Entre los indispensables de la cocina que siempre nos sacan de un apuro, se encuentra el pimiento. Todos conocemos el pimiento verde y el pimiento rojo, que son los típicos en los supermercados. Sin embargo, encontramos una variedad que nos dará un gusto nuevo e increíble a nuestros platos: los pimientos blancos.
Estos pimientos se caracterizan por tener un sabor dulce. Esto hace que los platos se conviertan en una explosión de sabor al mezclar este dulzor con otros sabores tradicionales.
Es un producto de presunto origen indio, introducido en España sin problema y absolutamente arraigados. Actualmente, son los pimientos blancos de Oímbra los que se consideran más exquisitos, con denominación de origen. Oímbra es una localidad gallega, limítrofe con Portugal.
Encontramos tarros de pimientos blancos asados en su propio jugo que nos facilitan la labor de la cocina como un “abrir y listo”. Estos pimientos están muy bien considerados por la alta cocina y tienen muchísimas posibilidades.
Pimientos blancos rellenos
Este plato tan socorrido gana una dimensión especial cuando se utilizan los pimientos blancos. Podemos utilizar cualquier tipo de relleno del que ya conocemos: de carne, de pescado, de verdura o, incluso, de legumbre. Lo que aportará un toque único es que tendrá un toque dulce que sorprenderá a cualquier paladar.
Además, cuando compramos los pimientos ya asados, nos ahorramos mucho trabajo. Solo tenemos que hacer el relleno y, valga la redundancia, rellenarlos. Después un toque de horno para que relleno y pimiento se impriman juntos y tendremos un espectacular y delicioso plato.
Pimiento blanco como acompañamiento
Cuando hacemos un asado de carne o de pescado, siempre podemos acompañarlo de una guarnición de patatas con cebolla, por ejemplo. ¿Qué pasa si a esta guarnición le añadimos un poco de pimiento blanco con su propio jugo? Estaremos ganando un toque de dulzor que contrastará con el especiado de ajo y pimienta tan típico en las patatas asadas.
También podemos incluirlo en el interior de un pescado asado. Es decir, ese papel que tiene el jamón cuando se introduce en el interior de un pescado para hornearlo y que absorba su sabor, se puede potenciar con el de los pimientos blancos asados. Quedará una mezcla espectacular.
Estas son dos opciones. Pero cualquier plato que se pudiera imaginar con el típico pimiento al que estamos tan acostumbrados, se puede cocinar con pimiento blanco y, de esta forma, darle un toque de sabor único y especial. Ya que es un pimiento dulce pero, evidentemente, no convertirá nuestros platos en postres. Solo estaremos jugando a los contrastes culinarios.
Beneficios del pimiento
Es cierto que el pimiento puede resultar un alimento bastante indigesto si se abusa de él. Sin embargo, una cantidad moderada, produce el efecto contrario y favorece la digestión. Por lo que esta utilización propuesta del pimiento en los platos, no como alimento principal, sino como acompañante o complemento de otros alimentos es perfecto. Esto lo convierte en un alimento diurético. Es, además, un importante antioxidante para el organismo por su alto contenido vitamínico.