Andorra organiza de junio a octubre rutas ecoturísticas por las distintas parroquias del país, con tres grados de dificultad. Unos itinerarios que desvelan el patrimonio cultural del Principado, a la vez que se reconoce la flora y fauna típicas de las zonas alpinas. Y buen ejemplo de ello es la ruta que recorre el Valle de Enclar, donde se encuentra la mayor concentración de rebecos, una de las grandes atracciones de este itinerario.
El Valle de Enclar se encuentra en la parroquia de Andorra la Vella y desde el municipio de Santa Coloma se inicia esta ruta que tiene una duración aproximada de 4 horas. El itinerario es de dificultad media y la gran atracción de esta ruta ecoturística es el avistamiento de aves rapaces y la concentración de rebecos en su hábitat natural.
Se puede recorrer de junio a octubre y el excursionista descubre a su paso frondosos árboles como el fresno, el pino rojo, la encina y el boj, entre otras especies florales silvestres. El camino de Enclar es, además, uno de los mejores lugares para observar aves rapaces por su condición montañosa. Dependiendo de la época del año, se puede avistar gavilanes y halcones peregrinos.
Rebecos en la ruta del Valle de Enclar
En el mismo Valle de Enclar, una de sus atracciones es la concentración de rebecos. Este simpático mamífero está perfectamente adaptado a la vida en la alta montaña. Es sociable y se mueve en pequeños grupos a la búsqueda de pastos. Es de costumbre diurna y los mejores momentos para observar a este ejemplar en su hábitat natural es a primera hora de la mañana o última de la tarde. Esta ruta ecoturística discurre junto al río Gran Valira y está rodeado de algunas de las cimas más altas del Principado.
Vías ferratas
Este paraje natural también permite ser recorrido de una forma original y segura a través de las vías ferratas existentes en esta zona de Sant Vicenç de Enclar. Este itinerario deportivo está trazado en un macizo rocoso equipado con cables, peldaños y distintos elementos destinados a facilitar la progresión y optimizar la seguridad de los practicantes. Sin embargo, hay que tomar una serie de precauciones, como usar casco, arnés y calzado de montaña. Este tipo de acceso por la ladera de la montaña permite disfrutar de una panorámica del valle desde las alturas.
Retorno a la Edad Media
Además, es una de las vías de acceso a la iglesia de Sant Vicenç de Enclar que forma parte de un conjunto arquitectónico que data del siglo IX. Esta es una de las iglesias más antiguas del Principado, restaurada en los años 70 y que conserva su aspecto original. La particularidad de este enclave es que cuenta con un cementerio medieval y sólo es posible acceder a pie.
Santa Coloma
Otro de los puntos de interés del patrimonio de Andorra se encuentra en la localidad de Santa Coloma. Este municipio fue una de las primeras parroquias del país, aunque ahora se incluye dentro de Andorra la Vella. Pasear por su casco antiguo transporta al visitante a la Edad Media, ya que conserva edificios de gran valor histórico y cultural, entre los cuales, destaca la iglesia prerrománica de Santa Coloma.
Este edificio de origen prerrománico cuenta con una nave rectangular cubierta con andamios de madera y un ábside cuadrado. Lo más singular de esta construcción es su campanario de 17 metros que fue añadido en el siglo XII y es de origen lombardo de planta circular, uno de los pocos ejemplos que existen en los Pirineos. El emplazamiento del templo permite, a su vez, descubrir construcciones tradicionales como la ‘Torre dels Russos’ uno de los ejemplos de la arquitectura de granito andorrana.
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