En este trabajo queremos presentar algo tan perdido, olvidado y poco utilizado en la actualidad, como es la arquitectura popular. Tratar de acercarlo al habitante de la «gran ciudad», acostumbrado a las paredes uniformes de ladrillo y hormigón que cierran calles o la frialdad del vidrio y el hierro.
Estudiar la belleza, el equilibrio, la riqueza de colores, texturas, tonos y formas que podremos encontrar paseando a unos pocos kilómetros de la gran ciudad. Esa es nuestra tarea. Queremos que disfrute del recorrido, que no sea una larga y aburrida marcha, sino un atractivo y relajante paseo. Para ello, vamos a hir de complicadas explicaciones. En este trabajo queremos divulgar todo aquello que se pueda apreciar a simple vista, que no le requiera al visitante conocimientos previos, sólo pasear y contemplar.
Aparte de esta escueta presentación, existen unas generalidades sobre qué es y qué determina la arquitectura popular:
Arquitectura popular, ¿qué es?. Denominamos arquitectura popular a aquellas construcciones realizadas por las gentes del pueblo, en el mejor de los casos con la ayuda de los artesanos del lugar como albañiles, canteros, carpinteros, etc.
¿Qué factores la determinan? Está supeditada a los caracteres geográficos y geológicos, así como al tipo de actividad económica, herencia cultural e histórica de cada localidad.
Materiales de construcción y sus técnicas. La economía, bastante austera, del entorno rural, obliga a la utilización únicamente de materiales autóctonos que, aparte de conseguir un impresionante mimetismo en su emplazamiento, va a definir, a primera vista, la mayor parte de las tipologías. Las técnicas de uso y elaboración de los materiales son muy parecidas en las diversas comarcas de la geografía madrileña, creando únicamente diferencias de acabado y decoración entre ellas. Los grandes cambios vienen dados por las distintas tipologías.
La Piedra. En sus tres variedades, pizarra, gneis y granito, es el material de construcción más utilizados en toda la Comunidad.
El Barro. Es el Material de Construcción más universalmente conocido. Es utilizado indistintamente crudo o cocido, dando lugar al adobe, tapial, ladrillo o teja.
La Madera. La abundancia o escasez de masas forestales hace que en Madrid sea más o menos utilizado en unas comarcas que en otras. Aunque es un material considera secundario, es fundamental para aligerar la construcción, haciendo posible, gracias al entramado, la existencia de varias plantas.
En el caso de la madera, se empleaba en entarimado de pisos balconadas, pies derechos, etc, pero, sobre todo, en dos partidas: las estructuras de cubiertas y las carpinterías. Las cubiertas de caballetes paralelos a la fachada y una o dos aguas, se resolvían con cerchas elementales o bien mediante la viga maestra.
La carpintería de puertas de paso, portalones de corrales, ventanas y cotnraventanas, portillos de cuadras y bodegas, etc. alcanzan asimismo una importancia enorme por su variedad de formas y tamaños. Es notable en la arquitectura popular de la Comunidad de Madrid, las albores de cerrajería y forja en rejas, herrajes y claveteados.
En innumerables localidades, la plaza soportalada, protegida del sol, de la lluvia y acotando un espacio que le es propio, permitía la actividad comercial o artesana al margen del clima, a la vez que jerarquizaba la venta o el trueque, señalando espacio y producto ofrecido. Algunas plazas mayores de localidades de la geografía de la Comunidad de Madrid, conservan aún su carácter y valor.
En la geografía madrileña destacan, por su belleza formal, bastantes localidades, con soluciones estéticas afines a la arquitectura popular, que forman conjuntos de acusado interés urbanístico. En la columna de la derecha, el lector encontrará una buena muestra de la incomparable variedad de la arquitectura popular existente en la Comunidad de Madrid. Dichas muestras arquitectónicas, dan testimonio de épocas pasadas, pero también son protagonistas del presente y deberán serlo del futuro.
Construcciones agropecuarias. Estos elementos se han confundido a lo largo del tiempo. Si bien el rollo simbolizaba la capacidad de una villa para administrarse justicia y la picota era el lugar donde se torturaba a los malhechores en público sobre sus ganchos o argollas, con el tiempo, los rollos tomaron la función de las picotas y comenzaron a confundirse unos con otros. Tal confusión provocó que en época de las Cortes de Cádiz muchos fueron destruidos con el fin de acabar con un elemento que consideraban que representaba los abusos del régimen señorial. En Madrid aún se mantienen el de El Berrueco, Navalquejigo y Pezuela de las Torres.
Rollos y Picotas. Estos elementos se han confundido a lo largo del tiempo. Si bien el rollo simbolizaba la capacidad de una villa para administrarse justicia y la picota era el lugar donde se torturaba a los malhechores en público sobre sus ganchos o argollas, con el tiempo, los rollos tomaron la función de las picotas y comenzaron a confundirse unos con otros. Tal confusión provocó que en época de las Cortes de Cádiz muchos fueron destruidos con el fin de acabar con un elemento que consideraban que representaba los abusos del régimen señorial. En Madrid aún se mantienen el de El Berrueco, Navalquejigo y Pezuela de las Torres.
La Casa Serrana. El frío invernal explica por qué estas casas se caracterizan por tener gruesos muros y pequeñas y escasas ventanas. El piso inferior solía estar formado por la cuadra y una cocina con una gran chimenea. Al piso superior se accedía por una escalera de madera. Aquí era donde se encontraban las alcobas y el granero o «sobrao».
Algete
Algete se incorporó a la Corona Real por cedula dada en Madrid a 11 de julio de 1578, refrendada por Pedro de Escobedo, de que se despachó privilegio de venta a Don García de Mendoza en San Lorenzo el 4 de octubre de 1586
Se encuentra Algete en tierras del Jarama. De fundación árabe, conserva parte de su antiguo trazado irregular, del que sobresale la mole de su bello templo parroquial. Se incorporó a la Corona Real por cedula dada en Madrid a 11 de julio de 1578, refrendada por Pedro de Escobedo, de que se despachó privilegio de venta a Don García de Mendoza en San Lorenzo el 4 de octubre de 1586. El Marqués de Cañete, con facultad real en San Lorenzo el 15 de junio de 1617, vendió a la villa su jurisdicción por escritura de 9 de septiembre de aquel año.
En los últimos años ha experimentado un enorme crecimiento que le ha hecho perder, en gran medida, su personal carácter.
Se encuentra a 19 kilómetros de Alcalá de Henares y a 30 de Madrid. Tomar la N-I, hasta pasado San Sebastián de los Reyes donde por un desvío a la derecha se llega al lugar.
El Berrueco
Su arquitectura cuenta con una tipología de casa serrana muy particular. Los muros son de una bonita y sorprendente mampostería concertada con ángulos casi rectos.
Aunque en la actualidad pertenece al partido judicial de Torrelaguna, El Berrueco fue fundado en el siglo XI, siendo una aldea independiente de Uceda, Guadalajara. En 1574 el rey Felipe II consigue licencia del Papa Gregorio XIII, para enajenar propiedades diversas de la silla arzobispal de Toledo, entre ellas la villa de Uceda y sus aldeas. Se incorpora a la Corona en 1575 y consigue título de villazgo por medio de un privilegio real. Su arquitectura cuenta con una tipología de casa serrana muy particular. Los muros son de una bonita y sorprendente mampostería concertada con ángulos casi rectos.
Se halla a 11 kilómetros de Torrelaguna y a 60 kilómetros de Madrid. Se accede por la N-I hasta la Cabrera donde un desvío conduce hasta El Berrueco.
Buitrago del Lozoya
Casas populares con gruesas mamposterías de granito y gneis, sillares en las esquinas y sólidas construcciones de gran tamaño, algunas de ellas de más de doscientos años, conforman su arquitectura popular
Una detenida visita a Buitrago permite ir descubriendo cada rincón, con una bella fachada, un escudo heráldico, una calle pintoresca, un paisaje.
Buitrago se corresponde, según algunos estudios, con la antigua Celtiberica, ocupada por los romanos en el año 193 a.c.. Según Tito Livio (libro 35. Capítulo 21), en el año 190 a.c., el Pretor Cayo Flaminio conquistó Libratum, » (…) munitum, opulentunque, vineis expugnavit», haciendo prisionero a un regulo llamado Corribilon. Otros autores aseguran que Libratum es la actual Buitrago. El uno de enero de 1368, desde Burgos, D. Enrique II, en privilegio rodado, otorgaba, en donación «pura y no revocable, por juro de heredad», a don Pedro González de Mendoza y sus descendientes, mayordomo del Infante D. Juan, las villas de Buitrago e Hita, con todos sus términos y fortalezas.
Se encuentra a 75 kilómetros de Madrid por la N-I
Bustarviejo
Bustarviejo es una localidad serrana de casas, por regla general, de mampostería reforzada con sillares en las esquinas y huecos.
Esta localidad pertenecía a la Comunidad y tierra de Segovia, que perdió el término de Bustarviejo en 1577 que, junto con las tierras del Carrascal y la Dehesilla de las Navas, pasan a pertenecer al arzobispado de Toledo. En el siglo XVI, tanto la localidad como sus anejos son eximidos a perpetuidad de la jurisdicción de Segovia por un privilegio real que asegura que «El rey otorgó venta real y dio su privilegio con todas sus firmezas y claúsulas de perpetuidad, de propio motu, ciencia cierta y poderío real absoluto, apartando a la dicha villa de la jurisdicción de Segovia».
Se encuentra a 24 kilómetros de Torrelaguna y a 65 kilómetros de Madrid. Se accede por la N-I, hasta la localidad de Cabanillas de la Sierra, desde donde se toma un desvío que lleva hasta Bustarviejo.
La Cabrera
Aún se pueden ver algunas construcciones de tipología serrana, aunque cada vez menos. Son casas, en general grandes, de una sola planta con unas grandes cubiertas de teja árabe y sólidos muros de mampostería de piedra granítica. Su tipología tiene buenos ejemplos, pero se va perdiendo de forma rápida por el acoso de las nuevas construcciones. fue aldea de Buitrago hasta 1748, fecha en la que el Concejo de La Cabrera se dirige a la Duquesa Doña María Francisca de Silva Mendoza, undécima Duquesa del Infantado y séptima de Pastrana, para solicitar su exención de jurisdicción de la villa de Buitrago.
Se halla a unos 60 kilómetros de Madrid por la N-I
Cadalso de los Vídrios
Cadalso cuenta con una construcciones típicamente serranas con sobresalientes edificaciones. Abundante mampostería de granito de sus cercanas canteras, con sillares en las esquinas, jambas y dinteles, forman parte de su fisonomía. Hasta hace pocos años la localidad, perteneciente al partido judicial de San Martín de Valdeiglesias, conservaba abundantes testimonios de su historia. En la calle Real han sobrevivido edificios de muy buena traza arquitectónica. Aún pueden admirarse edificaciones de dos plantas y grandes entradas porticadas con bellos dinteles tallados. Los primeros escritos que se tienen acerca de Cadalso datan del siglo X. El lugar sufrió diversos saqueos hasta su conquista por Alfonso VI. Perteneció a tierras de Escalona, en Toledo. En 1281 el Infante Don Juan Manuel, a la sazón Señor de Cadalso, otorgó a esta su escudo heráldico. Llegó a ser feudo del Condestable de Castilla D. Alvaro de Luna. E incluso, la Infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos, fue señora de Cadalso.
Se encuentra a unos 80 kilómetros de Madrid. Tomar la N-V hasta la altura de Navalcarnero, donde hay un desvío a la M-600. Desde aquí tomar la M-507 en dirección a Villamanta, Aldea del Fresno, Villadelprado y Cadalso de los Vidrios. Otra opción es tomar la N-V y a la altura de Alcorcón desviarse hacia la M-501, hasta San Martín de Valdeiglesias. Pasado San Martín de Valdeiglesias un desvío (M-542) conduce a Cadalso.
Colmenar de Oreja
Destaca en Colmenar de Oreja su plaza mayor, una de las más bonitas de la Comunidad de Madrid. Plaza de soportales formados por columnas de piedra, con balconadas de madera.
Posiblemente, es uno de los mejores ejemplos de plaza mayor típicamente castellana. Carlos I le otorgó el título de villa y Felipe II la tomó bajo su protección dándole el título de Real Sitio
Su fundación fue romana, con l nombre de Colonia Aurelia, en el año 220 a.c., durante el mandato del procónsul Escipión y del cónsul Cayo Aurelio, del que tomó su nombre. Con el tiempo se desvirtuó éste de Aurelia, por el de Oriella.
En 1171, Alfonso VIII la cede a los Caballeros de la Orden de Santiago en la persona de su primer maestre, D. Pedro Frenández de Fuente-Encalada. Con la llegada de los Reyes Católicos, paso a pertenecer a la corona. Carlos I le otorgó el título de villa y Felipe II la tomó bajo su protección dándole el título de Real Sitio.
Se accede por la N-IV hasta Ciempozuelos y desde aquí tomar la M-404 hasta Chinchón, lugar desde donde se coge la M-311 que conduce hasta Colmenar de Oreja. También desde la N-III, hasta Arganda del Rey y desde aquí tomar la M-311, hasta Chinchón.
Chinchón
Tiene una tipología, claramente urbanizada en torno a la plaza, con casas de tapial y adobe, aunque en Chinchón pueden verse bellos edificios de arquitectura popular, construidos con sillería.
Destaca su incomparable Plaza Mayor, en el centro de un valle o vaguada, que forman dos cerros. Es una plaza de irregular trazado, formada por dos edificios con balconadas de madera y pilares del mismo material sobre zapatas. En la parte baja, el soporte de las zapatas se compone de sencillas columnas de piedra con capiteles de orden toscano. Tiene una tipología, claramente urbanizada en torno a la plaza, con casas de tapial y adobe, aunque en Chinchón pueden verse bellos edificios de arquitectura popular, construidos con sillería. Estas tierras se componían de la villa de su mismo nombre y de las de San Martín de la Vega, Ciempozuelos, Valdelaguna, Seseña, Villaconejos, Odón, Moraleja de Enmedio, Moraleja la Mayor, Serranillos, Tiracentenos, Sacedón y Cienvallejos.
Concedido por los Reyes Católicos en marzo de 1480 a D. Andrés Cabrera y Doña Beatriz de Boadilla, se les otorgó la real facultad para fundar en 1496 mayorazgo. Fecha en cuya virtud lo hicieron por escritura en la ciudad de Segovia, el 20 de junio de 1505.
Se accede por la N-IV hasta Ciempozuelos y desde aquí tomar la M-404 que conduce a Chinchón. También desde la N-III, hasta Arganda del Rey y desde aquí tomar la M-311, hasta Chinchón.
Fuentidueña del Tajo
Unas cuantas chimeneas salpican las suaves laderas del terreno. Son las famosas casas-cueva de Fuentidueña de Tajo. Dentro de su conjunto es posible encontrar un buen número de estas particulares viviendas, convertidas hoy en un gran atractivo para el visitante, más que en una tradicional vivienda.
Aunque, algunas, todavía se encuentran habitadas y de la cal de las fachadas cuelgan flores multicolores. La mayoría «reposan» en el denominado barrio del Castillo, junto a los restos de la antigua fortaleza. También se muestran algunos ejemplos en la parte baja del pueblo, cercana al río.
Lozoya
Lozoya pertenecía al semo de la Comunidad y tierra de Segovia, cuerpo colectivo formado por la villa de éste nombre y un considerable número de villas, pueblos y lugares situados a ambos lados de la cordillera carpetana. En 1629, durante el reinado de Felipe IV y debido a las estrecheces de la hacienda real, éste monarca vendió a Sebastián Suárez de La Concha y Montalvo, el Señorío de la Villa de Lozoya.
Pueden admirarse en esta localidad algunas casonas de traza noble con su epigrafía, como el palacio de los Suárez de La Concha y el edificio del ayuntamiento, éste último de estilo barroco. Lozoya tiene el encanto de las localidades serranas, conservando abundantes muestras de arquitectura popular, con sus casas de piedra y tejados de pizarra.
Tomar la N-I hasta el cruce con la N-604, que conduce hasta Lozoya. Se encuentra a unos 85 kilómetros de Madrid.
El Molar
Con una tipología serrana, pero con su propia identidad, las casas de El Molar son, en general, de una sola planta, algunas bastante grandes, construidas con una sólida mampostería de granito. Villa perteneciente a Alfonso VIII, fue cedida por éste en 1188, junto con otras localidades, al arzobispo de Toledo. En el siglo XVI, mediante un breve apostólico otorgado por el Papa Gregorio XIII, el rey Felipe II desmembra El Molar de la Mitra Toledana y la hace villa «(…) con la obligación de nos servir con 7.500 mrs. por cada uno de los vecinos que hubiere en este lugar». El Molar pertenecía a la Tierra de Talamanca.
Accesos.- Tomar la N-I hasta el cruce con la N-604, que conduce hasta Lozoya. Se encuentra a 42 kilómetros de Madrid.
Paracuellos del Jarama
La fundación de Paracuellos data de época romana como un asentamiento o atalaya sobre el cauce del río. Constituían esta villa que asoma al valle del Jarama, los despoblados de Belvís, Viñuelas, El Burguillo y Cobeña, así como varios bienes en Vallecas y Móstoles. Paracuellos Fue donada la villa y el castillo a Fernando Martínez por el rey Alfonso VIII y su mujer Leonor. Corría el año 1175 y quince años después fue entregado a la Orden de Santiago. Los Ayala dominaron la Encomienda de Paracuellos en la segunda mitad del siglo XV y los primeros años del siglo XVI, fecha en la que pasó a un sobrino del rey. Carlos V desmembró Paracuellos de la Orden de Santiago para vendérselo a Ares Pardo Saavedra.
Accesos.- Tomar la N-II hasta el pueblo de Barajas. Desde aquí, una carretera que enlaza con la M-111. A pocos kilómetros a la derecha, un desvío conduce hasta Paracuellos.
Patones de Arriba
Tiene Patones una vivienda de tipología serrana, aunque de características muy peculiares. Son construcciones altas y estrechas que se localizan en pendientes. Sus muros son de mampostería y pizarra
Su historia es interesante y escasamente conocida. Por ello, tanto su arquitectura como esta particularidad hacen de Patones un lugar de especial interés En 119 fue donada por la reina Doña Urraca a Fernando García de Fita y su esposa Estefanía Armengol con otros lugares, pasando a formar parte del común de l tierra de Uceda, en Guadalajara. En el último tercio del siglo XVIII Patones consiguió su independencia, dejando de ser un barrio de Uceda y titulándose el lugar.
Accesos.- Por la N-I hasta el desvío a Torrelaguna. Llegar a esta localidad y continuar por la M-102 que conduce directamente al pueblo de Patones de Abajo. El pueblo original se encuentra a tres kilómetros. En Patones de Abajo, una indicación anuncia el pueblo de Patones.
El Paular
Monasterio a dos kilómetros de Rascafría, a El Paular se accede desde esta localidad por una sugerente carretera rodeada de olmos blancos, regado por el curso del río Lozoya, que enriquece aquí su caudal con aguas procedentes del macizo de Peñalara. Diversos maestros intervinieron en las obras del monasterio en el que el paso de los siglos va dejando su traza en los distintos estilos que en él se advierten. El origen de este monasterio se debe a una promesa hecha por el rey Enrique II de Trastamara, angustiado por el recuerdo de haber destruido en sus campañas contra los franceses, para levantar un monasterio de Cartujos. Presintiendo la llegada de su muerte, encomendó a su hijo, el futuro Juan I de Castilla, la creación del Monasterio del Paular y así ver cumplida su promesa. Este monarca lo fundaría en el año 1390 levantado por unos pabellones de caza y una pequeña iglesia llamada Santa maría del Pobolar. Este mismo año comenzarían las obras probablemente bajo la dirección del maestro mayor de la catedral de Toledo, Rodrigo Alfonso, quien llevó a cabo la cimentación del nuevo monasterio. Con Enrique II se construye el claustro de los monjes y en el año 1392, se requiere al arquitecto árabe segoviano Abderrahaman, para que se hiciese cargo de la continuación de las obras.
Accesos.- Tomar la autovía de Colmenar Viejo y desviarse en Miraflores, lugar donde se toma la M-611, hasta llegar a Rascafría.
Rascafría
Lugar de abundantes nieves, en Rascafría destacan las cubiertas de pronunciados aleros con apoyos en la fachada. La mezcla de tonos de madera y mampostería dan a las construcciones una belleza sorprendente
Su tipología es serrana con mampostería de granito y sillares en las esquinas. De las casas sobresalen grandes chimeneas de forma rectangular.
El Valle del Lozoya, del que forma parte Rascafría, fue fundado por los caudillos segovianos Fernán García de la Torre y Diaz Sanz de Quesada, creadores de su propio peculio, las milicias caballerescas conocidas como «Los Quiñones». Dicha milicia caballeresca estaba formada por cien jinetes de lanza, divididos en secciones de veintiocho, con el único y exclusivo fin de vigilar los desfiladeros de la sierra. Las cuatro cuadrillas en las que estaban divididos «Los Quiñones» se denominaban Rascafría, Oteruelo, Alameda y Pinilla.
Accesos.- Tomar la autovía de Colmenar Viejo y desviarse en Miraflores, lugar donde se toma la M-611, hasta llegar a Rascafría.
Robledo de Chavela
Pueblo bello, limpio y tranquilo, las casas de Robledo se caracterizan por estar levantadas, en general, con mampostería y gruesos sillares en las esquinas. Los muros de las paredes de algunos edificios son de una precisa y concertada mampostería, con ángulos casi rectos.
Robledo formó parte de la Comunidad y Tierra de Segovia o la Universidad de la Tierra. Dentro de la misma pertenecía al sexmo de Casarrubios. El Estado de Robledo los formaban el lugar de Santa María de la Alameda y sus anejos Navalespino, Roblehondo, La Hoya, Alaminejo y la mitad de La Lastra, además de las villas de Zarzalejo, Peralejo, Las Fresnedillas y la mitad de Los Degollados.
Accesos.- Por la N-VI hasta las Rozas. Desde aquí, coger la M-505, en dirección a Galapagar. Pasado El Escorial, a unos siete kilómetros un desvío (M-510), conduce a Robledo de Chavela.
Rozas de Puerto Real
Antiguamente se llamaba Puerto de La Venta y pertenecía a la tierra de Cadalso y al Señorío de Escalona. Durante el reinado de Carlos II, mediante un servicio en metálico prestado a la Corona, Rozas de Puerto Real alcanzó el privilegio de villazgo.
Tiene una tipología serrana de casas, en general, de una sola planta, bastante grandes, con amplios tejados de teja árabe y una solida mampostería de granito y gneis. Cuenta con buenos ejemplos que se van perdiendo, acuciados por las modernas construcciones.
Accesos.- Por la N-V hasta la altura de Navalcarnero, donde hay un desvío a la M-600. Desde aquí tomar la M-507 en dirección a Villamanta, Aldea del Fresno, Villadelprado, Cadalso de los Vidrios y a siete kilómetros de éste, Rozas de Puerto Real.
San Martín de Valdeiglesias
El granito es la piedra predominante en forma de sillares de abundante utilización en las esquinas y dinteles. Alternando con la sillería, el visitante, podrá encontrar mampostería con tapial y adobes, machones de ladrillo e incluso adobe y bellos entramados de madera.
Según la tradición popular, San Martín fue fundado por el rey visigodo Teodomiro. Durante el reinado de Alfonso VII de Castilla, este decide repoblar las tierras reconquistadas por su abuelo en el centro peninsular. Pero, al repoblar ciertas zonas, no lo hace erigiendo feudos o castillos señoriales, lo hace fundando el señorío abacial de Santa María la Imperial y Real de Valdeiglesias. En el verano de 1149 en el paraje conocido como la Santa Cruz (o también La Enfermería), al noroeste del actual pueblo de Pelayos de la Presa, acampó el monarca Alfonso VII, sus hijos y el Arzobispo de Toledo Don Raimundo, junto con el Abad Guillermo, primer señor de Valdeiglesias.
Accesos.- Se encuentra a 70 kilómetros de Madrid. Por la N-V hasta Alcorcón, donde se coge la M-501 que conduce a San Martín de Valdeiglesias.
Talamanca del Jarama
La tipología es característica de las zonas de las vegas. Tapial, adobe y entramados de madera. Destaca en Talamanca, la Cartuja de los Monjes del Monasterio del Paular. Consta de diversas dependencias de todo tipo que se ordenan en torno a un gran patio en forma de «L». Toda la edificación es de dos plantas y la fábrica es de mampostería de cantos rodados en cajas de ladrillos.
La existencia de restos visigodos en el muro de la iglesia, en las murallas y en el cementerio permiten afirmar que la población de Talamanca pervivió durante la alta edad media. Pero las primeras fuentes escritas comienzan después de la invasión agarena de la península Ibérica, como ruta surgida por el gobernador general de Córdoba para ir a la Capital Califal, a Toledo y a Zaragoza, pasando por el valle del Jarama.
Accesos.- Por la N-I, hasta tomar la M-100, en dirección a Algete a la altura de Fuente del Fresno. A escasos kilómetros un desvío (M-11) conduce a Fuente el Saz del Jarama, Valdetorres de Jarama y Talamanca de Jarama.
Talamanca del Jarama
Torrelaguna aún conserva en sus construcciones la belleza y la esencia de los lugares castellanos. El estado de conservación de su arquitectura popular es bastante interesante, con bellas muestras de tapial, muros de adobe. En algunas construcciones la fachada principal se resuelve en ladrillo y mampostería aparejada.
En trabajos arqueológicos efectuados en su término municipal han sido recuperados materiales y objetos de origen prehistórico, vestigios celtibéricos, romanos, visigodos y árabes. Mas, los asentamientos romanos en Torrelaguna no pasarían, según autorizados autores, a ser campos de labor y huertos que habrían sido cultivados por los habitantes de la cercana ciudad romana de «Bernacis», actualmente Uceda, en Guadalajara. En el año 1390, el rey Juan I de Castilla concede a Torrelaguna el privilegio de villazgo.
Accesos.- Se encuentra a unos 56 kilómetros de Madrid por la N-I, donde se halla el desvío (M-911), que en 8 kilómetros conduce a Torrelaguna.
Valdemaqueda
Su arquitectura tiene tipología serrana, pero con identidad propia. Esta localidad que comenzó siendo poblado levantado por resineros cuenta con casas, generalmente de una sola planta, bastante grandes.
Perteneció al Heredamiento de Las Navas, concedido por reales cartas de Alfonso X El Sabio y Sancho IV El Bravo a Don Mateo, Caballero de Avila. Los monarcas Fernando IV y Enrique III confirmaron a Don Pedro González de Avila, el Heredamiento de Las Navas en el siglo XIV. En 1557, Felipe II hizo a Las Navas cabeza de un amplio marquesado, en el que se incluía Valdemaqueda.
Accesos.- Se encuentra a unos 68 kilómetros de Madrid por la N-VI, donde, pasado El Escorial se toma un desvío (M-512) en dirección a Robledo de Chavela. Desde esta localidad, la M-537 conduce a Valdemaqueda.
Valdilecha
La arquitectura de Valdilecha se basa en el uso de la mampostería y el tapial, obteniendo así tipos de viviendas de una gran belleza. Al ser una localidad mesetaria, tiene un acentuado carácter urbano con paredes encaladas y revocadas. Pero, posiblemente, el mejor tesoro de Valdilecha sea su iglesia parroquial de San Martín Obispo. Es una obra de estilo mudéjar trabajada en mampostería, sillarejo e hiladas de ladrillo, siendo lo más importante de la misma el ábside. Se trata de una magnífica muestra del más sencillo estilo gótico-mudéjar de trazado semi-circular.
En el siglo XV los Reyes Católicos concedieron el lugar en señorío a Don Gonzalo de Córdoba, mas conocido como El Gran Capitán. Pero fue durante el reinado de Felipe II, cuando Valdilehca consiguió el privilegio de villazgo por una aportación económica de los vecinos a la Corona.
Accesos.- Desde Arganda, por la N-III, se encuentra un desvío que conduce hasta la localidad de Valdilecha.