy día sus más de mil habitantes recuerdan hazañas del pasado y muestran el legado que sus antepasados les dejaron. Por ello, han tratado de cuidar con sumo mimo sus iglesias y han podido comenzar a rescatar numerosos restos. Tal es el caso de la cerámica ibérica encontrada en los alrededores de la ermita de San Juan del Castell y los restos hallados en las terrazas de Monleón.

El Cid y los Templarios en Atzeneta

Además de los agarenos, en el siglo XII ya se relatan correrías del Cid por estos lares. También de Pedro II el Católico, que prometió a los Templarios que cuando arrebatara estas tierras a los moros les entregaría el Castillo de Culla y las llamadas por entonces Alquerías de Atzeneta. De este modo, en 1235 Atzeneta fue donada a Guillermo de Alagón, quien a su vez se las otorgó a su hija Constanza, casada con el noble Guillermo de Anglesola. Fue el hijo de estos quien otorgó en enero de 1272 la carta-puebla a Guillermo Colom, Ramón de Canet y ochenta pobladores más, marcando con ello, los límites de la población.

La mayor parte de estos pobladores procedía por lo general de Cataluña. Una vez instalados comenzaron a construir pequeñas viviendas que se convertirían en sus nuevos hogares. Con el paso del tiempo recibirían el nombre de mas. Los nuevos pobladores comenzaron la explotación de sus tierras, fundamentalmente lanar, aunque también había cabras y cerdos. Una economía de subsistencia, con algo de huerta, en las cercanías de la casa y vid y olivo en zonas más alejadas.

El mas

Según Joaquín Roca Albalat, por esta zona de la provincia de Castellón una característica poblacional muy marcada es la dispersión de su poblamiento. Dispersión basada «sobre una vivienda típica rural» (el mas) en la que contrasta su importancia histórica, demográfica y arquitectónica con la escasez de estudios que se le han dedicado.

La prosperidad económica de los denominados masoveros, gracias al comercio derivado de su lana (exportaban a los telares de la región italiana de la Toscana), permitió la transformación de su mas, embelleciéndolo y transformándolo en masías señoriales. Su riqueza les permitirá patrocinar obras de arte y dejar de trabajar en sus tierras para que, en su lugar, lo hagan sus criados y asalariados.

Hasta mediados del siglo XIX se mantenía el sistema hereditario del major o hereu, en el que el hijo mayor heredaba toda la tierra o gran parte. Pero a partir de esta fecha se aprueban leyes y decretos contrarios a este sistema. La escisión de las grandes propiedades que constituían los masos, como consecuencia de estos decretos que permitían repartir las tierras entre todos los hermanos, la construcción de nuevas masías, la división de algunas de las antiguas construcciones o la ampliación de las mismas hace que, a finales del siglo XIX y principios del XX, el espacio que queda a cada familia apenas produzca lo necesario para vivir. Por este motivo comienzan a abandonarse, ya que la consideración social del masover, que anteriormente fue hacendado, había pasado a ser la de un pobre agricultor cuyas rentas apenas le permiten vivir.

Actualmente algunos de estos mas se están rehabilitando y alguno como El Magranar se ha convertido en un centro de turismo rural.

De paseo

Quizás el sitio más emblemático de toda la localidad sea el Ermitorio del Castell, una construcción del siglo XVI, que es muy querida tanto por los visitantes como por los propios adzanetenses. Tampoco hay que dejar de visitar el edificio del ayuntamiento, el Ermitorio de Loreto del siglo XVII, la ermita de San Roque o la de San Gregorio.

El templo parroquial, de estilo renacentista, factura del XVII, cuenta con un majestuoso retablo barroco. Destacan además unos vasos sagrados de los siglo XV y XVI, así como un tríptico y lienzos de la escuela valenciana de la misma época.

Quizá uno de los mayores atractivos sea su clima privilegiado y sus extensiones de roble, encina, pino o arce.

Cómo llegar a Atzeneta

Los platos típicos de Atzeneta del Maestrat se encuentra a pocos más de cuarenta kilómetros de Castellón, en las estribaciones de la Sierra de Montordi. Desde Castellón, por la CV – 10, se llega al Parque Natural de desierto de La Palmas, junto a la localidad de Pobla de Tomesa. Continuar por la CV-15 hasta La Pelechaneta. Desde aquí un desvío conduce hasta Atzeneta, por la CV-170.

Comer en Atzeneta

Los platos típicos de Atzeneta del Maestrat son el tombet, la paella amb pilotes, el arroz al horno, el arròs caldòs amb conté o pollastre, mostachons y cruixidors. Afamados también son sus embutidos, sobre todo las longanizas y morcillas así como los turrones y mazapanes caseros.

Dónde dormir

El Magranar. Se encuentra en el kilómetro cinco de la carretera a Xodos. Centro de turismo rural ubicado en una finca de 100 hectáreas, es antiguo aunque bien rehabilitado. Cuenta con cuatro casas rurales independientes. Las más grandes tienen capacidad para doce personas. Cada una de ellas está equipada con cocina, baños, habitaciones, chimenea y calefacción. Servicio completo de menaje y ropa. Televisión. Restaurante. Dos piscinas, una para niños y otra para mayores. Sala para reuniones y convenciones. Desde aquí se puede realizar senderismo y cursos de artesanía. Más información: 619 80 09 21

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