El mercado de las drogas en los últimos años se ha caracterizado por la aparición de muchas sustancias químicas nuevas conocidas como drogas de diseño, euforizantes legales y/o sales de baño. Para utilizar una terminología clara al referirnos a estas sustancias se les denomina Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) y son sustancias no controladas por la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes ni por el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, aunque suponen una amenaza para la salud pública.
Ya que la adicción es una enfermedad mental crónica y progresiva, para su recuperación es necesario someterse a un tratamiento especializado. Instituto Castelao es una clínica de sanidad privada dedicada a este sector con más de 17 años de experiencia. En su centro de desintoxicación en Málaga se recuperan más del 85% de pacientes.
Categorías de NSP
Las nuevas sustancias psicoactivas pueden clasificarse en las siguientes categorías:
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- Cannabinoides sintéticos: Son receptores agonistas de cannabinoides que producen efectos similares a los del THC –principal componente psicoactivo del Cannabis-. Normalmente estos cannabinoides son mezclados con productos herbarios y vendidos bajo el nombre de Spice, k2, Kronic, etc.
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- Catinonas sintéticas: La catinona es un componente activo de la planta Khat, es una sustancia internacionalmente controlada a partir de la cual se elaboran las catinonas sintéticas. Generalmente tienen efectos estimulantes e incluyen NSP reportadas frecuentemente.
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- Ketamina: Es un anestésico humano y veterinario que actúa como un estimulante en dosis bajas y como un alucinógeno en dosis altas.
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- Fenetilaminas: Contienen sustancias relacionadas con la anfetamina y metanfetamina y produce generalmente efectos estimulantes. Aunque la modificación de estos compuestos puede dar lugar a alucinógenos como el Bromo-Dragonfly.
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- Piperazinas: son sustancias vendidas como éxtasis por sus propiedades estimulantes del sistema nervioso central.
- Sustancias de origen vegetal: forman parte de este grupo sustancias con propiedades psicoactivas.
La investigación de UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime) encontró 251 sustancias reportadas en todo el mundo. Técnicamente, el número de derivados potenciales es ilimitado y mientras no haya un mecanismo mundial de vigilancia sobre dichas sustancias, la información al respecto será inconsistente.
El primer paso para salir de la adicción es pedir ayuda; el segundo, seguir un eficaz tratamiento de adicciones que te permita vivir una vida plena, sin sustancias.
Patrones de consumo
En general los patrones de consumo utilizados por los consumidores de drogas emergentes son:
Recreativo: fundamentalmente llevado a cabo por los más jóvenes en circunstancias determinadas (celebraciones, conciertos, discotecas…) y asociado al policonsumo.
Experimental: se da en jóvenes mayores –de entre 25 a 35 años de edad media- acostumbrados a consumir otras sustancias, que las usan como búsqueda de nuevas sensaciones. Surgen menos casos de intoxicaciones agudas que en los grupos de edad más jóvenes porque hay más consciencia de consumo, lo que facilita en relato del episodio por parte del consumidor.
De sustitución: normalmente se da en consumidores de sustancias por vía intravenosa que por diversas circunstancias buscan los efectos de la droga consumida habitual en otras drogas disponibles. El consumo suele ser en solitario y suelen presentarse cuadros de intoxicación de elevada gravedad por el desconocimiento acerca de la droga de sustitución. La vía intravenosa agrava la situación, provocando un aumento de las tasas de Hepatitis C y de VIH por la reutilización de jeriguillas.
Un reto para la salud pública
El consumo de sustancias psicoactivas es un reto para la salud pública ya que las consecuencias no afectan sólo al individuo, sino a todo su entorno y a la sociedad en general. El uso y abuso de drogas emergentes es un problema importante debido a que no son ilegales, se pueden sintetizar fácilmente, su consumo no es seguro, se difunden mediante las nuevas tecnologías y el mercado en la Unión Europea es único.
La situación reglamentaria de una sustancia es clave para su abordaje, y para que una droga se considere ilegal debe incluirse en los Convenios elaborado al respecto de Naciones Unidas, perteneciendo a familias de sustancias con formulaciones químicas concretas. Lo que sucede es que la mayoría de sustancias psicoactivas emergentes no cumplen este requisito, con lo cual las instituciones encargadas del control y seguridad no pueden intervenir sobre ellas de la misma forma que intervienen sobre drogas ilegales. En definitiva, son alegales: es decir, no son legales al no estar reguladas y prescritas por ley, ni son ilegales ya que no están tampoco en contra de la ley por no estar incluidas en los Convenios pertinentes.
Las condiciones de su creación y manipulación no tienen las condiciones higiénico-sanitarias adecuadas ya que son laboratorios clandestinos e incluso domésticos en manos de aficionados. Además estas drogas son puestas en el mercado sin haber sido testadas respecto a sus efectos en humanos.
Por otra parte, la falta de información y el desconocimiento general que envuelve todo lo relativo a las Nuevas Sustancias Psicoactivas dificulta limitar su circulación.