La comarca está separada de Liébana por Peña Sagra, un altísimo cordal cuya cima se conoce como “El Cuernón de Peña Sagra” y supera los 2.000 metros de altitud. Esta montaña está rodeada de cierto misterio, según algunos autores, Peña Sagra debe identificarse con el monte Medulio, donde se desarrolló la última gran batalla de las guerras cántabras. El propio nombre parece indicar el carácter sagrado que tenía esta sierra para los cántabros. Las últimas teorías sobre Peña Sagra señalan a este agreste lugar como uno de los más importantes lugares mitológicos e históricos de la antigüedad. Hoy en día, se venera allí a la virgen de la Luz, conocida popularmente como La Santuca, patrona de Liébana y Polaciones, cuyo santuario se ubica a pie del Cuernón. Cada 2 de mayo, los lebaniegos llevan a la virgen en procesión desde el pueblo de Aniezo hasta Santo Toribio de Liébana, con un recorrido de 24 kilómetros, siendo una de las procesiones más largas de cuantas se celebran en España.
A lo largo recorrido del Nansa, desde las cuencas altas hasta su desembocadura en la bella ría de Tina Menor, el río y sus afluentes atraviesan y bañan pequeñas poblaciones, hasta hace muy pocos años, eminentemente ganaderas, y en las que actualmente se mezcla esta actividad con otras más dirigidas al turismo.
En el valle de Polaciones, en la parte más alta de la cuenca, nos encontramos hasta un total de 13 aldeas con nombres como Salceda, San Mamés, Santa Eulalia o Santotís. Se trata de un valle con carácter y cultura propios, por su relieve, su vegetación, su fauna, su clima, su historia y sus costumbres ancestrales. El río discurre paralelo a la carretera y entre las curvas y recurvas del camino, se asoma uno de los paisajes más espectaculares de Cantabria, donde la naturaleza y la mano del hombre, se unen en el impresionante embalse de la Cohilla. Un poco más abajo, se halla Tudanca, un asentamiento premedieval donde se puede contemplar la arquitectura típica de la zona de piedra de mampostería y madera de los bosques de la comarca. Este conjunto Histórico-Artístico nacional fue elegido hace cien años por José María de Pereda como escenario de su novela “Peñas Arriba”. En ella sobresale “La Casona” de José María de Cossío que atesora en su biblioteca miles de ejemplares, entre los que cabe destacar manuscritos como “De tal palo tal astilla” de José María de Pereda o una segunda copia manuscrita de “La Familia de Pascual Duarte” de Camilo José Cela, numerosos volúmenes traducidos a mano por Manuel Azaña y toda una colección de poemas manuscritos por los propios autores. Por esta casona has pasado importantes escritores del mundo occidental y se han leído y escrito innumerables obras de la poesía española e iberoamericana.
En su camino hacia el mar, el río Nansa se topa con el pueblo de Cosío, asentado en los márgenes del río Vendul, afluente del Nansa, que rezuma historias hidalgas medievales y casonas indianas fruto de la melancolía de sus dueños. Carmona es otro de los núcleos que atraviesa el Nansa, cuya mejor panorámica se observa desde “la Collada” , pequeña sierra que une la cuenca del Nansa con el valle de Cabuérniga. Posiblemente Carmona sea uno de los conjuntos arquitectónicos mejor conservado de España y uno de los más bellos de Cantabria.
El Nansa baja tranquilo por Celis, Cades o Herrerías hasta llegar a Muñorrodero y Pesues, enclavados en las márgenes de Tina Menor, una ría cuyas aguas esmeraldas y sus orillas vírgenes la convierten en un paraíso de tranquilidad.
Un paisaje para relajarse en la cuenca del Nansa: ría de Tina Menor
La ría de Tina Menor es una de las dos “Tinas” situadas en el municipio de Val de San Vicente, el más occidental de Cantabria, frontera con Asturias. Tina Mayor es la desembocadura del río Deva y Tina Menor, la del río Nansa. La angosta boca de Tina Menor se aloja entre las empinadas laderas de Los Picos y Peña del Pinto. Se trata de una llanura de aguas calmas y de un intenso color esmeralda que forma una marisma de notable riqueza acuícola. En esta especie de fiordo desparrama el río Nansa sus aguas, formando un precioso y algo misterioso paisaje rodeado de montes llenos de vegetación.
La Cueva de Chufín
En un paraje singular del Valle del Nansa, en un acantilado del embalse de la Palombera, se abre la Cueva de Chufín, una de las nueve cavidades cántabras declarada recientemente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La cavidad tiene una boca amplia y un vestíbulo espacioso que da paso a una galería ancha y baja. En el fondo de la cueva hay una sala amplia donde se forma un curioso lago interior.
Por las excavaciones realizadas en el vestíbulo se sabe que la cueva fue ocupada, al menos, durante el Solutense Superior (hace 17.500 años). Las representaciones artísticas de la cueva, sin embargo, son de diferentes momentos, algunas bastante anteriores, hasta de hace 25.0000 años.
El arte de Chufín se puede dividir en dos grandes conjuntos: las representaciones del vestíbulo y las del interior de la cueva. En el vestíbulo, aparecen paneles con grabados de trazo profundo. En el más interesante de los paneles aparecen grabados que representan un bisonte y varias ciervas. Además hay peces, signos, etc. En la sala interior, las figuras se distribuyen por ambas paredes y hay tanto pinturas como grabados. En la pared derecha hay un “macarrón” abstracto, el grabado de una zancuda y un gran panel de pinturas rojas, con un uro y un caballo, puntuaciones y signos complejos. En la pared izquierda hay un antropomorfo grabado en trazo grueso, entre otras figuras de caballos, cérvidos….
La Ferrería de Cades
En la localidad de Cades, en el bello municipio de Herrerías, se conserva una antigua Ferrería que data del siglo XVIII y que, tras su reconstrucción, muestra a los visitantes cómo eran las antiguas ferrerías.
Hoy en día la ferrería se ha convertido en un museo que se puede visitar para recordar el oficio de ferrero, que en su día tuvo tanta importancia en la comarca de Saja-Nansa. La Ferrería de Cades se puede visitar los sábados entre las 10 y las 14 horas y la demostración del antiguo oficio es a las 12 horas.
Datos prácticos: yantar y pernoctar
Hotel Casona del Nansa (En Herrerías) Situados en Herrerías, un bello municipio cántabro en la cuenca del río Nansa, nuestro encantador boutique hotel ofrece tradición, cocina casera con un toque de autor, comodidad y un trato personalizado. Rodeado de naturaleza y ubicado en una antigua casona montañesa, nuestra Casona del Nansa es un importante punto de partida turístico. Tel.: (+34) 942 72 76 85.
Casona de Carmona, Palacio de los Díaz de Cossio, Calderón y Mier (En Carmona). Construido a principios del siglo XVII, su arquitectura es la barroca madrileña de la época de los Austrias -propio del XVII- combinado con el diseño propio de las casonas montañesas. Lo que hacen del Palacio un edificio único. Actualmente es el edificio más representativo de la localidad. Destaca por su personalidad e identidad propia. Con tan solo 10 habitaciones, ofrece servicios y atención personalizada en uno de los pueblos más bonitos de España: Carmona. Tel.: 942 74 94 72.
Reserva del Saja (En Renedo de Cabuérniga) Hotel ecológico inmerso en el Parque Natural Protegido de Saja-Nansa y situado a los pies de la reserva de caza más grande de España, la Reserva Nacional del Saja. Ubicado en el Valle de Cabuérniga, es uno de los pocos hoteles en España que cumplen con las pautas de un certificado de excelencia medioambiental europeo. Tel.: 942 70 61 90.
La Posada de Fidel (En Puentenansa) Se encuentra inmersa en el pueblo de Puentenansa, uno de los más importantes del Valle del Nansa. Este territorio te sorprenderá por su riqueza patrimonial, cultural y paisajística. Miradores, senderos, ríos y una gran cantidad de pueblos con encanto son algunas de las atracciones que ofrece este valle ubicado entre Liébana y Saja. cuenta con un total de 12 habitaciones distribuidas en tres plantas. Las habitaciones están perfectamente acondicionadas y disponen de televisión, Wi-Fi, calefacción y baño privado con agua caliente. Tel.: (+34) 942 72 80 47.